Luces y sombras del periodismo en México
Por: Vicente Hernández
“El periodista es un profesional que tiene algo de escritor, de sociólogo, de novelista, de historiador, de político sin llegar a serlo del todo en ningún caso. Luego el periodista es la suma de todas las cosas que no es”
«Miguel Ángel Bastenier»
Hablar de periodismo en EE.UU. comparativamente, es hablar de un Joseph Pulitzer creador del estilo “Sensacionalista” quien fue un excelente periodista, empresario, y dueño y editor del el New York World, que se hizo famoso gracias precisamente a sus artículos sensacionalistas, y quien años más tarde instauro los famosos premios Pulitzer, también podríamos citar a William Randolph Hearst, un periodista, editor, publicista, empresario, inversionista, político y magnate de la prensa y los medios estadounidenses, quien logro tener un total de 28 periódicos de circulación nacional, y llego a convertirse en un hombre muy poderoso en su época, y fue en él, quien inspiró a Herman J. Mankiewicz y Orson Welles para escribir el guion de la película “EL Ciudadano Kane” siendo dirigida, producida y protagonizada por Orson Welles, y considerada como una de las más grandes obras maestras de toda la historia del cine, rivalizando Hearst con Joseph Pulitzer en EE.UU. y en México con José García Valseca, periodista, militar revolucionario, magnate de la prensa mexicana, y gran promotor del deporte, además fundador de la cadena periodística García Valseca, que estaba conformada en 1973 por 37 periódicos superando los 28 de William Randolph Hearst.
Hablar de periodistas en EE.UU. sin duda es hablar de Ambrose Bierce, cuentista y periodista estadounidense, de obra aguda y satírica, llena de un humor trágico y temas violentos que giran alrededor de la muerte, su literatura ejerció una fuerte influencia en la costa del Pacífico, también fue autor de numerosos libros, uno de los mas famosos es “El Diccionario del Diablo” (1906) en el cual desarrolla el humor negro, un libro singular que la precisión quirúrgica de la expresión y la agudeza conceptual, brillan con fuerza, convirtiéndose en uno de los grandes libros satíricos de todos los tiempos, en 1913 se fue a México, siguiendo a las tropas del líder revolucionario Pancho Villa, su cuerpo nunca fue hallado y su fin permanece en el misterio, aunque se supone que murió en el sitio de Ojinaga en 1914, dando pie a que el escritor Carlos Fuentes escribiera su novela “Gringo Viejo” donde le da a Ambrose una imaginaria muerte decorosa.
En México también contamos con grandes periodistas como Luis Mario Cayetano Spota Saavedra Ruotti Castañares, conocido como Luis Spota, quien fue un escritor y periodista mexicano autodidacta, autor de más de 30 libros, varios de los cuales han sido traducidos a más de diez idiomas, a los 14 años realizó varias entrevistas, entre ellas una al aviador Francisco Sarabia en abril de 1939, la entrevista fue encargo de Regino Hernández Llergo, director de la revista Hoy, quien lo empleó a pesar de su corta edad, entre octubre de 1941 y febrero de 1942, colaboró para la revista “Así”, dirigida por Gregorio Ortega, y también en la revista “Novelas de la Pantalla” y en “Mujeres y Deportes” con escritos sobre cine, a la edad de 17 años ingreso al periódico Excélsior, en marzo de 1942, y de 1943 a 1944 escribió la columna Pericles, en colaboración con Rafael Heliodoro Valle, llegó a conseguir la primera plana de ese periódico con encabezado a ocho columnas durante 43 días consecutivos, y a publicar diez notas suyas el mismo día en la primera plana, con apenas 19 años le fue encomendada la dirección del periódico “La Extra”, durante su gestión (1945-1947), el tiraje se incrementó de 30 mil a 92 mil ejemplares, modernizó la presentación del periódico, cambió la tipografía y aumentó el tamaño de los titulares de primera plana, a los 21 años fue nombrado director de “Últimas Noticias”, cargo que desempeñó de 1945 a 1947, en 1948 obtuvo el Premio de Periodismo, otorgado por la Asociación Nacional de Periodistas, gracias a un artículo en el que reveló la verdadera identidad del novelista B. Traven; dicho artículo se publicó el 7 de agosto de 1948 en la revista “Mañana”, en la que fungía como jefe de redacción y colaborador.
Podría llenar una plana completa hablando del “Niño terrible de Bucareli” sobrenombre que le impusieron sus compañeros, aludiendo la ubicación del periódico Excélsior en el que trabajaba, también escribió guiones de innumerables para radionovelas, programas de televisión, y una buena cantidad de películas que fueron llevadas al cine basadas en sus novelas, y creo menester mencionar que la obra novelística de Luis Spota se caracteriza por abordar la vida urbana en México de los años 1950 y 1960, su sociedad y su clase política: “Murieron a mitad del río” aborda el tema de la migración de los braceros mexicanos a Estados Unidos; “Las grandes aguas”, de la construcción de una enorme presa; “Casi el paraíso”, las peripecias de un estafador italiano, Ugo Conti, que se hace pasar por noble entre políticos, empresarios y familias de abolengo en México. “La plaza” que se ocupa del movimiento estudiantil de 1968; “Palabras mayores”, de la manipulación que el presidente en turno ejercía sobre sus subalternos para elegir entre ellos al candidato del partido oficial que se convertiría en su sucesor, y “El primer día”, los estragos que produce en el expresidente la pérdida del poder al término de su mandato, de tal manera que las novelas políticas de Spota gozaron de grandes tirajes gracias a su actualidad y fidelidad en el retrato del poder que, a la fecha, les concede gran valor para quien se interesa en conocer de cerca los intríngulis de la clase política mexicana durante el dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI); estas formaron la serie «La costumbre del poder», que comprende: “Retrato hablado”, “Palabras mayores”, “Sobre la marcha”, “El primer día”, “El rostro del sueño” y “La víspera del trueno”.
