Los daños del Tercero
Por Oscar Díaz Salazar
El Tercero le batalló un buen para hacerse del mando en morena. Fue necesario encontrar aliados para competir en las nueve elecciones distritales, de las que surgieron 90 consejeros estatales, 45 mujeres y 45 hombres. Después se tuvo que cabildear para que esos noventa consejeros le dieran su voto a la mujer apropiada y conveniente a sus intereses, y digo mujer, porque tendría que ser mujer para cumplir el mandato del Comité Ejecutivo Nacional. La propuesta inicial no fue aceptada por los consejeros, por tratarse de una dama ligada muy recientemente al PRI y al PAN, por lo que fue necesario manejar una segunda opción.
Para hacerse del control de morena en Tamaulipas, el Tercero tuvo que gastar, correr la milla, pedir favores, hacer alianzas e incumplirlas, convencer, hacer que desistieran varios aspirantes, verles la cara a los presidentes, ofrecer espacios en el gobierno etc., etc.
Controlar a morena no fue fácil, pues es un partido con vida interna, en el que coexisten varias expresiones políticas, en donde coinciden personajes con antecedentes y cultura política diversa, en donde no hay un solo dueño, ni impera una sola voluntad.
El Tercero, que ha vivido en la cultura política del PRI, que hoy más que nunca aprecia las costumbres priistas en las que se impone la voluntad de un solo hombre, quiere tener en su puño las riendas de un partido que se asume democrático, pero que al menos en Tamaulipas, va derechito a convertirse en el PRI guindo.
Pero dejemos ese tema que ya es historia y del que hablamos en el momento en que estaban sucediendo las cosas aquí narradas, para enfocarnos en el Partido Verde, en donde también pretende meter su cuchara el Tercero.
El verde es un partido franquicia, un partido que suele coaligarse con la opción ganadora. Y cuando digo partido franquicia me refiero a que es un partido cuyos dueños alquilan las siglas, en las entidades federativas, a personajes que operan la vinculación a los partidos y actores políticos en vías de acceso al gobierno.
De buena fuente me entero que ni el Tercero, ni el Segundo que hoy es primero, quieren al gerente del Verde en Tamaulipas, y que no solo marginaron a Manuel Muñoz Cano del gabinete, no sólo fue excluido de una participación en el gobierno del Estado, no sólo no le dieron, sino lo quieren quitar de la dirigencia del Partido Verde.
El Tercero va por la presidencia del Partido Verde en Tamaulipas, y ahí el asunto es más fácil, basta con solicitar la franquicia a sus dueños. La información que tengo es que el despojo a Muñoz Cano se hará después de la visita del presidente a Tamaulipas.
Que se cuiden los que sirvieron o apoyaron al hoy gobernador, porque les están aplicando eso de que «el bien con el mal se paga».
La duda es si el Tercero actúa así por desconocimiento de las personas y las circunstancias que contribuyeron al triunfo, o si sólo es el instrumento y portavoz de la ingratitud del señor.