La Comuna
La mano de Catalina Creel
José Ángel Solorio Martínez
La familia del gobernador Américo Villarreal Anaya, aspira a ensanchar su influencia en la estructura de las presidencias municipales de Tamaulipas. Se conoce que Ameriquititito Villarreal Santiago, aspira a ser senador de la república y promueve a muchos de sus amigos para que disputen alcaldías; lo que se mantenía oculto, era la intención de la hermana del Ejecutivo estatal, Mónica Villarreal Anaya, de convertirse en jefa edilicia de Tampico.
La hermana del gobernador, estuvo casada con el ex priista, y ex panista Mario Leal, quien se ha visto involucrado en asuntos de carácter penal. Desde joven, se distinguió por vivir al amparo de su suegro, el entonces gobernador Américo Villarreal Guerra; desde esas épocas, también datan sus aventuras un tanto irregulares: los medios, promocionaron presuntamente el robo a la CFE, de energía que utilizaba para operar una red de tiendas de auto servicio.
Finalmente, llevó a la quiebra esos establecimientos y regresó a la política poniéndose a las órdenes del gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
Que tan lángara, no sería Leal, que fue echado del equipo del gobernador reynosense, “por actuar de manera poco honesta”.
Fue despedido del aparato gubernamental de CdeV, vergonzosamente.
Mónica, es miembro del cabildo porteño.
No ha mostrado una sola propuesta de interés; se le ha visto sí, en eventos de relumbrón, los cuales disfruta tomándose fotografías.
No es ajena a la política.
Fue candidata a diputada local por el PRI hace algunos años; perdió estrepitosamente.
Con la llegada de Villarreal Anaya a la gubernatura, agarró aire; rompió con el alcalde Chucho Nader, cuando hace meses operaba en la discreción, disfrutando de jugosas compensaciones.
La edil Villarreal Anaya, hoy se mueve como la mandamás en la sociedad porteña. Los funcionarios federales y estatales, se le cuadran por órdenes de los Américos y han puesto en manos de quien se autonombra la candidata de MORENA para Tampico, los recursos materiales y humanos.
Los coordinadores de la Secretaría de Bienestar -federal y estatal- se coordinan con quien parece tener el mando de esas instituciones.
Desde el gobierno del estado, se han bajado indicaciones para toda la red gubernamental federal, estatal y municipal, en el sentido de que se pongan al servicio de Mónica.
Está muy enfilada para el 2024.
Sólo tiene dos obstáculos: la doctora Vitamina y Ameriquititito.
Casi una cuna de lobos: madre e hijo, no tragan a hermana y cuñada.
Ese distanciamiento familiar -dicen sus allegados- se generó con la resistencia de la doctora Vitamina a participar en la campaña a la senaduría; a contrapelo, Mónica y Adriana se metieron a fondo para apoyar a su hermano. Las Villarreal Anaya, enfriaron la relación con su hermana política por esa actitud que consideraron un tanto mezquina; la doctora, regresó por sus fueros en la campaña a gobernador de su consorte y se empoderó desplazando a las hermanas, con ayuda de su adorado Ameriquititito.
A tanto llegó el encono entre las Villarreal Anaya, que las propuestas de ellas -Luz Adriana y Mónica-, para incorporar a la administración estatal a personajes que participaron activamente en la campaña, fueron vetados por la fuerza de doña Vitamina, quien utilizó como brazo ejecutor al orgullo de su nepotismo: Ameriquititito.
Mónica, no es mal vista en el puerto.
Lo que irrita a los morenistas, es su actitud prepotente: utiliza recursos públicos para promocionarse, dejando en estado de indefensión a otras aspirantes.
Se incuba, el primer conflicto interfamiliar del gobernador AVA.
Sentémonos.
Veamos, si triunfa la refinada felonía de la nueva Catalina Creel…
… o como en las telenovelas clásicas mexicanas: ganan la bondad y la candidez.