Por:Mauricio Fernández Díaz
Sacude a Tamaulipas elección extraordinaria de senador en 2023
Ciudad Victoria.- El senador Faustino López Vargas y su esposa perecieron el sábado 8 de octubre en un accidente carretero, en Zacatecas. Su muerte conmocionó a todos y unió en un solo sentimiento de dolor a los tres niveles de gobierno, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador. Como legislador suplente, deja un vacío que deberá llenarse con la elección de un nuevo senador en febrero del año próximo.
En las horas actuales del país, dividido en bloques ideológicos como nunca antes, la política es un producto de primera necesidad, y el voto de un solo legislador puede hacer la gran diferencia para aprobar un presupuesto, reformar la Constitución o desaforar a un gobernador. La senaduría que se ha perdido le pertenecía a Morena, pero ahora deberá luchar nuevamente con otros partidos si la quiere recuperar. Esto ha avivado la ambición de varios políticos tamaulipecos.
Es difícil no ponerse filosófico ante la muerte inesperada del doctor López Vargas, una persona muy querida, llena de planes y deseos de trascender en la sociedad. Todos se los llevó a la tumba. Así terminan muchos proyectos que, por diversos motivos, se aplazan o tardan en cumplir, a veces por indecisión personal. La muerte tiene su propia agenda y nos está negado conocerla. Por eso conviene actuar de inmediato y no diferir lo que más se ansía.
A los vivos nos toca ver un estado y un país algo mejor que lo que vio el buen Faustino López. Por eso hay que buscar su mejor remplazo.
Y bien, como ha sido la constante en las últimas elecciones, hay prospectos buenos y malos, y uno creería que los partidos jamás se decidirían por estos últimos. En México el pensamiento político es ilógico, y hasta el peor aspirante puede convertirse en el candidato oficial con ayuda de un padrino poderoso. Ahí está Luis Cantú, el Cachorro, el más ignorante en cuestiones políticas del estado pero convertido en dirigente del PAN.
Si al entrañable Faustino lo ha de sustituir alguien ese debe ser un estadista de cepa, respetado y ganador. En todo Tamaulipas no hay otro con ese perfil como Chucho Nader Nasrrallah, considerado el mejor alcalde de México por la calidad de los servicios, de las obras y de la administración pública que ha logrado en Tampico. No solo gana los cargos de elección popular, incluso se reelige (primer caso en la historia del municipio), sino que desafía al poder omnímodo de Francisco García Cabeza de Vaca en las internas del Comité Municipal del PAN, en las que vence Nora Gómez, afín al proyecto de Chucho. Nader pudo ser el candidato a la gubernatura según algunos sondeos panistas (el mismo Marko Cortés lo apoyaba) pero las sórdidas negociaciones del cabecismo se lo impidieron. Por sus altas calificaciones de desempeño, ocupa el primer lugar en la lista de aspirantes a la senaduría del 2024, pero la elección extraordinaria de febrero lo podrían adelantar en la boleta. Tiene todo para ganar: estructura, operadores y apoyos.
Otro que puede competir honrosamente en el PAN por la senaduría es César Verástegui Ostos, el Truko, segundo lugar en la elección del 5 de junio. El ingeniero tuvo poca suerte en esta aventura ya que le tocó pagar los platos rotos que dejó Cabeza de Vaca, justamente sujeto a orden de arresto por delitos de corrupción. Además, llegó con poco tiempo de promoción, ya que otros candidatos se posicionaron un año antes o más. Aun así, obtuvo 642 mil 433 votos, y este resultado se debe dimensionar a la luz del contexto que acabamos de citar. Si el cabecismo hubiera hecho ligeramente un mejor papel como gobierno, estaríamos en una situación muy distinta a la actual.
Solo podemos agregar a Kiko Elizondo Salazar entre los panistas que pueden luchar decentemente por el escaño, ya que el cabecismo empobreció hasta la miseria los cuadros de Acción Nacional. Kiko es el único dirigente estatal del PAN que puede alzar la cara en asuntos electorales, ya que ganó 21 de 22 distritos para renovar al Congreso del Estado. En todas las regiones tiene apoyos y sabe pensar como militante, no solo como líder. Todo lo contrario a estas cualidades es Luis Cantú, el Cachorro, o más bien el inmaduro, a quien mencionan para esa candidatura, incluso a Gerardo Peña Flores, regiomontano insoportable que vino a Tamaulipas a tirar rollos y autoengañarse, pues en las cuatro ocasiones que quiso ganar una elección local, las perdió.
En realidad, en Tamaulipas se vive una oleada de simpatía por Morena que convierte a este partido nuevamente en favorito de los ciudadanos, ahora para la elección extraordinaria de febrero. Un campeón peso pesado es Mario López Hernández, alcalde de Matamoros, único en obtener más de 100 mil votos en los comicios de 2021. La “Borreguera” es un líder nato en la frontera de Tamaulipas y sobresale incluso en ciudades como Nuevo Laredo y Reynosa, gracias a su talento como interlocutor de sectores tan diversos como el empresarial y el popular. Otro con grandes posibilidades es Adrián Oseguera Kernion, alcalde de Ciudad Madero, quien ha recibido el apoyo de figuras destacadas del morenismo nacional como Olga Sánchez Cordero y Ricardo Monreal. José Ramón Leal, el JR, también es una propuesta viable para esta senaduría, aunque su parentesco con el fugitivo exgobernador podría afectarlo.
Importante será la opinión del gobernador Américo Villarreal Anaya en este acertijo electoral, ya que su preferencia movería la balanza necesariamente hacia el ganador. Digámoslo sin rodeos: el doctor Villarreal es el hombre más fuerte de Tamaulipas; tiene el apoyo, nada menos, del presidente de la República y del Secretario de Gobernación. Sus excelentes servicios al partido por haber ganado la gubernatura le conceden facultades para dar su visto bueno. La decisión luce difícil, pero cabe esperar que se decida por la madurez y la experiencia.
En los corros políticos de la capital se habla de la influencia de la familia del gobernador en la toma de decisiones. Es justo decir que esta influencia es de las buenas, ya que la mayoría de los hombres y mujeres del gabinete son preparados y honestos. Uno de los más activos es Américo Villarreal Santiago, hijo del mandatario victorense, pero lo cierto es que la última palabra la dice el médico cardiólogo, por más amor filial que sienta por los suyos.
Hay otros personajes que también saltan en un pie y piden la oportunidad de ser candidatos. Algunos hasta dicen estar protegidos desde ahora para ser el siguiente senador.
Mucho cuidado, pues del plato a la boca se cae la sopa.
