La Comuna
Ganadores y perdedores, de la elección extraordinaria
José Ángel Solorio Martínez
Cifras extraoficiales de la elección extraordinaria en Tamaulipas para cubrir la Senaduría vacante, arrojan desalentadoras cifras para todos los actores políticos del estado: más menos, el 20 por ciento de la lista de electores participó en los comicios.
¿Qué factores influyeron en esos magros resultados?
A saber -más los que se incorporen, en los siguientes días-:
1.- Mala promoción de partidos y candidatos. El partido más poderoso -MORENA- dejó ver un fenómeno que ya es tendencia en sus filas: se echaron en brazos de AMLO y nadaron de muertito para ganar con el impulso del presidente; el PAN, sabiéndose perdido, ni siquiera exhibió tantito pudor e interés, para incrementar su capital electoral: dejó todo en manos de dios que esta vez, no estuvo de su lado; y el PV, de igual forma, se tiró a la cama y dejó que algunos grupos de priistas y morenistas inconformes le ayudaran para alcanzar un aceptable siete por ciento de preferencias.
Se infiere: los candidatos y las organizaciones políticas decidieron regatear los fondos de campaña; unos por que se sabían perdedores, otros, porque se consideraban ganadores.
2.- Desinterés de la autoridad electoral para invitar a los ciudadanos a acudir a las urnas. En apego a los lloriqueos de su presidente Lorenzo Córdova, la autoridad local pichicateó recursos y ahí están los resultados.
3.- El poco interés del cargo en disputa, no concitó emoción social entre los ciudadanos.
4.- La pobre retórica de los candidatos. Precariedad discursiva en JR, indigencias narrativas del PAN y el PV, hicieron de este proceso una competencia de incompetencias. La consecuencia: nos importó un bledo a los votantes esta descolorida disputa electoral.
¿Quién ganó esta elección?
Evidentemente: ganó MORENA. Triunfó el lopezobradorismo. Un escaño más en el Senado es importante ante la atmósfera de conflicto que caracteriza a la Cámara alta.
¿Quién perdió?
Perdieron el PAN y el PV. Y, sobre todo: el gran derrotado fue el MC que pudiendo desplegar una buena campaña, desperdició la oportunidad de irrumpir en el escenario regional como una fuerza marcadamente emergente.
Gravísimo error de los naranjas.
Cargarán con esa pifia el 2024 en la comarca.
Hay otros dos perdedores estelares en la política tamaulipeca: el gobernador Américo Villarreal Anaya y el virtual triunfador de la elección, José Ramón Gómez Leal.
¿Américo Villarreal Anaya?
Sí.
El gobernador, resultó raspado.
¿No será mucha mala fe?
No se percibe así.
Decenas de votantes, utilizaron su voto para recriminar al primer morenista del estado, lo poco que ha dado a MORENA en la administración que dice representar a la IV T. Aunque usted no lo crea: centenares de ciudadanos, escribieron proclamas demandando a AVA, más congruencia y reciprocidad con la militancia guinda.
Es decir: le solicitan acatar el apotegma de AMLO, “amor con amor se paga”.
Nunca de los nunca, se había visto ese fenómeno sociopolítico en la historia.
Para quien sabe leer entre líneas, es un acontecimiento preocupante para la IV T.
JR, perdió porque exhibió un músculo de mucha delicadeza, frágil, de señoritigo en un estado que requiere mano firme para ser representado.
En fin: las cifras oficiales, darán para más interpretaciones.