Cacharro Cantú
Por Oscar Díaz Salazar
Si el Cacharro Cantú escuchara la voz de su conciencia, -si tuviera conciencia-, ya debería estar recogiendo sus tiliches para desocupar el despacho de presidente del Comité Directivo Estatal del PAN en Tamaulipas, y que sea otro liderazgo el que intente re encauzar al partido blanquiazul por la ruta de los triunfos electorales, que hasta hace muy poco tiempo recorrían con singular alegría.
Presentar la renuncia a la presidencia del partido, sería una forma decorosa de hacerle frente a la racha de derrotas que le ha tocado asimilar, desde que llegó a ese cargo donde lo instalaron los hermanos Cabeza de Vaca.
Él Cacharro debe entender que su tiempo, que en realidad es el tiempo de los cabezones, ya pasó, y que es necesario que sean otras figuras, otras caras, otros liderazgos, los que conduzcan los trabajos de un partido que ha representado, aún representa y podrá seguir haciendolo en el futuro, a un importante segmento de la población.
El momento actual de los cabezones, es el tiempo de recoger las varas, una vez que los cuetes fueron tronados y cuando ya disfrutaron el espectáculo y la fiesta.
Pero el Cacharro Cantú no está para cuidar su imagen política. No hay mucho que perder, en donde poco se ha ganado. Los espacios que ha ocupado solo se explican por ser incondicional de los señores N, Francisco e Ismael, que cuentan con la obediencia total del legislador virgencito (no se le conoce participación en el Congreso).
La salida tersa para el Cacharro Cantú, es presentar la renuncia y salir con el reconocimiento de la militancia por poner por delante el interés del partido y no aferrarse a los cien míl del Águila del salario de presidente y las generosas prerrogativas que recibe el partido.
La salida forzada llegará tarde que temprano, cuando los panistas decidan rebelarse a los dictados de Francisco N. Julián Sacramento ya se pronunció en ese sentido y está dispuesto a encabezar la rebelión. Chucho Nader tiene rato marcando la distancia de la sombra vacuna. Truko Verástegui deshoja la margarita meditando «me voy o no me voy». Aunque la liebre puede saltar desde el mismo corazón del cabecismo, de las huestes de la Vaca Salvatrucha puede surgir el personaje que descabece el partido, para renovarse y no morir.
Pie de foto.- Cacharro Cantú y la candidata Imelda San Miguel, superados por mas de tres a uno en la elección de senador por el candidato de morena PT