Por: Mauricio Fernández Díaz
Federación hace recortes a Estados y municipios.
Ciudad Victoria.- Hay algo más que austeridad y rezagos del pasado en la administración de Américo Villarreal Anaya. Continúa el déficit de medicamentos y de personal en algunos hospitales estatales, y aún hay escuelas de nivel básico sin agua o con servicio racionado. Son asuntos que el gobernador ha decidido atender con más recursos este año, y la noticia ha sido reconfortante. De su parte, ha hecho todo lo humanamente posible para mover al aparato gubernamental, pero de parte de la Ciudad México nos han quedado a deber.
En lo que respeta a la administración del doctor Villarreal, ha dispuesto un incremento de 500 millones de pesos a salud, y otros 500 millones de pesos extras a Bienestar Social. Su plan presupuestal está claramente comprometido a mejorar las condiciones de los tamaulipecos. Solo un detalle intenta eclipsarlo.
De enero a febrero, Tamaulipas tuvo algunas presiones para mantener el funcionamiento del gobierno; un remanente conseguido mediante ahorros (medidas de austeridad) le permitió sortearlo. Esta vez, la causa del desequilibrio no fue el cabecismo sino el oficialismo, de acuerdo con Gerardo Illoldi, subsecretario estatal de Egresos.
El gobierno del estado y los 43 gobiernos municipales, explicó, tuvieron un recorte de más de 700 millones de pesos en las participaciones federales entregadas en el primer bimestre. Estos ajustes han sido constantes en todas las administraciones federales, sea priístas o panistas y ahora, también, morenistas, pero eran infrecuentes a comienzos del año.
“En las participaciones federales hubo una baja en la proyección a nivel federal, entonces andábamos un poco abajo, alrededor de los 720 millones de pesos en lo que se esperaba de obtener de participaciones en los primeros dos meses de enero y febrero”, dijo el funcionario.
De este monto, 80 por ciento sería ejercido por el estado, y 20 por ciento, por los municipios. Ahora encajan todas la piezas de lo que ha sucedido en las ciudades del estado, que recurrieron a extensiones de crédito con proveedores (básicamente, pedir fiado) y a sacrificar la contratación de servicios externos, que son también fundamentales para la buena marcha de la administración.
Se trata de uno de los peores arranques de año para el estado y los municipios, y hay algunas señales de que podría extenderse hasta abril. Cierto que la Secretaría de Hacienda cubrirá dichos recortes a lo largo del año, pero mientras falten los recursos algunas localidades lo resentirán en serio pero, sobre todo, los ciudadanos.
No es ocurrencia nuestra decir que los recortes de alargarán durante marzo y abril; son proyecciones de la Secretaría de Finanzas de Nuevo León, pues allá también les enviaron menos participaciones de las esperadas.
En el caso de ellos, la Federación le recortó 1000 millones de pesos a los municipios. Agobiados por la rebaja y los altos costos de materiales y servicios debido a la inflación, los alcaldes pidieron la intervención del gobernador Samuel García. Pero las expectativas no fueron nada halagüeñas.
La Tesorería de Nuevo León dijo haber recibido respuesta de la Secretaria de Hacienda, en la que confirmabas la entrega de las participaciones proyectadas para 2023. Eso sí: deberán esperar un tiempo indefinido, aunque siempre dentro del ejercicio fiscal anual.
Esa respuesta, a juicio de Nuevo León, significa que el recorte se mantendrá durante marzo, lo que ya es delicado, pero podría saltar a abril, lo que sería muy preocupante, dadas las necesidades pendientes de la población.
En caso de nuevos recortes en marzo y abril, Nuevo León recurriría al Fondo de Estabilización para compensar el faltante. Lo malo es que el fondo ya casi no tiene fondos, valga la redundancia.
Nosotros creemos que los grandes proyectos del sexenio, como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, impulsarán el desarrollo del país en las próximas décadas, y es un acierto financiarlas.
Sin embargo, también es importante ir atendiendo las necesidades de los estados y municipios, ya que algunos problemas no pueden esperar más y la gente exige resultados.
Ya estamos prácticamente en el ambiente de 2024, el año de una elección histórica en todo el país, y es imprescindible agradar al electorado. Que no se olvide.