Política

Casa del Arte de Reynosa

Por Oscar Díaz Salazar

Más de una década ha transcurrido desde la creación del Instituto Reynosense de la Cultura y las Artes (IRCA por sus siglas), entidad pública que sustituyó a la Dirección Municipal de Cultura, y a otras oficinas, que con su evolución, dan testimonio de cómo se ha venido reconociendo la importancia de la cultura y las artes en los gobiernos de Reynosa, y en los estatales y federales, en donde actualmente el sector se atiende con una dependencia de primer nivel, y aquí me refiero a la Secretaria de Cultura del gobierno federal.

En todo ese tiempo, opino que él IRCA ha fallado, no ha cumplido con los propósitos que estimularon su creación, nos ha quedado a deber, -mucho-, pese a que el instituto ha tenido jefes que se afanan, que le echan ganas, que se aplican y que han tenido la voluntad de hacer bien las cosas.

El problema al que se han enfrentado los directores del Instituto de Cultura de Reynosa (IRCA), es que el instituto solo ha funcionado como una escuela de iniciación artística, y si me apuran: una escuelita de música.

No digo, ni escribo, ni insinúo que sea intrascendente la tarea de enseñar a niños y adolescentes a tocar un instrumento musical. Opino que el IRCA debe hacer eso, y también mucho más que eso.

Desde mi perspectiva de “consumidor” de productos o servicios artísticos, prefiero asistir a presentaciones de libros, recitales, conciertos, conferencias, encuentros, veladas, exposiciones, coloquios etc., de artistas de renombre, y no a presenciar el trabajo final de los alumnos de los cursos de iniciación artística.

Me parece que es necesario fundar una escuela de artes, una “Casa del Arte”, para liberar a los directivos del IRCA de la absorbente y muy importante tarea de operar como una escuela de iniciación artística, como hoy ocurre.

Al crear la Casa del Arte, o la escuela de arte con el nombre que usted prefiera, el IRCA puede atender mejor las otras tareas que le son propias, como la organización de eventos, la presentación de artistas y sus expresiones, la operación de cine clubs, clubes de poesía, la organización de certámenes, la creación y operación de bibliotecas, mediáticas, teatros, le edición de libros, etc.

En Ciudad Victoria existe, desde hace muchos años, una escuela de iniciación artística denominada “La Casa del Arte”. Sociedad y gobierno pueden (podemos) hacer la gestión con las autoridades del gobierno estatal para fundar la Casa del Arte de Reynosa, institución de sostenimiento público con recursos del gobierno del Estado.

La familia paterna del presidente municipal maneja, desde hace muchos años, la Casa de la Cultura de Reynosa, por lo que deduzco que existe la predisposición favorable en el alcalde para comprender las bondades y la importancia de crear una escuela de artes, dependiente del gobierno municipal, a través del IRCA.

La iniciativa puede ser adecuada e impulsada por la Comisión del Cabildo de Reynosa, integrada por ciudadan@s que le saben y les gusta el tema.

Ahora que si de verdad quieren gobernar como el presidente López Obrador, me refiero al presidente de Reynosa y el gobernador, lo que procede, por imitación, es crear la Secretaria de Cultura en sus respectivos gobiernos, y brindarle el apoyo, económico, – porque con el moral no se avanza mucho -, para que cumpla la muy importante labor que les es propia.

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