Un negocio jugoso
Con Maki Ortiz abren las puertas a trafiques y ahora su hijo opera como títere de su madre
Desde que llegó Maki Ortiz al ejercicio del poder en Reynosa, se multiplicaron esa clase de acciones, de autorizaciones, que sirven para hacer negocio a pesar de que se construyan en zonas inapropiadas, con lo que se causa un daño severo a la población». Óscar Aldrete García, político de la ciudad
La autorización de nuevos fraccionamientos en lugares irregulares y la ampliación a algunos ya existentes, se han convertido en un jugoso negocio para quienes dan luz verde a ese tipo de proyectos.
«Eso ha sido, de hecho, un referente entre autoridades municipales desde que llegó al ejercicio del poder la exalcaldesa Maki Ortiz Domínguez, y hoy su hijo Víctor Peña Ortiz hace lo propio y hasta hace las veces de ventrílocuo, pues la que realmente toma las decisiones y manda en la presidencia municipal es precisamente ella», dijo Óscar Aldrete García, reconocido politólogo local.
Añadió que «Obviamente, se han multiplicado las autorizaciones del cabildo, el cual está formado por diferentes corrientes políticas, cuyos integrantes se han convertido en una clase de súbditos de Maki y que, por dádivas y prebendas económicas, llegan a atentar contra la seguridad y la salud de los reynosenses, al aprobar tal o cual proyecto habitacional en sitios inadecuados para vivir y, además, a los cuales no les llegará, por ejemplo, agua en cantidades normales, como ocurre con varios fraccionamientos que ya sufren las consecuencias».
GRAVE PROBLEMA
Es evidente, indicó, que estamos ante un grave problema de ingobernabilidad que va a estallar en breve.
Además de aprobar fraccionamientos al ´ahí se va´ sin realizar un estudio profundo de las condiciones en que se ubican los predios donde pretenden crearse, como es el caso del Campestre, ubicado a corta distancia del fraccionamiento San Valentín.
«Reynosa vive su peor época de la era constitucional y los ejemplos de ello se ven por doquier, como son fugas de aguas negras, de aguas limpias, los atracos, que prácticamente cometen agentes de vialidad en diferentes sectores de la geografía municipal, acción que se extiende también hacia los ambulantes a manos de inspectores del municipio, en fin», apuntó Aldrete García.
«No puede ser que un cabildo, como el de Reynosa, que debe representar los intereses de la ciudad y de sus habitantes, sea partícipe y cómplice de esa clase de decisiones por llevarse dinero fácil», dijo al retomar el caso de la autorización de fraccionamientos en lugares que llegan a constituir verdaderas trampas para las familias que los habitarán, porque tarde que temprano son áreas que se inundarán, porque están situadas en zonas bajas.
Se habla de dos más que se agregan a los ya existentes, siendo éstos la ampliación de Puerta Sur y Génesis, además que está en proceso de propuesta El Campestre, que se situará a corta distancia de San Valentín.
EXIGEN NO MÁS ASENTAMIENTOS
De por sí no alcanza el agua para toda la ciudad y todavía están aprobando más asentamientos humanos, condenando a quienes los habitarán a sufrir por insuficiencia de servicios públicos, como es el vital líquido». Francisco Tenorio Rivera, exprecandidato a la alcaldía por Morena
Condenan a familias que los habiten a no recibirlos de forma normal o adecuada
Pugnan porque el ayuntamiento de Reynosa no autorice más fraccionamientos y menos en zonas inundables, porque condenan a las familias que los habiten a no recibir servicios públicos de forma normal, como es el agua potable.
«Sí, actualmente son varios los que apenas reciben el vital líquido y por espacio de algunas horas, dos o tres veces por semana, problema que se agravará si continúan las autoridades municipales con la aprobación de más unidades habitacionales», dijo Francisco Tenorio Rivera, en su calidad de exprecandidato del partido Morena a la presidencia municipal de esta fronteriza ciudad.
Resulta increíble que mientras que el caso de un fraccionamiento se solicite por parte del municipio, menos requisitos para aperturarlos se piden; no así para abrir un minisuper, por ejemplo, con lo que se genera un desaliento entre quienes quieren crear un negocio pequeño.
¿Por qué no desalentar también a fraccionadores que pretenden crear asentamientos humanos en lugares que pueden llegar a ser un verdadero problema para las familias que irán a poblarlos?