*Migrantes han sido llamadas por el gobierno de EU para revisar su trámite de asilo
Staff.- En las últimas semanas, la mayoría de migrantes haitianas que elaboran trenzas en la zona centro de la ciudad, han sido llamadas por el gobierno de Estados Unidos para revisar su trámite de asilo, que les permite trabajar y vivir allá de manera legal.
SU HISTORIA
EL MAÑANA ha dado a conocer las historias de mujeres como Odily, Carline y Denisse, quienes ante la falta de lugar en los albergues emprendieron proyectos de peinados para reunir dinero y pagar así casas de renta, servicios básicos y sus alimentos.
Pero para ellas la respuesta llegó antes de concluir este año, y ahora su panorama de vida se reinició: «Han podido cruzar y somos pocas las que nos hemos quedado de las primeras que llegamos aquí; ahora siguen llegando nuevas mujeres con la misma necesidad, pero afortunadamente se han ido a empezar allá, hacer sus sueños realidad», señaló Ocamne, migrante haitiana que llegó en el grupo de las otras mujeres peinadoras.
Aunque no existe un tiempo promedio para que el gobierno extranjero revise las solicitudes de asilo, en la mayoría de los casos lleva entre cuatro y cinco meses.
«Hacemos esto para sacar el dinero mientras estamos aquí; hemos peinado a muchas mujeres y niñas. Con la gente de Reynosa no tenemos más que agradecimiento, porque nos han aceptado»
«Hacemos esto para sacar el dinero mientras estamos aquí; hemos peinado a muchas mujeres y niñas. Con la gente de Reynosa no tenemos más que agradecimiento, porque nos han aceptado», agregó Ocamne.
Su particular forma de elaborar las trenzas y de tener un catalogo que las respalda ha llevado a las mujeres haitianas a ganar popularidad en la peatonal Hidalgo de Reynosa, con costos variables a partir de los 250 pesos.
Aunque la mayoría de pioneras ahora están dando seguimiento a su proceso migratorio en el extranjero, las que han permanecido aquí y las nuevas que han llegado recientemente agregaron a sus trabajos tiras de cabello de colores para atraer nuevos clientes.
POR: VIVIANA CERVANTES
