El arte de mirarse el ombligo, segunda partePor Oscar Díaz Salazar
El 20 de abril de 2017, escribí una columna que subtitulé “el arte de mirarse el ombligo”, en la que criticaba al secretario de Bienestar Social del gobierno de Tamaulipas, por dedicarse a firmar convenios con otros burócratas.
Es oportuno compartir el texto nuevamente porque, seis años después, se repite el numerito con la nueva titular de la SEBIEN, del nuevo gobierno de morena, pero que seguramente está siendo “tripulada” por los mismos burócratas, esos que se enquistan en las oficinas públicas con la bandera de ser “los que le saben”.
Sin más explicaciones, procedo a transcribir la columna del 2017, que tiene plena vigencia y validez, si tan solo sustituye el
nombre de Gerardo Peña por el de Verónica Aguirre de los Santos.
Las fotos son actuales, de los últimos 8 meses en los que se han firmado decenas de convenios… sin importancia
Gobierno de Tamaulipas: el arte de mirarse el ombligo.
Por Oscar Díaz Salazar
La creatividad se agotó en el gobierno encabezado por un mercadólogo. Eso es grave, porque era una de las pocas cosas que tenían para presumir, una de las cualidades más importantes de su escaso repertorio, y uno de los factores que los llevó al triunfo, pues en realidad no hubo una propuesta de programa o proyecto de gobierno, un modelo de sociedad alterrno, o mínimo un plan ranchero.
Digo que la creatividad se les agotó, que la imaginación de plano ya no les funcionó, que la inspiración abandonó a los integrantes del gabinete de Cabeza, y al propio idem, porque llevan meses repitiendo hasta el hartazgo el viejo e irrelevante acto de firmar acuerdos entre sí, desarrollando una agenda hacia adentro, -endógena-, con excepciones que confirman la regla al suscribir acuerdos «sin importancia», con organizaciones afines.
Muchas semanas han agotado en reuniones en las que los titulares de la dependencia A, pactan acciones con la oficina B. Al siguiente día es la Oficina C, con la Procuraduría X, y al posterior es el Instituto de los Abuelos, con la Dependencia de fomento a las artes marciales, todas dependientes del gobierno del Estado… Aunque ya dije que por excepción invitan a organizaciones no gubernamentales.
Esa agenda endógena, ese actuar hacia adentro y entre los mismos, ese fingir que se hace y se propone, es una pérdida de tiempo pues de antemano se supone que todos y cada uno de los entes que integran el poder ejecutivo del Estado, deben de trabajar en forma coordinada, apoyarse, ayudarse, consultarse y actuar en forma armónica.
Lo que buscan los miembros de la alta burocracia es simular que trabajan, hacer como que hacen, ganar tiempo y disimular su inexperiencia e ignorancia de las tareas sustantivas que les corresponde atender.
Eso si, la firma de los convenios se divulga como si fuera una gran acción, como si representara una gran ventaja para los tamaulipecos, como si fuera un acto trascendente, revolucionario, histórico, sin precedentes, como si sirviera, para decirlo en una frase que repiten hasta el hartazgo y seguramente sin comprenderla: «como si ayudara a regenerar el tejido social».
La foto que acompaña el comunicado que se escribió originalmente en el mes de noviembre y ya lleva decenas de variantes, es la del funcionario -Gerardo Peña, principalmente- sosteniendo una carpeta que muestra a la concurrencia, y a las cámaras, acompañado de un funcionario (ese si cambia) en la misma pose, mostrando su respectivo documento.
Los actores de los vientos de cambio siguen en la contemplación de su propio ombligo.