Educación y cultura; sucumben ante la tecnología moderna
“El progreso tecnológico sólo nos ha proporcionado medios más eficientes para ir hacia atrás”
‹Aldous Huxley›
Por: Vicente Hernández
No deja de causar un poco de asombro el saber que en Tamaulipas en pleno 2022, 3 de cada 100 personas de 15 años y más, no saben leer ni escribir, comparativamente a nivel nacional son 5 de cada 100 habitantes los que están sin alfabetizar, siendo las personas de 75 años y mas las que detentan un mayor porcentaje que es de un 16.3% según datos del INEGI del 2020, que provienen del 2021 atrás, pero en ese mismo año el primer caso de COVID-19 se detectó en México el 27 de febrero de 2020 por lo que la inasistencia y deserción a clases quizás haya aumentado los índices.
Estos porcentajes quizás sean tolerables, pero que no debieran de existir en tiempos del Internet, de la educación abierta, y por línea, ojala que el nuevo gobierno que encabeza Américo Villarreal Anaya atienda a fondo el poco, o mucho rezago educativo que priva en nuestra entidad, y le brinde oportunidad a las nuevas generaciones de maestros deseosos de poner en práctica sus recién adquiridos conocimientos pedagógicos.
La destacada labor que a través de los años han venido realizando los maestros en México ha sido reconocida desde el 15 de mayo de 1918, gracias a la propuesta que presentaron ante el Congreso de la Unión los entonces Diputados Benito Ramírez García (Veracruz) y el doctor Enrique Viesca Lobatón (Coahuila), el 27 de septiembre de 1917 y aprobada y decretada en diciembre del mismo año, quedando así instaurado el día 15 de mayo como el “Dia del maestro”.
El adquirir cultura hace varios años era una necesidad altamente ponderada, una motivación para los jóvenes de aquella época, pero hoy día el tema de la cultura ya no es tan valorado, porque al común de la gente le interesa mas tener cosas materiales y dinero, que tener conocimientos y cultura, debido en parte a que los medios masivos de comunicación, prensa escrita, radio, televisión, y redes sociales ponderan mucho mas las actividades lucrativas de los espectáculos, y convierten en héroe nacional a un púgil ignaro, que obtiene una victoria a golpes, o a un futbolista por el hecho de haber parado un penalti en un campeonato mundial, pero con estos oficios se ganan grandes fortunas que en este México surrealista no logra ganarse un científico, un maestro, o un catedrático.
Ante esta situación, los niños y jóvenes en edad escolar ya no se interesan en adquirir conocimientos y cultura, ya que son deslumbrados por la desmedida publicidad que magnifican aquellos que son los mas altos exponentes de la decadencia de nuestra sociedad, la cual le da mas importancia a los material que a lo cultural, acabando así lo que en aulas se quiere inculcar a los alumnos sobre valores y principios éticos, y es que en la vida diaria, los jóvenes ven que los profesionistas que invirtieron muchos años y un gran esfuerzo en su preparación académica, cuando llegan a conseguir un empleo apenas si ganan lo suficiente para sobrevivir.
En cambio ven que el astuto, carente de preparación, pero sin escrúpulos, aquel que no le importa perjudicar a los demás con tal de obtener un beneficio personal, lleva una vida económicamente de mayor nivel, y puede obtener una buena casa, un lujoso automóvil del año, y un sinnúmero de comodidades materiales, aunque todo esto no le pueda proporcionar conocimientos y cultura, porque la falta de principios y valores morales, no le permite ver mas que sus necesidades y deseos materiales, y no sus necesidades espirituales, y al hablar de espiritualidad no me refiero únicamente a la religión, sino en el poder ver la esencia de las cosas, el poder de ver lo bueno, lo bello, lo verdadero, como lo menciona el escritor francés Antoine de Saint Exuperi en su libro “El principito”… “Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve con el corazón” solo que; o se nace con esa sensibilidad o se desarrolla la capacidad de ver lo bueno, lo bello, lo verdadero en cada manifestación artística y cultural del hombre, a través del tiempo y su paso por este planeta, que por falta de cultura en el hombre moderno, el hombre mismo se esta destruyendo.
Hace miles de años para educar a un conjunto de tribus nómadas, fue creado un divino decálogo, por un gran exponente de la mas grande cultura de aquellos tiempos, fue la manera de sentar las bases de la convivencia humana, y de aquel tiempo a la fecha ha habido un gran avance científico y tecnológico, pero culturalmente estamos en un gran atraso, ya que al no tener la cultura de la preservación estamos acabando con el planeta.
¿Qué podemos esperar que suceda con la cultura, si la cultura es la hija de la educación, y esta parece ser que cada día existe menos? Reza un dicho popular que: “La educación no se aprende, se mama” esto quiere decir que la educación viene del hogar, y que lo que se imparte en la escuela es instrucción académica, y solo un refuerzo de la buena educación que el alumno recibió en el hogar.
Por eso es que cuando ya se tiene instrucción académica, se puede tener acceso a la cultura, y no es que sea elitista, pero es que difícilmente se lograría comprender a Cervantes a través del Quijote, si no se ha aprendido primero a leer y a escribir, y luego a analizar obras literarias, porque quien no ha incursionado en esto último, solo ve el relato de un loco, sin adentrarse en la esencia de la obra, y en la sintaxis del idioma. Así como también sería muy difícil que pudiera comprender a Picasso, Dalí, Monet, si no se ha aprendido a apreciar la línea, la forma y el color, y así es en cualquier manifestación artística o cultural, pero además con los avances digitales están los celulares, los juegos en línea, el Facebook. Twitter, Wasap, Tik Tok y algunos otros que conforman las redes “sociales”, que se encargan de destruir en unos minutos el esfuerzo diario de tantos maestros, que tratan de educar, enseñar y elevar el espíritu de sus educandos.
Porque lo que debieron aprender en el hogar, no esta del todo arraigado en ellos, debido a que los jóvenes llegan de las aulas y se ponen a ver las redes sociales para chatear con sus amigos, o a jugar con sus videojuegos de moda, evadiéndose por horas de sus ocupaciones normales en casa, como platicar con sus padres, hermanos, y cultivar las relaciones familiares, entonces aquello que quiso ser germinado en la mente de los alumnos, es borrado inmediatamente por los distractores digitales, y como anote al principio, es sorprendente que 3 de cada 100 personas en Tamaulipas no sepan leer ni escribir, pero que tienen una asombrosa facilidad para los videojuegos y el manejo del celular, pero quizás así le conviene a los gobernantes en turno, tener entretenida a la ciudadanía para que no piensen, y solo acepten la doctrina política que se les imponga.