Seguridad

«Gritaba mientras ellos me destrozaban el rostro»: escalofriante relato de una sobreviviente de un secuestro en un taxi

DIANA ZARAGOZA

Para Paulina la vida no es la misma desde hace 12 años, pues el temor persiste en su día a día luego de vivir un secuestro y robo a bordo de un taxi en calles de la Ciudad de México, «la experiencia fue traumática», recuerda mientras dice que le ha costado mucho sentirse segura mientras viaja en transporte público, pues tres hombres le destrozaron el rostro a golpes durante un secuestro exprés del que no sabe cómo salió viva.

Ella por desgracia es una más de tantas mujeres quienes han vivido experiencias de horror al viajar en transporte público, pues estaba sola, viajaba de noche y fue muy fácil hacerle la parada a un taxi tras una discusión con su novio, pues en ese momento lo único que quería era llegar a su casa. No contaba con que pasaría horas de terror a bordo de ese vehículo, un Tsuru al que se subieron tres hombres quienes le pidieron sus tarjetas, dinero y lo que llevara de valor, pero ella no llevaba nada.

Aterrada Paulina empezó a gritar, mientras pedía auxilio, uno de los dos ladrones que se sentaron a sus costados, le gritó que se callara o le «partirían la madre» pero ella no dejó de gritar pidiendo ayuda. Fue entonces cuando el tercer sujeto que se sentó en el lugar del copiloto le dio el primer puñetazo en la cara, en el acto le rompió la nariz. Le arrancó la bolsa que tenía apretando en las manos y le pidió su número para retirar dinero del cajero. Ella no se los dio, siguió gritando.

«Sentí mucho dolor con el primer golpe, sabía que no traía cosas de valor, ni el celular, porque lo había dejado en el restaurante luego de discutir con mi novio, tenía como doscientos pesos de efectivo y pensé que me querrían matar si veían que no tenía dinero, por eso grité, grité, grité tanto como pude mientras ellos me pegaban. Sólo sentía sus puños contra mi cara, me dieron golpes en el estómago, me jalaron el cabello, me golpearon hasta dejarme casi inconsciente». 

«Lo perdí todo en unos minutos»

Paulina no se ha subido a un taxi desde hace 12 años que fue atacada. Foto: Cuartoscuro

Los otros dos ladrones que estaban junto a ella también empezaron a pegarle en el rostro, cuando vieron que Paulina no se callaba ante sus amenazas, entonces con una furia la golpearon sin importarles que fuera una mujer de 1.50 metros de altura con peso de 45 kilos. La fuerza que ellos ejercían con cada golpe provocó que le rompieran la mandíbula, la órbita derecha, la nariz y algunas costillas del costado izquierdo. Le desfiguraron el rostro en unos minutos, pero la pesadilla no terminó ahí. 

Los criminales la trajeron horas paseando abordo del Tsuru mientras ellos pasaban al cajero a retirar el dinero que tenía en su cuenta de débito, recuerda con la voz entrecortada que sí tenía una buena cantidad en el banco (no quiso decir cuánto) y eso fue lo que más le dolió, pues eran sus ahorros de años, estaba juntando para independizarse a los 28 años, y poder salir de la casa de sus tías, pero ese plan no pudo concretarse.

«Lo perdí todo, no sólo mi dinero, sino la oportunidad de salirme de la casa y la seguridad que tenía de andar sola en la noche, pues no era la primera vez que tomaba un taxi de madrugada, me sentía segura y confiada hasta ese día, pues ya no me subo a un taxi, ahora prefiero usar el Metro o incluso caminar…uso poco las apps de transporte porque tampoco me dan confianza y pues es lamentable que doce años después de mi asalto sigan pasando estas cosas y no podamos viajar seguras las mujeres». 

Paulina fue arrojada del Tsuru en movimiento horas después de abordar el taxi en calles de la alcaldía Tlalpan al sur de la capital del país; al caer se rompió las costillas y fue gracias a otra mujer que logró salvar su vida, pues la vio tirada en la calle pidiendo ayuda, gracias a esa mujer llegó a un hospital y pudo contactar a su familia. Ella nunca perdió la consciencia y fue gracias a su férreo espíritu que pudo sobrevivir a una noche de terror que ha querido enterrar en el pasado, ha acudido a terapia para poder tener percepción de seguridad al andar sola en la calle y recobrarla no ha sido fácil.

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«No me he vuelto a subir a un taxi»

Ni sola ni acompaña, Paulina no se ha vuelto a subir a un taxi desde el 2010 cuando fue terriblemente atacada por tres rateros, quienes quedaron en impunidad total, pues aunque presentó la denuncia jamás tuvo noticias de su detención, y ella prefirió no darle seguimiento al caso para no tener que enfrentarse a los atacantes que le cambiaron la vida en unas horas. Narra que ha sido un proceso complicado tener que salir sola a la calle, pero gracias a terapia psicológica ha podido recobrar su vida. 

«Los primeros meses no podía salir sola, amigos y familiares me llevaban a todas partes. Perdí mi trabajo porque tuve varias cirugías para que me reconstruyeran el rostro, fue doloroso física y emocionalmente, no quería que nadie me viera así, así que dejé mi trabajo y estuve con mis tías el tiempo de recuperación…pasó al menos un año para que volviera a salir sola, pero sí tenía miedo, evitaba estar de noche fuera», recuerda Paulina, quien asegura que si no hubiera sido por la terapia seguiría encerrada en su casa. 

Más de diez años después aún hay estragos de esas horas de terror, pues no se sube a taxis de la calle aunque hoy sabe que un fue momento de malas decisiones lo que la llevó a arriesgar así su vida. Reconoce que nunca debió irse en la noche de manera impulsiva pero también exige a las autoridades que asuman la responsabilidad que les toca en materia de seguridad, pues lo que le pasó a ella no debería pasarle a nadie, a ninguna mujer, ni hombre. 

Gabriela, no corrió con la misma suerte

El caso de Lidia Gabriela ha causado indignación social. Foto: Especial

Hace unos días se dio a conocer el caso de Lidia Gabriela, quien falleció tras intentar escapar de un taxi en movimiento. La última versión de las autoridades indica que el hombre que arrestaron en la alcaldía Iztapalapa como presunto responsable de la muerte no es la persona que conducía el automóvil cuando la joven se aventó mientras circulaba a alta velocidad.  Ella se comunicó por última vez con su novio Alexis vía mensajes a través de WhatsApp para decirle que le estaban cobrando de más y que ya no le permitían bajar del carro. 

Esta acción generó que la joven tuviera miedo, y comenzó a gritar pidiendo ayuda, lamentable no vio que una pareja en una moto la iba a auxiliar, por lo que se lanzó del taxi en movimiento perdiendo la vida casi de manera inmediata al golpearse la cabeza. «Mi hija pedía auxilio, una pareja que iba en una moto la iba a auxiliar, pero ella no vio, por eso aventó. Se están haciendo todas las averiguaciones para encontrar al culpable», relató su madre tras culpar al taxista por el fallecimiento de su hija. 

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