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Vestidos y alborotados: la familia Granados Favila

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

Cuando el alcalde de Matamoros, Mario López ‘la borrega’ pidió licencia para competir por la candidatura de Morena al senado, un grupo de regidores vio la oportunidad de apoderarse de la presidencia, se cree que la que motivó y orilló a sus compañeros a traicionar al que alguna vez los invitó a formar parte del honorable cabildo, fue la 5 quinta regidora, Julia Favila en quien por el momento nos enfocaremos.

En un principio se dice que sus planes eran apoderarse de la alcaldía una vez mandada la terna al congreso, allá metería mano su hijo para ayudarla a que fuera ella quien ocupara esa silla. Al parecer ya tenían todo el plan armado pues sentían como muchos que la borrega iba a ser el candidato de Morena; cual fue su sorpresa, que al final la encuesta favoreció a José Ramon Gómez Leal; por eso cuando el alcalde regresó a tomar posesión de su cargo como presidente, se quedaron vestidos y alborotados; doña Julia ya soñaba que era alcaldesa y que en el 24 acomodaría a su hijo, así de fácil lo imaginó.

Días después se reúnen los regidores y un sindico con un medio de comunicación local y a la señora Favila se le notaba un coraje contenido en su ser y le fue inevitable decir un sinnúmero de señalamientos al alcalde. Cuando se dio cuenta de lo que había dicho y que muy probablemente ni pruebas tenía porque hasta la fecha no ha presentado ninguna, se mantuvo callada y nerviosa el resto de la entrevista. Este tipo de señalamientos puede derivar en una acción legal en contra de quien los diga sin tener un sustento que lo avale.

Hay que aclarar una cosa, todo el mundo tiene derecho a participar, pero ni la señora ni el hijo han hecho algo relevante en sus respectivos puestos como para que merezcan así sin más lo que estaban planeando. Revisando las iniciativas del diputado local Alberto Granados Favila nos podemos dar cuenta de su trabajo legislativo decepcionando a su partido con tan solo 3 iniciativas presentadas a casi la mitad de su periodo, peor aún, ni siquiera están aprobadas, siguen en estudio. Aunado a esto, el señor Granados no preside ninguna comisión, en todas es vocal y en solo una es secretario; al parecer quería la menor responsabilidad posible, tal vez por la falta de experiencia o la indiferencia a su trabajo.

Añadiéndole la pizca de sal que faltaba tiene un historial de faltas injustificadas convirtiéndolo en un diputado flojo y holgazán demostrándolo con sus acciones; además, su casa de gestión al parecer siempre está cerrada pues el equipo de Sentido Comun se ha presentado varias veces en dichas oficinas encontrando sin que haya nadie que reciba. Este tipo de actitudes no pueden ser permitidas en Morena pues, para picarle a un botón por 73 mil pesos mensuales más bonos, viáticos y demás beneficios no lo vale el señor Granados.

Gente oportunista como la regidora y su hijo el diputado siempre habrá y hay que cuidarse de ellos. Para empezar, ya contaminaron el cabildo con sus ideas, ya fragmentaron lo que algún día fue un sólido equipo e indirectamente están apoyando a la secretaria de finanzas, Adriana Lozano en su sueño de ser alcaldesa de Matamoros o ¿Ella con todo el dinero el dinero del estado a su disposición es la que está provocando está rebelión aceitando regidores y síndicos que en su momento eran de la completa confianza de la borrega? Pronto se sabrá.

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