Política

La Comuna

Los arroyos de sangre azul

José Ángel Solorio Martínez

¿Qué pasará con el PAN de Tamaulipas, el 2024?
Dentro de muchos supuestos, el mas cercano a la realidad, es el siguiente: continuará la refriega interna por el control de los aparatos de gobierno partidistas. Esto se deriva, de la coyuntura extremosa que representa la pugna por las posiciones de autoridad; que no son pocas: 36 diputados locales, 43 ayuntamientos, 8 diputaciones federales y dos senadurías.
La señal del grupo de Francisco García Cabeza de Vaca, –con el anuncio del manejo de la campaña de la candidata a senadora, Imelda Sanmiguel por parte de su hermano Ismael– es clara: aspiran a mantener la hegemonía en el panismo regional.
Bajo esa estrategia, intentan cerrar el paso al único actor que les hace sombra y contrapeso: Chucho Nader quien, con su ejercicio de gobierno en Tampico, se ha posicionado como el activo más potente en el estado de los albiazules; luego de los hermanos Cabeza de Vaca.
Representante del panismo sureño, el jefe edilicio Nader, es el único personaje que quedó en pie luego de la estrepitosa derrota del candidato a gobernador Truco Verástegui. Distante de la corriente panista reynosense, que hasta hoy mantiene férreamente secuestradas las estructuras partidistas, el tampiqueño se mueve con discreción, pero con eficiencia, en los entretelones del Comité Ejecutivo Nacional del PAN; intenta evitar, el cerco que el cabecismo ha puesto alrededor del partido para evitar que militantes y personalidades foráneas pueden entrar y disminuir su influencia y su liderazgo.
Los Cabeza de Vaca, saben que perderán la elección y la senaduría que está en juego. Conocen la debilidad que poseen, con todo y que dicen tener bajo control a más de 30 Ayuntamientos del estado. Tienen la certeza, del constante proceso de declinación de sus representantes en el Congreso local.
Y a pesar de ello, insisten en exhibir su control del partido, para mandar un mensaje al CEN azul en el sentido de que ellos, y sólo ellos, tienen bajo su férula los resortes del conglomerado albiceleste.
¿Porqué –y para qué– van Cabeza de Vaca y seguidores, en la elección del 2024?
Sencillo: por las plurinominales; y por la cabeza de la fórmula para el Senado: podrían asegurar la segunda minoría que les permitiría llevar a la Cámara alta a uno de sus socios.
En las listas de los diputados y senadores plurinominales, podrían ir con relativa facilidad tanto Francisco como Ismael.
Eso no acaba ahí: el panismo fronterizo, iría por al menos cuatro diputados locales, que no son cualquier cosa en un escenario en donde algunos partidos no tienen representación alguna.
La gran negociación del panismo tampiqueño –con Nader al mando– será coexistir en igualdad de circunstancias y en equilibrado reparto de posiciones con el panismo reynosense. Y esa posibilidad, no se construye desde lo local; esa circunstancia, tendrá que ser tutelada por el CEN panista para evitar si no la centrifugación de los porteños, sí su pasiva presencia en la vida institucional del PAN tamaulipeco.
De otra forma: si la artificial mayoría del cabecismo en la red partidista azul, sigue imponiéndose en forma excluyente, podría genera una implosión que desangraría aún más a un partido que en menos de seis años, perdió la gubernatura, dejó ir una Senaduría –la del 19 de febrero–, entregó la mayoría en el Congreso, y para el 2024, se le escurrirían casi una decena de alcaldes que se ven deseosos de ser arrullados por la IV T.
Como decían los ejidatarios norteños, cuando la Secretaría de la Reforma Agraria local, los desdeñaba y los engañaba, obligándolos a tomar otros caminos: “el pedo está en México”.
Será allá, y no aquí, en donde se dirimirán las controversias entre las huestes de Nader y las tropas de Cabeza de Vaca.
¿Guerra en puerta?
Es muy posible.
Tan viable, que los tamaulipecos –como nunca– podríamos ver rodar por nuestras calles, turbulentos arroyos de sangre azul…

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