Política

Los Ayuntamientos no se tocan

Por Oscar Díaz Salazar

Desde la orilla de la patria, desde la frontera norte, a muchos kilómetros del centro del país, pienso que el tema que requiere nuestra atención, y la institución que merece ser defendida de las pretensiones del gobierno, plasmadas en el proyecto de reformas políticas que hoy se discuten, es el de los ayuntamientos.

De manera simplista les diré que no siempre lo más pequeño es mejor, ni viceversa. La propuesta para disminuir el número de regidores y síndicos que integran los Ayuntamientos, con el argumento de ahorrar dinero público, de fortalecer los erarios municipales, no necesariamente es buena, porque tiende a personalizar los gobiernos locales (municipales), concentrando en una sola figura las capacidades y funciones reglamentarias (legislativas), sancionadoras (equivalente a las judiciales) y ejecutivas, que son las que actualmente poseen en exclusiva los presidentes municipales.

No ignoro que en la práctica muchos ayuntamientos han sido de adorno, pues ha prevalecido, en todo momento y circunstancia, la voluntad del presidente municipal, pero me parece que no es sano concentrar facultades y atribuciones en un solo individuo, por lo que estoy en desacuerdo con la reforma propuesta por el grupo gobernante que pretende achicar las asambleas en las que se deposita y ejerce el gobierno municipal.

El argumento del ahorro que suelen esgrimir quienes ejercen tareas de gobierno ejecutivas, y que siempre lo aplican «en los bueyes de mi compadre», para proponer reducciones en el tamaño de las asambleas legislativas, (o con facultades reglamentarias), no suelen aplicarlo en las entidades que están a su cargo. En el caso de López Obrador no es la excepción, o díganme si han sabido de recortes en la burocracia federal.

Me parece que pecan de soberbia los políticos y gobernantes que desde el centro del país nos miran como Dios a los conejos, y se atreven a ordenarnos de que tamaño deben ser nuestros gobiernos locales, que por cierto, en CDMX, tienen muy poca experiencia en la materia, pues la existencia de asambleas legislativas y ayuntamientos es muy reciente.

Para bien y para mal, los habitantes del centro del país fueron gobernados por un emisario (Delegado) del presidente de la República, y su experiencia con gobiernos locales es muy reciente.

Lo que escribo de los ayuntamientos, vale también para el poder legislativo. Mientras no se contemple una fórmula para integrar a las minorías, en la justa proporción que señalen sus votos, seguirán siendo útiles y necesarios los plurinominales. Proponer la desaparición de los plurinominales, de manera tajante y sin compensaciones para garantizar la participación de las oposiciones, es contradictorio en un grupo político que uso esos espacios para preparar su acceso al poder.

¿Y quien señala y con qué criterio el tamaño óptimo de los Ayuntamientos, la Camara de Diputados y la de Senadores?

Es obvio que si no trabajan, si no saben, o no pueden, o no quieren hacerlo, todos los empleados públicos están de más, y eso vale para regidores, síndicos, presidentes, diputados, senadores, médicos, maestros, enfermeras, secretarías, oficinistas, etc.

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