Política

Los des invitados al gobierno

Por Oscar Díaz Salazar

Al menos hay tres casos, -que son de los que tengo información- de personajes que habiendo sido invitados a la jefatura de una oficina en el gobierno de Tamaulipas, fueron marginados de último momento, y no entraron al gobierno.

La promesa no cumplida, no sólo afectó a tres individuos, alcanzó a varios más, que además de aspirar a un cargo, en calidad de colaboradores de los jefes de oficina, realizaron el trabajo previo, que les permitiría tener un buen desempeño cuando ya estuvieran en el servicio público.

Estos personajes de los que les platico, cuyos nombres omito para no perjudicarlos más, trabajaron por varias semanas en el rediseño administrativo de la oficina que les prometieron, prepararon el documento sectorial que se integraría al Plan Estatal de Desarrollo, generaron el plan de los cien días de su área, para iniciar con rumbo y con certeza el sexenio, elaboraron decenas de programas operativos, trazaron la política del tema, diseñaron estrategias de colaboración con la iniciativa privada, con la sociedad y con los otros órdenes y niveles de gobierno, e incluso elaboraron proyectos de reformas a la ley para mejorar los asuntos que tendrían a su cargo.

Los tres casos que conozco son de personas preparadas, competentes, compenetradas con los asuntos de la oficina que les prometieron, con formación universitaria, con experiencia laboral, con conocimiento de las tareas propias de las oficinas prometidas, y negadas.

Los tres casos tienen el respaldo de su participación en la campaña del ahora gobernador.

¿Y por qué no les cumplieron?

Por pretextos: porqué trabajaron con fulanito, porque son parientes de zutanito (criterio que se aplica a discreción y que no afectó al primo del Truko), porque tienen amigos o familiares que criticaron al señor, porque anduvieron con Valderrama, porque apoyaron a Maki, porque no se le cuadraron al Junior o porque tienen criterio propio.

Además de sentirse lastimados por el incumplimiento, y por el trabajo realizado y no remunerado ni recompensado, estos personajes se sienten agraviados por la manera como los han tratado, pues además de negarles la chamba, los quieren hacer sentir culpables por las razones mencionadas en el párrafo anterior, esto es, por haber trabajado con x alcalde o gobernador, por ser amigo de alguien, por ser familiar de una persona no grata para el grupo compacto del señor.

Lo menos que les deben a estos personajes sin nombre (en este texto) es una explicación, una disculpa y el pago de tres meses de trabajo profesional, especializado y de alto nivel… O la promesa y la decencia de no usar sus proyectos y sus ideas, plasmados en un texto que ya conocieron los afortunados que teniendo el visto bueno de la casa y del Club de Tobi, -nada más les hace falta-, estrenan cargo en el gobierno.

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