Política

La agresión hacia las mujeres no es una valentía: es una bellaquería

Por: Vicente Hernández

«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte».
‹Minerva Mirabal›

El 25 de noviembre de 1999 fue declarado en México como el Dia Internacional Contra la Violencia hacia la Mujer, sin embargo, esta fecha ya se venia conmemorando desde el año 1981, en honor a las tres hermanas dominicanas que fueron asesinadas un 25 de noviembre de 1960 por ordenes del dictador de Republica Dominicana Rafael Trujillo, del cual las hermanas Minerva, Patria, y María Teresa Mirabal “Las Mariposas” fueron las mas fervientes opositoras a su régimen dictatorial

En diferentes artículos, publicados en distintos periódicos he tratado el tema de la mujer, en ellos he hablado del respeto que le debemos, de su abnegada sumisión ante el machismo imperante en este reducto de tierra llamado Republica Mexicana. Tierra de canciones de José Alfredo Jiménez, en la cuales se pondera el amor, el desamor y la traición de las mujeres, hasta que a principios de 1961 una mujer de nombre Emma Elena Valdelamar, vino a reivindicar musicalmente el lugar de la mujer latinoamericana al componer la canción “Cheque en blanco”, que fue un gran éxito en la voz de Chelo Silva, años después vendría Paquita la del Barrio a ponerla nuevamente de moda, y a cantar canciones con la misma temática como “Rata de dos patas”, aunque esta canción no la compuso una mujer, sino un hombre llamado Manuel Eduardo Toscano quien se convirtió en su compositor de cabecera.

La muerte de manera violenta, así como el maltrato físico y mental hacia las mujeres va cada día en aumento, pese a que los gobiernos estatales y el federal tratan de minimizar los hechos, y de rasurar las cifras de feminicidios, pero de acuerdo al sistema de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a septiembre de este 2022 se han cometido 695 feminicidios, de los cuales en su mayoría no han sido resueltos, mucho menos los autores están tras las rejas.

Hace pocos días el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana Ricardo Mejía Berdeja, declaro durante una rueda de prensa que tan solo en lo que va del 2022 han sido asesinadas 5 activistas de personas desaparecidas 1-Ana Luisa Garduño fue asesinada en el bar Apolo XI en el municipio de Temixco, Morelos, el 27 de enero de 2022, 2- Gladys Aranza Ramos asesinada el 15 de julio de 2022 en el Ejido Ortiz, perteneciente a Guaymas, 3-Blanca Esmeralda Gallardo fue privada de la vida en la ciudad de Puebla el 4 de octubre de 2022, 4-Rosario Lilián fue hallada sin vida el 31 de agosto de 2022 en La Cruz de Elota, Sinaloa, 5-María del Carmen Vázquez, integrante del colectivo Personas Desaparecidos en Pénjamo y madre de Osmar Zúñiga Vázquez fue asesinada el 6 de noviembre de 2022 en Abasolo, Guanajuato.
Todo lo anterior es solo un botón de muestra de lo que representa ser mujer en tiempos de canallas, pero esta estigmatización hacia las mujeres la podemos encontrar en la misma Biblia de los hebreos, en la cual se culpa a Eva de brindarle la manzana al inocente Adán, también se mantiene la quizás falsa idea que María Magdalena fue una prostituta, se le culpa a Dalila de cortarle el pelo a Sansón, afortunadamente muchos compositores mexicanos han idealizado a la mujer en sus canciones: Agustín Lara, Guty Cárdenas, Armando Manzanero, Luis Demetrio, Roberto Carlos, y algunos más, pero retomando a la mujer en la historia, como olvidar la valentía y arrojo de una Juana de Arco, “La doncella de Orleans” la belleza idealizada por el caballero de la triste figura de Dulcinea del Toboso, la probada fidelidad de Penélope, la valiente defensora de os derechos humanos Digna Ochoa, la poesía irreverente de Pita Amor, el apostolado educativo de Estefanía Castañeda, la prosa inteligente de Sor Juana Inés de la Cruz, las deliciosas novelas de Elena Poniatowska, y la caridad y bondad de la Madre Teresa de Calcuta.
Pero sobre todo, como olvidar el trabajo de parto de nuestras madres, y de todas las madres de todos los continentes, y de todas las condiciones sociales, que con cada pujido, con cada esfuerzo desgarraron sus entrañas para darnos sangre, para darnos carne, para darnos vida, y eso no se paga ni con todo el oro del mundo, dedico entonces este texto como un humilde tributo a todas las mujeres que ame, a las que no ame, y a las que estoy por amar, y al mismo tiempo lanzo un exhorto a los gobiernos de los tres niveles, a que hagan algo para la prevención y cuidado de nuestras mujeres, que sus demandas sean atendidas sin que sean revictimizadas, y sobre todo que no se encubra a violadores, feminicidas, y agresores de mujeres.

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