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La Comuna

Gobierno rico, con pueblo pobre

José Ángel Solorio Martínez

Luego del triunfo inobjetable en junio del 2022, de Américo Villarreal Anaya, que lo convirtió en gobernador de Tamaulipas, iniciaron los problemas y las tensiones al interior de su familia; dio comienzo, una disputa intestina por ubicar en el organigrama de gobierno, a sus amigos cercanos.
Uno de los más ríspidos eventos, vino cuando el miembro más relevante del clan Villarreal Santiago -la doctora María Santiago- intentó vetar una propuesta generada por los inconfesables acuerdos con poderosos personajes -los hermanos Carmona- que financiaron algunas campañas de MORENA.
La víctima del rechazo, fue la tampiqueña Olga Sosa.
Estuvo más de un mes, en el congelador.
¿Qué error cometió Olga?
Es probable que algunos amigos de ella, no consideren lo obsequiosa que es, como algo impropio; para algunos elementos de los Villarreal Santiago, era insoportable la conducta de la activa porteña.
(Algo le sabrían, toda vez que la exitosa política, presuntamente formó parte de la secta sexual NXIVM -comandada por el estadunidense, Keith Raniere que tambaleó muchas familias acomodadas del país-. Eso consta, en informaciones manejadas por medios impresos y electrónicos del sur del estado).
Sosa, que se ha manejado con fortuna en el sistema político que heredó el PRIAN, ni tarda ni perezosa, fue a entrevistarse con la Nomenclatura de MORENA a la CDMX.
Son tantos los compromisos con la Tribu del Guachicol, que -narran cercanos a Olga y al CEN del partido guindo- Mario Delgado, tomó el teléfono y llamó al gobernador electo, Villarreal Anaya.
Palabras más, palabras menos:
-El acuerdo, fue que Sosa, sería Secretaria de Educación.
Se hizo bolas el engrudo: ya tenían como secretaria a otra persona, en Aimé Castillo.
Delgado, endureció la pierna.
Se comenta, que hubo crisis familiar.
Como pudo, el gobernador electo -por esas fechas- dio su brazo a torcer: ubicó a Sosa en una secretaría menor: la del Trabajo.
No agradó del todo a la tampiqueña ni a sus padrinos, el cargo. (Es evidente: esperaban manejar el inmenso tesoro público, que consume el sistema educativo de la comarca).
Los tampiqueños, ya se hacían con una paisana en la SEP regional. La confianza en ello, no era del todo exagerada: Olga cuenta en su historial profesional su estadía como catedrática de la UAT en Tampico y maneja con cierta habilidad temas educativos.
Otra intromisión -habrá que cuestionar a los jurisconsultos si está dentro de la ley esa actitud- en las áreas de gobierno de la actual primera dama, es el empecinamiento para que la casa de gobierno, sea utilizada por el gobernador y su núcleo consanguíneo como residencia familiar.
Se habla, que un tanto para asemejarse a las posturas de López Obrador, la casa de gobierno, sería utilizada para fines sociales, o de beneficencia.
Afloró una fuerte resistencia, para concretar esa idea.
Hoy, Villarreal Anaya, utiliza la lujosa como remodelada casa de gobierno, como oficina de trabajo.
Es de esperarse: en un tiempo prudente, estarán viviendo en esa mansión los Villarreal Santiago.
Extrañamente, ni el gobernador ni su familia, han dado a conocer el fin que tendrá el suntuoso inmueble. Porque sería una aberración, que un gobierno que llegó con la narrativa de “primero los pobres”, accione justo a contrapelo: primero la familia gobernante.
Dice AMLO: no puede existir, gobierno rico con pueblo pobre.
Al menos en Tamaulipas: el presidente, seguirá arando en el mar.

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