Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
La mayoría de los diputados en el periodo actual han dejado mucho que desear con un trabajo legislativo de lo más pobre, por supuesto que unos más que otros pero el que si se descaró fue el ex chofer de políticos y ahora diputado local, Alberto Granados Favila.
A este personaje ya le habíamos revisado su perfil en la página web del Congreso no sorprendiendo para nada su trabajo legislativo, con una módica cantidad de 3 iniciativas presentadas en individual. Pero no hay que pensar mal, tal vez no ha aventado toda la carne al asador para no opacar a sus compañeros que algunos muy apenas tienen una, no se diga de los del PAN, que algunos ni una tienen.
Lo que ahora pasa con este individuo no es más que ahora anda pegado con Úrsula para todos lados; si bien, se sabe que Beto es una especie de ‘vicecoordinador’ de bancada, puesto que se acordó que junto a Humberto Prieto se acompañaría a Úrsula a sus reuniones y no hiciera tratos por debajo de la mesa excluyendo a los que no son de su bando debido a la evidente ruptura en la bancada guinda aunque ellos digan que no; ahora que es la ‘jefa’ por escrito pero no la moral, Beto Granados menos la suelta.
Dicen que quiere tajada de la nueva líder a ver que le baja, ya que en Matamoros no se le hizo tumbar al alcalde y ahora con esa traición su carrera política peligra en el 24. ¿Quién le tendría confianza a un político que busca tumbar a otro y apropiarse de algo que no se ganó? Anda haciéndole ojitos a Úrsula a ver si le consigue algo como a su esposo en alguna universidad de Matamoros.
Evidentemente a Betito le hacía falta mucho trabajo por recorrer antes de pretender ser alcalde y si no puede con la chamba de diputado mucho menos podría con una alcaldía; lo peor de todo es que no ha entendido eso y quiere llegar aunque no tenga una pizca de conocimiento de cómo gobernar o sepa las verdaderas necesidades de su ciudad; lo digo por que como no ha presentado nada que favorezca a Matamoros teniendo la posibilidad de hacerlo, es evidente que será de la misma manera si desempeñara algún cargo público de mayor importancia en el futuro.
El y su madre, la regidora Julia Favila se han ganado el desprecio y arrepentimiento de los matamorenses en haber votado por ellos y dejado que esta familia se incrustara en posiciones en el servicio público; así como estos existen infinidad de funcionarios que solo llegan a ver por sus intereses pero en la mayoría de las veces es debut y despedida, pues su hambre de tener lo que no pudieron lograr de manera honesta delata sus verdaderas intenciones; claro ejemplo el PAN en Tamaulipas. Pasó un año para darse cuenta que la familia Granados Favila no son merecedores del voto del pueblo de Matamoros.