Por:Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- En otro tiempo ser presidente de la Comisión de Presupuesto del Congreso de la Unión, en muchos sentidos, implicaba un poder ubicado por debajo del Primer Mandatario pero por encima de gobernadores y alcaldes. De él dependían los recursos para proyectos estratégicos o para incrementar los fondos de fortalecimiento; todos lo buscaban con esa intención. Pero el actual responsable de dicha comisión, el diputado federal maderense Erasmo González Robledo, no se ajusta ni de chiste a esa descripción.
En otro tiempo, que el presidente de la Comisión de Presupuesto perteneciera a tu estado abría la llave de los recursos federales. Hoy, es solo un diputado federal más que debe pedir permiso más arriba a ver si le autorizan un bote de pintura para una escuela rural. Parece que se acabó esta poderosa figura con la Cuarta Transformación.
De poco o nada ha servido a Ciudad Madero que el presidente de la Comisión de Presupuesto sea originario de este municipio. Los maderenses fincaban sus esperanzas en recibir la ayuda definitiva para resolver el grave problema de las inundaciones. En semanas recientes, de hecho, las lluvias desbordaron las lagunas y afectaron casas y propiedades, por no hablar de calles anegadas en agua.
Se le entregó un proyecto para construir seis drenes pluviales en la urbe petrolera, con una inversión de 1,100 millones de pesos. Al recibirlo dijo que gestionaría los recursos cuando iniciara la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación 2023; no hizo ninguna observación, y se pensó que el plan caminaba: pura ingenuidad.
Este lunes, entrevistado por la prensa mientras recorría el centro de Ciudad Madero, Erasmo González Robledo inició una argumentación en contra del proyecto de los seis drenes, en el que culpaba a la administración de Francisco García Cabeza de Vaca de negligencia, calificaba de incompleta la información y lamentaba la falta de seguimiento.
A pesar de los rodeos, quedó claro el mensaje: no están contemplados los drenes pluviales maderenses en el presupuesto federal de 2023.
Técnicamente, para dar trámite a la autorización de recursos federales, la Unidad de Inversión solicitó a los gobierno locales subsanar algunas observaciones sobre la obra, pero no lo hicieron.
La solicitud de recursos, con el número 62859, se recibió en julio de 2020 y venció por la falta de seguimiento. “Por eso es imposible que se puedan asignar recursos en estos momentos”, dijo Erasmo, “fue imposible hacerlo por esta misma falta: ésta es la realidad”.
Resulta inimaginable que una persona con el conocimiento de las finanzas públicas como Erasmo, que sabía de estos requisitos en la Unidad de Inversión para autorizar los recursos, no haya podido anticipar el fiasco de esta gestión desde que recibió el proyecto, pues se trata de una obra muy conocida, precisamente desde 2020, debido a las graves inundaciones en la urbe petrolera.
En otras épocas, el peso del presidente de la Comisión de Presupuesto era suficiente para autorizar recursos para obras estatales y municipales de infraestructura, aunque faltaran algunos detalles. Dicho peso se sustentaba en la habilidad política y la influencia nacional del personaje. Se comprende, pues, por qué el cargo de Erasmo González haya sido inútil para los maderenses.
Y a ver qué pasa con otros proyectos que las autoridades municipales esperaban ejecutar con ayuda del paisano. Recordamos que el alcalde Armando Martínez Enríquez, de Altamira, en su primer informe, le “encargó” Erasmo conseguir los recursos para construir el Auditorio Municipal.
A Nuevo Laredo, por cierto, lo han dejado abandonado con sus proyectos bajo el brazo. En 2022 buscaba recursos federales para la ampliación de vialidades y la avenida principal al Puente del Comercio Mundial, pero los ignoraron. La diputada federal Ana Laura Huerta dijo que los proyectos habían quedado fuera del PEF “por falta de cabildeo”.
Por cierto, un servidor público acaba de confirmar que la Federación no destinará un centavo en 2023 para la construcción del dique El Camalote, en la Laguna del Carpintero, obra largo tiempo soñada en Tampico para evitar el colapso del sistema lagunario. ¿Nombre de ese servidor? Erasmo González Robledo.
Por su parte, Reynosa requiere la atención urgente del Gobierno Federal ante la crisis migratoria que estalla en sus calles, parques y la vía pública, donde miles de extranjeros, acompañados de niños y bebés, acampan sin seguridad, protección ni control sanitario. Está en marcha, incluso, una ola dantesca de extranjeros hacia Reynosa, pero la Federación parece sorda.
Quizás el único proyecto con posibilidades de autorizarse sea el acueducto de Ciudad Victoria, con una inversión estimada de 1,300 millones de pesos, si el sentido de pertenencia del gobernador Américo Villarreal a la capital consigue conmover al impasible Gobierno Federal. Se sabe que los proyectos estatales interesan poco a la Federación.
De esta forma, de nada le ha valido a Tamaulipas que el presidente de la Comisión de Presupuesto sea el tamaulipeco Erasmo González Robledo. Lo tratan como Carlos Salinas a la oposición de entonces: ni lo oye ni lo ven.
La Cuarta Transformación se ha mostrado muy intransigente, si no egoísta, en ignorar las propuestas de provincia por favorecer los proyectos sexenales de Andrés Manuel López Obrador, como el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas. La transformación que tanto predica podría decepcionar a los tamaulipecos si no se sienten atendidos o valorados.
Vienen semanas de gran significado para los municipios y el estado.