Por Mauricio Fernández Díaz
Prefiere alcalde de Reynosa dormir en McAllen que en su ciudad
Ciudad Victoria.- “Míralos”, exclama una mujer al contemplar a un grupo de jóvenes que marcha entre el monte para cruzar el río y entrar a Estados Unidos. “Huyen de la pobreza, del hambre, y la desesperación”, sostiene. Y ha dicho la verdad; se les nota en las ropas y el semblante. Huyen de la miseria. Solamente que no salen de El Salvador ni de Guatemala. ¡Salen de Reynosa!
A los habitantes de esta ciudad fronteriza les ha ido rotundamente mal desde 2021. Están en desgracia, como aquel apostador que juega su resto en la última mano (o en la ruleta) y lo pierde todo. Creyendo que un premio lo espera, al entrar al casino, termina en bancarrota.
Bancarrota moral y económica es el paisaje de la ciudad abandonada por Carlos Peña Ortiz. Íbamos a escribir “gobernada” pero los hechos desmienten esa idea. El peor publicista del inmaduro alcalde es él mismo; más que sus enemigos, sus desaciertos están destruyendo su imagen y su reputación.
Por eso los reynosenses están buscando donde hallar una mejor vida, porque en lo que toca a su ciudad, han hallado la peor de ellas.
Como ocurrió, por ejemplo , el 3 de enero. Sin previo aviso, Comapa suspendió el servicio de agua. Luego dijo que sería sólo por unas horas. Nadie aprovisionó cubetas porque el corte fue repentino y en completo secreto.
Pero llegó la tarde, llegó la noche y llegó el 4 de enero. Un día entero pasó y las casas seguían sin agua. Y no era una manzana ni tres cuadras las afectadas: eran 200 colonias de los sectores Centro, Granjas y Poniente. Si Telmex o Izzi cometen un error como este, de inmediato presentan un informe detallado de las causas, pues la Profeco podría sancionarlas. Pero la planta potabilizadora Pastor Lozano parece tener más poder que Slim o Azcárraga, porque apenas comunica que realiza “trabajos”, palabra que en el lenguaje mexicano puede significar muchas cosas, incluso brujería.
Pero este no es un asunto de las fuerzas del mal sino del mal gobierno. Si no, ¿cómo se puede explicar que las calles del fraccionamiento Rincón de Las Flores, por las noches, parezcan la boca de lobo? Estudiantes, trabajadores, niños, han de cruzar estos caminos tanteando en la oscuridad, las manos al frente, como si estuvieran ciegos. En tanto, Carlos Peña se mueve en una camioneta del siglo XXI que habla sola, mientras los vecinos de Rincón de Las Flores viven en el siglo XVII, sin alumbrado eléctrico. Están así desde hace cinco años, es decir, desde que gobernaba la mamá del alcalde.
Podemos decir que ni alumbrado, ni calles pavimentadas ni obras de agua y drenaje ha entregado o realizado en un año. Pero la palabra de los habitantes vale más la de los opinadores, y el pueblo de Reynosa ya habló: en diciembre pasado, Carlos Peña Ortiz salió reprobado, con 47.4 por ciento de aceptación, en la encuesta de la consultora Mitofsky. En el ranking de los 150 alcaldes más importantes de México, el hijo de Maki Ortiz fue el número 67.
Una persona que no sabe defenderse a sí misma menos sabrá defender a otros. Esta frase resume la vida de Carlos Peña, pues hasta su estrategia jurídica contra la orden de aprehensión por el delito de “operaciones con recursos de procedencia ilícita” ha fracasado (expediente CP0017/2021).
El 29 de noviembre del año pasado, el Juzgado Octavo de Distrito rechazó la solicitud de amparo contra la acción penal, ya que previamente se la había denegado bajo el argumento de que la orden procedía, y en esta última ocasión no se presentó ninguna prueba que hiciera cambiar el criterio del juzgador. Es decir, el alcalde se aventó como el Borras, a ver si pegaba, y naturalmente no pegó.
Para consolar al desdichado funcionario, sus asesores lanzaron la cándida noticia de que los ciudadanos aprobaban su gestión con 60.1 por ciento. Los datos se habrían obtenido de una encuesta telefónica, según la empresa responsable, Rubrum, pero lo mismo da llamarla “Patito” o “Por mis pistolas”, ya que no la conocen ni en su casa. De hecho, afirmaron que ese porcentaje está decidido a reelegirlo.
Semejante barrabasada le soltó la lengua a Jesús María Morena, Chuma, el ex diputado del PAN y ex candidato del mismo partido a la alcaldía, quien aseguró que nadie en su sano juicio votaría por la reelección de Carlos Peña, ya que Reynosa “está destrozada”. Tanto se exaltó Chuma que al propósito reeleccionista del alcalde lo llamó grosería.
Chuma podría estar hablando por la herida, ya que perdió la alcaldía en la elección pasada, pero, ¿cómo desmentir que las calles están deshechas, que no hay obra pública, y que el alcalde se comporta con la ineptitud y la inseguridad de un muchacho o quizás una muchacha?
“En el caso de Reynosa, que es lo que nos ocupa, pues este muchacho no tiene identidad, no nació aquí, no vive aquí”, explotó Jesús María.
Nadie puede culpar a Carlos Peña de irse a descansar por las noches a McAllen. Reynosa es una ciudad muy fea y abandonada… por él mismo!