Por : Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Cómo se nota que estamos ya en el proceso político de 2024, aunque falta más de un año para esas elecciones. Los partidos se reagrupan, surgen marchas ciudadanas, reaparecen políticos del pasado. Entre las sorpresas de los últimos días ha destacado la anulación de la orden de captura de Francisco García Cabeza de Vaca, acontecimiento que ha aprovechado para hacer un anuncio sensacionalista: buscar la candidatura presidencial. Más que a Morena, la notica ha cimbrado las bases del PAN y amenaza con derrumbarlo.
Los tamaulipecos conocen bien a García Cabeza de Vaca después de seis años de mandato, y por eso le negaron al PAN la oportunidad de seguir gobernando. De hecho, a comienzos del año pasado, inició un pequeño movimiento de panistas notables, militantes honestos que vieron la oportunidad de cambiar la dirigencia albiazul; reconocieron como herencia maldita al cabecismo y llamaron a reemplazarlo. Hubo un corto periodo o “primavera panista” que prometía la renovación.
Si bien Acción Nacional ha caído al segundo lugar en las últimas elecciones, es uno de los partidos con más infraestructura y apoyo ciudadano en la entidad. Por estos lares el pensamiento promedio es conservador, y el PAN recoge esas causas para competir electoralmente. Aunque últimamente pierda los comicios, los votos obtenidos le permiten siempre tener representantes en los poderes.
En eso radica la importancia de manejar el Comité Directivo Estatal, en acomodar candidaturas, registros y hasta dirigentes. Quien lo haga tiene acceso casi directo a los cargos.
Los que hoy detentan ese acceso son los hermanos García Cabeza de Vaca, par de autócratas que excluyeron a los panistas de larga carrera y se adueñaron de las listas de registro y las candidaturas.
Con esos parásitos fuera del PAN, el panismo clásico recuperaría el Comité Directivo, y posteriormente se abriría a los ciudadanos para presentar cuadros honestos, competitivos y demócratas.
Todo parecía ir en esa dirección (los procesos judiciales, el exilio en Estados Unidos, el rechazo ciudadano), pero un giro de la suerte le ha devuelto la vida al exgobernador.
El martes pasado, Faustino Gutiérrez, juez Octavo de Distrito, concedió un amparo contra la orden de aprehensión a García Cabeza de Vaca, y resolvió que el expediente en su contra carece de pruebas de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. En lenguaje cristiano, este juzgador dice que todo es inventado, y que Francisco es inocente como una paloma.
De inmediato, el exmandatario subió un vídeo para ufanarse del dictamen y gritar que es un perseguido político. Pero el mensaje principal era otro: que volverá a la actividad para luchar por México, ya que en 2024 los ciudadanos deberán elegir “entre dictadura y democracia”.
Como hiel en la boca les supo a los panistas inconformes la declaración del reynosense. En vez de abrírseles las puertas para rescatar al partido, se las cierran nuevamente.
“Por supuesto que voy a participar -dijo a la radio Cabeza de Vaca, al día siguiente-; estaré esperando los tiempos de registro por parte de mi partido, de entrada, para la candidatura a la presidencia de la república”.
¡De entrada! Eso quiere decir que se aferrará a una candidatura sea cual sea, de senador o diputado federal, aunque haya sido ambas cosas en el pasado. En su desequilibrio mental puede meterse incluso en la lista plurinominal para diputado local, con tal de hacerle circos al gobernador Américo Villarreal y gozar de fuero.
La reacción de la militancia anticabecista ha sido igual de rápida: renunciar al PAN. Esta es la novedad que hoy circula en los corrillos políticos del estado, donde varios panistas han externado su malestar por la complicidad del Comité Ejecutivo Nacional y el hampa de los Cabeza de Vaca.
Aunque nadie está dispuesto a ayudar al exgobernador, tampoco quieren adelantar anuncios debido a la falta de acuerdos políticos para las campañas del 2024. Hablan de pasarse a Movimiento Ciudadano, al Partido Verde e incluso a Morena. Algunos lo harán de manera directa, pero otros colaborarán a escondidas. Si alguna figura destacada del panismo obtuviera una candidatura importante en Morena, entonces sí aceptarían anunciar su dimisión al PAN. Esta posibilidad no es descabellada, tomando en cuenta los métodos caprichosos de Morena para elegir candidatos; si alguien duda de esto, recuerde quién representó a la 4T y ganó la elección extraordinaria de senador.
Desde la perspectiva puramente política, el retorno de Cabeza de Vaca es un feliz acontecimiento para Morena, ya que implica ganar probablemente el “carro completo”. Con el reynosense como líder real del PAN en Tamaulipas, las candidaturas caerán en figuras de trapo y en cartuchos quemados, es decir, en sus familiares y amigos, y esta actitud ya fue notoriamente repudiada por los electores el pasado 19 de febrero, cuando arrastraron en las urnas a Imelda Sanmiguel.
Este puede ser el primero de varios temblores políticos causados por el proceso electoral de 2024. La tierra se está moviendo, y hasta lo más sólido se puede caer. Y esto vale por todos, incluso Cabeza de Vaca.