Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Como en la guerra y en el amor todo se vale (y esto incluye el amor al poder), los partidos en Tamaulipas ya preparan un arsenal de ataques y diatribas para la campaña que viene. Podrá ser una elección de baja concurrencia, pero la intensidad que imprimirán los contendientes será tan dura como en los comicios mayores. Cada partido busca las debilidades de su oponente, los puntos frágiles que le resten respaldo electoral, y en Morena ya tienen el hilo más delgado a romper: el gobierno municipal de Ciudad Victoria.
En efecto, la idea del PAN para la elección extraordinaria es reventar a Morena Tamaulipas, golpearlo donde más le duela, y el alcalde Lalo Gattás le ha dado las armas y las facilidades para cumplir ese objetivo.
Nunca ha habido un camino más despejado y abierto para que el enemigo entre en la plaza a denigrar a su rival. Acción Nacional no tiene nada que inventar, como en otras ocasiones, para exhibir a Morena en un debate. Le bastará incluso con mostrar fotografías de los plantones donde los trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento repudian al gobierno morenista de Gattás Báez. El alcalde de izquierda, supuesto defensor de las causas sociales, redujo las prestaciones a sus empleados.
Será una auténtica carnicería la que habrá en campaña contra la Cuarta Transformación por culpa de los gobiernos de Ciudad Victoria e incluso de Nuevo Laredo y Reynosa, donde los servicios públicos funcionan a medias, cunde la inseguridad y se vive una crisis humanitaria debido a los migrantes abandonados en la calle, un coctel de tragedias e incompetencia oficial que dan como resultado un panorama sin esperanzas ni soluciones.
Para colmo de sus pesadillas, se perfila Francisco García Cabeza de Vaca para encabezar la candidatura de la alianza PAN-PRI-PRD, y esto tiene mucho sentido si lo vemos desde el punto de vista económico, ya que son pocos con dinero suficiente para invertir en aventuras como esta. En lo político es aún mejor, ya que no hay enemigo más encarnizado de Morena que el reynosense.
A esto sume usted una añeja rivalidad, rayana en la manía, que se carga García Cabeza de Vaca contra Ciudad Victoria, a la cual maltrató como a ninguna otra localidad de Tamaulipas, siendo gobernador.
García Cabeza de Vaca tiene pocas posibilidades de ganar la senaduría vacante, en caso de quedar nominado, pero su participación está encaminada a ir creando la percepción, a nivel nacional, de que la 4T es un proyecto fallido, incompetente y causante de pobreza e inseguridad. Por esos las dirigencias de los partidos nacionales lo estarían apoyando.
Y ahora contará con un aliado que nadie esperaba y que, sin proponérselo, coreará los señalamientos del panista contra Morena: los victorenses.
Porque los atropellos de Lalo Gattás y su gobierno “morenista” no terminan con el acoso a los trabajadores sindicalizados. También defraudó a los ciudadanos y se ensañó con ellos; ordenó un aumentó de 25 por ciento en los valores catastrales en la Ley de Ingresos de 2023, fijó un cobro de 250 pesos por cada poste que coloquen empresas de comunicación en la vía pública, y otro de 10 pesos por cada metro de cable tendido sobre el espacio aéreo municipal.
Hay ciudades que imponen estas obligaciones a particulares y empresas, en efecto, con el fin de ofrecer servicios de calidad. Pero hablamos de Toronto, Canadá; de Berna, Suiza, o de Copenhague, Dinamarca, no de Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde ni siquiera hay agua las 24 horas del día.
Una vida de tercer mundo con tarifas del primero, este es el legado de Lalo Gattás como alcalde de Morena en la capital del estado.
También explotarán políticamente las denuncias de corrupción en su contra, con la compra de una residencia en playa Miramar y la obtención de una camioneta de un millón de pesos sin tener los ingresos para justificarlos.
De esta forma, la pobre Ciudad Victoria, víctima más que cómplice en esta polémica, será mostrada como ejemplo nacional de los malos gobiernos de la Cuarta Transformación, para disfrute de la derecha y sus socios.
Por pequeña que sea la participación ciudadana, el proceso electoral de febrero sacudirá a los triunfadores de 2021 y 2022 y pondrá a pensar a más de uno si Morena realmente está capacitado para gobernar, si cumple con sus promesas de transformación, o si solo es el PRI metamorfoseado en otro partido.
Cuidado: los pronósticos favorecen al movimiento lopezobradorista, pero no son de acero ni inquebrantables. No sea que se lleven un susto.