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Cabeza de Vaca: El derrumbe del sátrapa tamaulipeco

Llega al límite de la locura; Manda a sus esbirrios en el Congreso falsificar firma de diputada panista

Sentido Común

Mauricio Fernández díaz

Ciudad Victoria.- De que Francisco García Cabeza de Vaca va perdiendo la batalla política en Tamaulipas, acaba de aparecer la evidencia más clara en el Congreso del Estado. Si tuviéramos que emplear el lenguaje militar para explicar su desesperación, diríamos que se ha lanzado como un kamikaze suicida a ver si puede causarle algún daño a Morena de ese modo.

Porque falsificar firmas para sorprender a los rivales es el colmo de los derrotados e impotentes. Cabeza de Vaca intenta defender a puños y codazos las leyes espurias que le permitieron dejar al mando a sus vasallos. Sin embargo, se está dando cuenta de que su suerte se acaba y ha decidido subir la apuesta.

“Ya se rebasaron todos los límites”. Esta es la frase que dijo la diputada del PAN Nora Gómez, víctima de la conjura, ayer martes. La legisladora estalló contra la bancada de su propio partido porque falsificaron su firma para pedir al Tribunal Electoral que invalide la creación del nuevo grupo legislativo formado por desertoras panistas.

El pasado 26 de abril, las diputadas Mireya González, Sandra Luz García y Dania Aguilar Orozco, antes del PAN, se constituyeron como un Grupo Parlamentario sin Partido.

Con ese cambio, el bloque de Morena se acerca a contar con las dos terceras partes de los votos para revertir las reformas cabecistas.

Desde Estados Unidos, Cabeza de Vaca entró en pánico y ordenó de inmediato hacer algo que contuviera el avance morenista. Incluso el senador Ismael, su hermano, uno de los políticos más inútiles jamás vistos en la entidad, se sumó a las acciones de contraataque, según la propia Nora Gómez.

Se sospecha que Nora Gómez será la cuarta diputada que abandone la bancada panista para integrar el bloque “sin partido”, lo que se considera el último eslabón para darle la mayoría legislativa a la 4T.

Lamentablemente, los tamaulipecos y sus necesidades pasan a segundo plano en este pleito de poder. Ha llegado el momento de que abran los ojos quienes aún los tienen cerrados y reconozcan la mascarada de García Cabeza para hacerse pasar por perseguido político y gran gobernador. No es ninguna de las dos cosas.

Francisco García Cabeza es exactamente lo que dijo el doctor Américo Villarreal: un mitómano clínico, una persona insana que maneja su vida a base de mentiras y de engaños sin importar el mal que esto acarre a los demás. Así gobernó el estado y así dirige su ridícula campaña en busca de la presidencia del país. Solo por esta ocurrencia merece estar en el catálogo de locos.

Bajo esta óptica, es perfectamente plausible que los panistas a su servicio falsifiquen la firma de Nora Gómez para deshacer al grupo “libre” y sabotear su eventual llegada a esa bancada.

Ayer martes, Gómez aseguró que el documento presentado para impugnar a la nueva agrupación tenía una firma falsa suya.

“La semana pasada llegó a mis manos un documento que arbitrariamente firmaron (en mi nombre). No soy ninguna mentirosa. Ese documento llegó a mis manos”.

Ella se defendía del Moyo García, brazo derecho de Cabeza de Vaca en el Congreso del Estado, quien la acusó de montar un espectáculo para llamar la atención.

Visto fríamente, uno de los dos miente. En la elección de 2022, los paleros del PAN publicaron encuestas falsísimas que daban por ganador a su candidato.

Por eso Nora Gómez quiere llegar al fondo de esta celada y exhibir a los responsables.

“Como presidenta del partido (Acción Nacional) en Tampico, también estoy preocupada porque si se han atrevido a falsificar aquí una firma como diputada, pues voy a hacer una auditoría”.

La diputada tampiqueña dijo que entregó pruebas de lo que calificó como falsificación a la Fiscalía General de Justicia del Estado para actuar contra los autores.

Pero este paso enreda más el pleito: en la fiscalía se encuentra otro panista, Irving Barrios Mojica. Y así, a donde quiera que uno voltee tratándose del sistema de justicia estatal, se encontrará a un panista, concretamente a otro cabecista.

No tenemos ningún motivo para conceder el beneficio de la duda al exgobernador. Él está detrás de todos los enjuagues y conspiraciones para descarrilar a la 4T en Tamaulipas.

Por eso urge la ayuda de verdaderos asesores y expertos a los morenistas, en vez de confiar asuntos tan delicados a una improvisada como Úrsula Salazar, antes que el veneno cabecista se extienda por el Congreso del Estado.

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