Spota adquirió conocimiento de primera mano sobre los factores de poder, y las manías privadas de sus protagonistas gracias a su estrecha amistad con un gran número de políticos, en este grupo de novelas emplea un lenguaje directo, con escasos matices, muy próximo a la neutralidad de la nota periodística, y a menudo no hace sino narrar, con otros nombres (propios y toponímicos), momentos muy particulares de la realidad política mexicana de entonces, y perdón pero no puedo dejar fuera otra de las muchas cualidades de este polifacético personaje que fue su carrera como escritor de guiones cinematográficos, la cual comenzó en 1949, cuando el productor de la cinta “Hipócrita” (Dir. Miguel Morayta), le solicitó un esquema argumental a partir de la letra de la canción del mismo nombre, con el fin de lanzar al estrellato a una joven actriz y bailarina tabasqueña, rebautizada como Leticia Palma, se le pidió crear un papel de galán maduro y hasta cierto punto avillanado para el actor Antonio Badú, prever la aparición del trío Los Panchos, y se le autorizó un papel secundario pero destacable para una joven actriz: Elda Peralta, protegida de Spota, y quien posteriormente se convertiría en su compañera inseparable, Spota obtuvo el premio Ariel al mejor argumento por la película “En la palma de tu mano” (1951), premio que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, fue miembro de la Sección de Adaptadores y directores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC) dirigió las películas “Nadie muere dos veces” (1952), “La muerte es mi pareja” (Quiero vivir) (1953), “Amor en cuatro tiempos” (1954), y “Con el dedo en el gatillo” (1958), serie de cuatro cintas integrada por “Con el dedo en el gatillo”, “El anónimo”, “El vengador”, “El dinamitero” y “La tumba”.
El espacio se acorta, y quise incluir también a Don José Pages Llergo, Vicente Leñero y a Julio Scherer García, pero los dejare para un futuro texto, concluyendo el presente con otro de los monstruos sagrados del periodismo: Carlos Denegri, el cual nació en 1910, y se educó en Europa, pues su padre adoptivo, al que quiso de verdad, fue secretario de estado y embajador, el fue también criado como un cachorro de la revolución, consentido y abusivo, aunque recibió una educación excepcional para su época, por esta razón Enrique Serna en su novela “El vendedor de silencio” lo describe así: “El niño mimado de la oligarquía” que probó desde pequeño las mieles del poder, su padrastro, Ramón P. Denegri, fue un político importante: secretario de Agricultura con Álvaro Obregón, titular de Industria y Comercio con Emilio Portes Gil, cónsul en NY, embajador en Bélgica y en Alemania.
Fue Reportero de Excélsior, y fue famoso por su talento y cultura, ya que hablaba inglés, francés y alemán y en sus viajes por el mundo entrevistaba a grandes políticos, intelectuales y personalidades del espectáculo, pero lamentablemente era famoso además por su alcoholismo, su misoginia, su falta de escrúpulos para publicar información, con frecuencia falsa o arbitraria, que destruía carreras o vidas, aunque sabía guardar secretos si así le resultaba conveniente; ya que según decía todo tenía un precio, en una parte de su novela Enrique escribe: “En un comentario Jacobo Zabludovsky hablaba de Denegri con mucha admiración, pues lo consideraba un maestro de periodismo; ambos fueron a cubrir el viaje de Adolfo López Mateos a Washington, que fue su primer encuentro con John F. Kennedy, y en esa ocasión Denegri le regaló su máquina de escribir, como pasándole la estafeta, y una anécdota sucede al regreso de ese mismo viaje, en el que Denegri iba con Gloria Marín, y que aparece en la novela, en pleno vuelo, ya borracho, el enviado de Excélsior invitó a Jacobo a sentarse con ellos; cuando apenas comenzaban a platicar, le ordenó a Gloria: “Oye, puta, dile a la sobrecargo que nos traiga dos wiskys”.
Sin embargo, él fue el periodista más influyente de su época, a quien se le rendían gobernadores, líderes sindicales, secretarios de estado, era la estrella en el periódico Excélsior, donde publicaba su columna “Miscelánea”, desde la cual exaltaba y destruía a cualquier político, Carlos era el periodista que solía cobrar más por lo que callaba, que por lo que publicaba, siempre traía una pistola fajada al cinto, Denegri golpeó a varias de sus mujeres y esposas hasta enviarlas al hospital, hasta la madrugada del 1° de enero de 1970, cuando fue asesinado en su casa por su esposa, quienes festejando el año nuevo bebieron y discutieron acaloradamente, con el funesto resultado, ahí yacía muerto en el piso de su casa, sobre una alfombra color mostaza el reportero mexicano que había arrancado exclusivas en los cinco continentes, entrevistando a Pío XII, Martin Luther King, Kennedy, Franco, Perón, Sinclair Lewis y varios más, la crónica de la tragedia fue publicada en primera plana por Excélsior, el diario donde el muerto firmó sus columnas por 30 años, este fue el final de una vida periodística trágicamente esplendorosa.