influirán más que el gobernador en las elecciones de 2024
Sentido Común
Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Además de los candidatos, las campañas y los propios partidos, las autoridades locales son un referente fundamental en la decisión de los ciudadanos durante las elecciones. Si están satisfechos de los servicios, si perciben mejoras, votarán por el partido al que pertenezca su gobernante. También ocurre lo contrario: castigan a su instituto si no dan resultados. Por ese motivo, para el proceso de 2024, será interesante constatar quién influirá en el ánimo de los votantes, si los alcaldes o el gobernador.
Elemento aparte en las preferencias es al apoyo directo que hace cualquiera de los tres niveles de gobierno, y el principal del país es el federal. Morena presume que esa red de beneficiarios se convierte instantáneamente en su ejército electoral, lo que no siempre ocurre así. Estamos en 2023 y la gente agradece el 68 y más, pero ya es insuficiente; también quiere medicinas, cirugías, agua y empleo. Lamentablemente, no hay mucho de eso.
En cambio, las necesidades cotidianas satisfechas o negadas en los municipios moldean la imagen que tienen los ciudadanos sobre los partidos. Los alcaldes concentrados políticamente en complacer a sus gobernados suelen ser más exitosos. Ejemplo de ellos son Tampico, Madero, Altamira, Victoria y Matamoros.
Lo mismo sucede con los gobernadores. Ellos deben ser siempre la cabeza de sus estructuras.
Sin embargo, el poder, los halagos y la juerga los marean, y muchos cometen el error de delegar esas estructuras en algún subordinado (su mejor amigo o un pariente). Y casi siempre fallan.
En Tamaulipas, ya tenemos una imagen de la personalidad y el talento de los alcaldes y el gobernador como para decir quién moverá la mano ciudadana sobre la boleta. Conviene recordar lo que cada uno desempeña en la sociedad.
Un alcalde es el jefe del gobierno a nivel local, es decir, de una ciudad o un municipio. Su función principal es administrar los servicios públicos, como la recolección de basura, el alumbrado, el transporte, el agua potable, entre otros. También, impulsar obras públicas, programas sociales y proyectos de desarrollo local.
Un gobernador es el jefe del gobierno a nivel estatal, es decir, de una entidad federativa. Su función principal es coordinar las políticas públicas con el gobierno federal y los gobiernos locales, así como promover el crecimiento económico, la educación, la salud, la cultura y el medio ambiente.
En términos generales, se puede decir que un gobernador tiene más poder y responsabilidad que un alcalde, ya que su ámbito de acción es mayor y tiene más recursos financieros y humanos a su disposición. Sin embargo, esto no significa que un alcalde sea irrelevante o que no pueda influir en el resultado de una elección.
De hecho, los alcaldes tienen un papel clave en la movilización y el voto de sus electores, sobre todo en las zonas urbanas donde hay una mayor concentración poblacional. Los alcaldes pueden aprovechar su cercanía con la ciudadanía para generar simpatía y confianza hacia su partido o candidato. También pueden utilizar su gestión municipal como una carta de presentación o como una plataforma para aspirar a cargos mmayores
¿Qué sucedería si los alcaldes que se saben están inconformes con el gobernador simplemente se abstienen de movilizar la estructura el día D?
Serían mínimo 5, y si los operadores del gobernador y el gobernador mismo no se aplican, este número aumentaría a 8
Por otro lado, los gobernadores pueden tener un papel decisivo en la definición y el apoyo de los candidatos a nivel municipal y estatal. Los gobernadores pueden utilizar su influencia política y mediática para respaldar o cuestionar a los aspirantes de la oposición. No obstante, deben construir primero esa influencia para hacerla efectiva.
Tanto los alcaldes como los gobernadores son actores relevantes en el escenario político y pueden tener un impacto significativo en el resultado de una elección. Sin embargo, su grado de influencia dependerá de varios factores, como el contexto histórico, social y económico; el nivel de competencia y polarización; la imagen y el carisma personal; la capacidad de gestión y liderazgo.
A propósito del contexto actual, la mano negra del cabecismo y sus siervos intentan dejar en mal a los morenistas, pensando que la gente votaría entonces por el PAN. Hay que separar la realidad de la propaganda para no ser engañados.
En la entidad, ha estallado por momentos la violencia y la gente ha caído a ratos en pánico, creyendo que vuelven las peores épocas. La situación ha sido controlada y puede viajarse por carreteras del estado con normalidad. Solo el panismo caricaturiza el evento como si Tamaulipas fuera Ucrania, pero estas mentiras no influirán electoralmente.
Ocho meses de gobierno son pocos para aumentar el atractivo de Américo Villarreal y utilizarlo como generador de votos. Hacen falta grandes obras, transformaciones radicales y visibles en la vida de las personas para que eso suceda, y todavía no se cumplen. Hay que darle tiempo al doctor para que lleve adelante su Plan Estatal de Desarrollo.
Los alcaldes de las ciudades, en cambio, estarán a prueba en las elecciones de 2024. Bien pudiera considerarse el proceso venidero un referéndum municipal, en el que las personas ratificarán al partido gobernante o lo cambiarán de acuerdo con los resultados de la administración.
Diputados locales, federales, regidores, y senadores le deberán demasiado a los alcaldes en la elección entrante.