Din Filtros; Por Brenda Ramos
La inseguridad en Reynosa es un problema latente que ha afectado a la ciudadanía durante años, y el hallazgo de una camioneta con armamento y equipo táctico en una zona residencial ha vuelto a encender las alarmas. Las autoridades lograron asegurar la unidad y los artefactos encontrados en su interior, pero este suceso es una clara muestra de que la delincuencia organizada sigue operando en la ciudad y que su alcalde Carlos Peña es incapaz de traer paz a Reynosa.
Es preocupante que, a pesar de los constantes reportes de robos, extorsiones y secuestros en la zona, el presidente municipal Carlos Peña haya mantenido un silencio casi absoluto sobre la situación de inseguridad en el municipio. La ciudadanía votó por un líder que se preocupe por su seguridad y que tome medidas efectivas para combatir el crimen organizad, no por un muchacho que juega a ser alcalde entre semana y que solo va a tomarse selfies de día y a los bares de Mcallen de noche.
Es importante que las autoridades locales trabajen en conjunto con las fuerzas estatales y federales para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Los habitantes de Reynosa merecen vivir en una ciudad pacífica y segura, donde puedan transitar por las calles sin temor a ser víctimas de la delincuencia. Pues hemos seguido muy de cerca las actividades de la guardia estatal durante las últimas semanas.
Casi a diario vemos como este nuevo grupo trabaja enfrentando a la muerte, cubriendo reportes de robos, asesinatos, enfrentamientos y la mayoría están ocurriendo en Reynosa. Lo cual es un indicador que por más que ellos se esfuercen, la manera de gobernar de los Peña Ortiz a podrido la sociedad y su manera de comportarse, pues dejaron la puerta abierta para que el crimen organizado opere a voluntad en el municipio más importante del estado.
Es momento de que el presidente municipal Carlos Peña asuma su responsabilidad y tome acciones concretas para combatir la inseguridad en Reynosa. Los ciudadanos no pueden seguir viviendo en la incertidumbre y el miedo. La seguridad es un derecho fundamental que debe ser protegido por las autoridades.
Y también es momento que en el ambiente político se tome en cuenta el sentir de los ciudadanos que están hartos de la imposición para que esta familia continúe en el poder como si se tratara de una secuela de una mala película de terror que es en lo que han convertido la ciudad. Pues si de verdad salieran a cualquier calle, la gente ya no está dispuesta a verlos en el poder, ni en reelección o mucho menos en algún cargo de elección popular en 2024.
Ojalá que los partidos políticos no acepten el dinero manchado de sangre, sudor y lágrimas de las familias fronterizas que les pueda ofrecer Maky Ortiz para conseguir más hueso y al fin Tamaulipas se libre de estos lastres de la política moderna: una madre sin madre y un hijo con una doble vida, que está terminando de destruir lo que queda de la ciudad.