Los directivos del plantel dieron aviso a las autoridades tras el hallazgo
DIANA MABEL GONZÁLEZ SALGADO
Alrededor de las 11 de la mañana de este jueves 3 de noviembre la normalidad de la Escuela Secundaria Técnica Número 52 en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, en Puebla, fue interrumpida por una fuerte movilización policiaca, pues se suscitó un evento en el que tanto el personal docente como el alumnado sintieron estar en peligro: un estudiante ingresó una pistola al plantel, informaron medios locales. El hecho fue reportado al 911, por lo que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del municipio capital acudieron al llamado.
Una decena de patrullas de la Policía Municipal se apostaron afuera de la escuela ubicada en la calle Citlaltépetl, esquina con calle Puebla, para entrevistarse con los directivos de la escuela, quienes previamente habían dado aviso a los padres del menor sobre la situación que se vivía en el plantel. Las autoridades escolares informaron que fueron notificados sobre un alumno que llevaba entre sus pertenencias un arma de fuego.
La presencia de las unidades policiales y de los agentes alertó a los vecinos, que tuvieron temor al no saber lo que ocurría, algunos padres de familia también llegaron al plantel para averiguar lo sucedido.
Tras la inspección de los policías al arma que causó alarma en la escuela secundaria, se confirmó que se trataba de una pistola de postas, por lo que no representaba una amenaza ni para los alumnos ni para los profesores o trabajadores, pero se precedió a asegurarla. También se informó que no fue detonada, por ello las clases se reanudaron de manera normal.
Hasta el momento no se ha dado información oficial sobre la situación del alumno, si continuará en la escuela o tendrá alguna sanción, tampoco sobre si las autoridades implementarán el operativo “Mochila segura”. En tanto, los padres de familia solicitaron una mesa de diálogo para abordar el tema.
Lo ocurrido en Puebla se suma a una lista de incidentes en escuelas de México, que van desde amenazas de tiroteos, hasta casos de agresiones severas, provocando que la sociedad esté en alerta por la inseguridad a la que podrían enfrentarse los menores o incluso profesores, pues también ellos han sido víctimas de violencia extrema.
