La Comuna
Las enseñanzas de Tampico
José Ángel Solorio Martínez
Sin duda, Tampico, es la ciudad con mejores y más eficientes servicios públicos de Tamaulipas. Por lustros, -esto se ha mejorado con la administración municipal de Chucho Nader-, pasear por la ciudad es una contrastante experiencia: no se ven fugas de agua ni de drenaje; el mantenimiento a las calles es permanente y el servicio de limpieza es por mucho, uno de los mejores de las ciudades más desarrolladas del noreste mexicano.
Hasta en asuntos de seguridad pública, la ínsula portuaria destaca a nivel nacional.
No en vano, el jefe edilicio del puerto, se ha instalado como uno de los mejores alcaldes del país.
Evidentemente: el trabajo que se nota en la ciudad, no es fruto del esfuerzo individual de su presidente municipal; aunque, también es un factor que influye en el orden de la infraestructura citadina.
¿Por qué aquí sí, y no en otras ciudades, la COMAPA opera con eficiencia los servicios que tiene a su cargo?
¿Porqué aquí sí, y en otras partes no, trabaja con atingencia y premura la Secretaría de Obras Públicas?
¿A qué se atribuye que aquí sí, y en otras latitudes no, jale el departamento de limpia?
¿Qué explicación hay en que aquí sí, y en otros municipios no, existan índices menores de inseguridad?
Por una razón fundamental, que los tampiqueños tienen y los otros 42 municipios del estado, no poseen: una sociedad civil vigilante y actuante en la vida social, política y económica.
Otras latitudes, carecen de ese formidable contrapeso a la autoridad pública. En ciudad Victoria, por ejemplo, las organizaciones sociales, tienen una fuerte dependencia del poder; disfrutan contratos de la UAT y del Gobierno estatal, que les obliga a mantener cerrada la boca con temas que pueden sonar como críticas a la autoridad, con todo y que laceren a los ciudadanos.
Ni empresarios, ni partidos políticos, ni asociaciones de profesionistas, ni sindicatos, emiten opiniones que pueden incomodar a las instituciones de las cuales abrevan ingresos.
La frontera es aún más grave.
En esa zona, han desaparecido muchas agrupaciones civiles que defendían los intereses de los norteños. La presión que sobre ellas hace el CO, es tanta que casi un 90 por ciento de esas entidades u operan con bajo perfil, o han emigrado de la región.
Esas circunstancias, han prohijado en 42 municipios, una deplorable consecuencia: la delineación de alcaldes que operan como poderes incuestionables sin una masa crítica que les enmiende la plana por bien de sus conciudadanos.
Y un dato más: la mayoría de la clase dirigente -política y empresarial- viven en USA.
Tampico es otro escenario.
Cuenta con un conglomerado empresarial que se han constituido en la conciencia de los hombres del poder público. Ni uno solo de los restantes municipios tamaulipecos, pueden presumir de ese factor.
¿Qué pasa si la ciudad tiene calles intransitables?
Cae turismo; y no hay negocio.
¿Qué ocurre si una ciudad recibe a los visitantes con riachuelos de aguas negras?
Es muy posible que el visitante no regrese; y no hay negocio.
¿Qué generan, las balaceras?
Lo sabemos: miedo; y no hay negocio.
Esa visión clara y pragmática de la comunidad empresarial ha dado línea a otras agrupaciones porteñas: una ciudad con buenos servicios, genera recursos, trabajo, riqueza.
Mucho tenemos que aprender, de Tampico y los tampiqueños.