Por: Mauricio Fernández Díaz
•JR triunfará distanciado del pueblo Será legal pero sin respaldo popular en las urnas
•Se precipita elección de Tamaulipas a ser una farsa
Ciudad Victoria.- Estamos a punto de presenciar un hecho histórico en Tamaulipas, pero por motivos vergonzosos. Y ocurrirá en la elección de senador del 19 de febrero, cuando se instalen más de cuatro mil casillas en todo el estado, y se preparen casi tres millones de boletas. Entones ocurrirá lo insólito. No llegará ni un tercio de la lista ciudadana a votar.
Un tercio ya es pésima cifra de participación, de las que caen en la denominación de abstencionismo, que es un problema grave para cualquier sistema político que aspire a gobiernos de mayoría.
Un tercio de participantes da como resultado una menor cantidad de votos decisivos. Es decir, que los funcionarios electos ni siquiera están respaldados por ese tercio. Esto ocurrió en le elección intermedia de 2019, cuando el PAN ganó 21 de 22 distritos.
Con autoridades legítimas pero de nula representatividad, un estado puede tener dificultades de gobernabilidad, distanciamiento con los ciudadanos y tensiones sociales. En Tamaulipas estaríamos en la segunda situación: distanciamiento.
El pronóstico que una vez citamos aquí fue, precisamente, de 30 por ciento de participación el próximo 19 de febrero, pero Imelda Sanmiguel, la candidata del PAN a la senaduría, acaba de corregir esta predicción. De su comentario damos en pensar que será la primera elección sin filas en la calle.
Según Sanmiguel, basada en sondeos de su partido, la asistencia ciudadana caerá a un 20 por ciento. Sin embargo, cuando explicaba este señalamiento, bajó aún más el pronóstico de participación.
Las encuestas del PAN esperan un 17 por ciento de votantes, y quizás menos, el día de los comicios. Y recordemos esto: no se elige a representante de salón, a jefe de manzana ni a líder de colonos: se elige senador de la república.
Al vuelo, sin revisar antecedentes, podemos decir que sería el peor porcentaje de participación jamás visto en Tamaulipas. De representatividad, ya ni hablemos. Es necesario dimensionar esto con los datos disponibles.
Actualmente, la lista nominal en Tamaulipas se compone de 2 millones 720 mil 596 ciudadanos. Una participación del 17 por ciento, netamente antimayoritaria, corresponde a algo así como 462 mil votantes. Sin embargo, el ganador no obtendría todos los votos, se entiende. Un número todavía menor elegiría, en realidad, al senador.
Compararlo con la elección de junio de 2022, que ganó Morena por medio del doctor Américo Villarreal, ensancha aún más el descrédito del proceso extraordinario de este año. En los comicios de gobernador, la participación alcanzó el 53.1 por ciento, con un total de 1 millón 454 mil 780 personas. Esto es tres veces lo que se espera el 19 de febrero.
En Sentido Común fuimos de los primeros en advertir el bajo interés de la población en el proceso electoral extraordinario, al que tuvo que recurrirse por la muerte dolorosa del senador Faustino López, debido a un accidente carretero.
Los partidos en el Senado fueron incapaces de resolver esta vacante por otras vías, incluso declararla desierta, como llegó a plantear Américo Villarreal Santiago, consejero estatal de Morena e hijo del gobernador. La gente ya acusa cierta fatiga de la campaña pasada y ahora quiere resultados, no más mítines. Pero así son los políticos, que prefieren la grilla a atender los problemas sociales.
Esta situación podría ser aprovechada por el PAN, ya que algunos alcaldes morenistas han decepcionado profundamente a los ciudadanos. Pero su candidata no consigue animar ni a los invitados de su cumpleaños, y no ve otro propósito para participar que ser antilopezobradorista.
“La importancia de ese lugar en el Senado que estamos buscando es un lugar en el que finalmente, cuando son reformas a la Constitución, a la ley, se ocupan las dos terceras partes, y aquí es donde podemos poner ese dique”. Así lo dijo Imelda Sanmiguel; no propone nada, solo obstaculizar.
Una elección desangelada no podía engendrar sino un favorito desangelado, y eso explica el camino abierto que tiene para ganar el candidato de Morena José Ramón Gómez Leal, el JR. En una proceso normal, de ciudadanos activos e informados, y en otro partido, no llegaría ni al tercer lugar. Solamente él cree que votan por su prestigio, cuando es la 4T la que mueve la gente.
En suma, Tamaulipas tendrá un senador sin representatividad, entendida esta como la expresión de una verdadera mayoría; un legislador de bajo perfil, pues no se hace uno de los tres candidatos. Este quizás sea un mensaje de losa la clase política: ya estamos cansados de sus intereses de grupo y de figuras impuestas.