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Sobre los panismos

José Ángel Solorio Martínez

Geográficamente, el movimiento dirigido por el ex gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, -lo conocemos como cabecismo-, ha sido desaparecido. Incluso su reducto -Reynosa-, es zona de un panismo maltrecho, sin influencia y sin liderazgos.
En esa ciudad, se han encargado de achicarlo, los panistas que no comulgan con él, la acción de los Makyiavélicos y sobre todo una ciudadanía que de tanto conocerlo aprendió a distanciarse de ese proyecto que lastimó a muchos tamaulipecos.
Sólo quedaron en pie, dos panismos en la entidad: el conducido por Chucho Nader en Tampico, y el comandado por el Truco Verástegui, que tiene su centro de gravedad en ciudad Mante.
Grande contradicción vive el PAN tamaulipeco: CdeV, posee el control de la estructura partidista, el mando en una minoría muy influyente en el Congreso local, el poder de decisión en el Poder judicial y ordena en los organismos autónomos de mayor relevancia en administración estatal. Esa paradoja, llevará a un estridente choque entre el cabecismo que exhibe capacidad de conducción en el ámbito del gobierno estatal y un panismo -cada día más distante de él- que posee dominio territorial incuestionable.
Los alcaldes panistas, al parecer han decidido no sudar calenturas ajenas. Hacen como que le siguen la corriente a CdeV, al tiempo que se acercan a dialogar con la IV T y su gobierno.
Al parecer, el ex gobernador, ya ponderó ese escenario.
Se presume, por esas circunstancias que el reynosense-texano, ha enfocado sus baterías sobre la política nacional.
Eso de su candidatura presidencial, es un mal chiste; una broma siniestra, para buena parte de los tamaulipecos que conocieron de cerca sus métodos de gobierno.
Por tierra, CdeV, nunca podrá regresar a Tamaulipas.
Vive la tragedia del pocho: ni es de aquí, ni es de allá; no lo quieren aquí, y no lo quieren allá.
CdeV, ha sobrevivido política y administrativamente, por la poca pericia de áreas gubernamentales responsables de las estrategias legales para desplazar la herencia del cabecismo en el gobierno estatal.
Y eso, lo ha logrado no por su talento; lo ha obtenido, por su capacidad de negociar -algunos dicen: corromper- con el entramado de jueces que han hecho de la justicia una mercancía.
El ex gobernador, tiene costales de billetes para su precampaña por la presidencia y diversos socios que lo acompañan en ese nuevo proyecto político; sólo le falta un recurso, que no se compra con dinero: el tiempo.
Salió tarde a la carrera interna por la candidatura.
Ya Santiago Creel, -y hasta Lily Téllez- le ganaron el tiro.
Una y otro, se despegaron de todos los precandidatos presidenciales azules.
Otra debilidad del ex gobernador, es su circunstancia de prófugo de la justicia; sólo los grandes revolucionarios, han logrado mantener su ascendencia ciudadana desde afuera de sus países.
Grandes tareas tienen enfrente Nader y el Truco. Encarar grupos ciudadanos, realmente dolidos con CdeV por sus métodos de trabajo gubernamental, es ir cuesta arriba. Recomponer el tejido azul en municipios como Victoria, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Altamira y Madero, no será miel sobre hojuelas.
Complicado y abigarrado, escenario azul: si Nader y Verástegui, se deslindan de CdeV, romperían con el más sólido interlocutor regional del panismo nacional; si no lo hacen, podrían los electores pensar que uno y otro, siguen siendo parte de un pasado que abominan.
Parecía imposible: ver en una tarea conjunta, al panismo y a la IV T.
Ya está en marcha esa posibilidad: el desplazamiento de CdeV como forma de saneamiento del PAN tamaulipeco y método obligado para la regeneración del tejido gubernamental guindo.

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