Por:Mauricio Fernández Díaz
Pasa la Secretaría de Cultura a ser un hobby organizador de loterias
Ciudad Victoria.- Nadie como López Obrador ha despertado un entusiasmo tan ciego que se equipara con el fanatismo religioso; en una sociedad libre, se vale, aunque no sea lo ideal. Con esa pasión muchos seguidores fustigaban al panismo y a Francisco García Cabeza de Vaca durante la campaña, pues creían que aportan a la causa. Desdichamente, terminaron ayudando también a los panistas, como la señora Brenda de la Cruz López.
La polémica está servida para Yuriria Iturbe Vázquez, flamante líder de Morena en Tamaulipas: Si el partido ofrecía la transformación en campaña, ¿por qué están los panistas ocupando puestos en la administración estatal? ¿Cuál es el mensaje a la militancia que solicita una oportunidad pero la han hecho esperar? A este paso: si se confiesa arrepentido, ¿es posible darle un puesto a Ismael García Cabeza de Vaca? Nos atrevemos a pensar que sí, ahora que en Morena se dicen barbaridades de cualquier calibre, como esa de Adán Augusto: “Un general puede ser Presidente de México”.
Claro: ante la falta de congruencia, hasta Brenda de la Cruz puede mudar de un gobierno municipal panista al Instituto Tamaulipeco para la Cultura, gobernado por la Cuarta Transformación.
A nosotros, sin militancia ni simpatía por ningún partido, nos resulta interesante y hasta divertido lo que está pasando en Tamaulipas. Pero para un convencido, para un miembro de esas organizaciones, debe ser desconcertante e ilógico. Han de sentirse en un manicomio o en un cabaret, donde se representa la realidad de forma bufa. La seriedad, ¿qué es eso?
Nada es serio en la designación de Brenda De la Cruz López como titular de Cultura de Tamaulipas, y esto por lo menos tiene dos significados: Morena es igual al PRIAN, da ventaja a los recomendados. Y segundo: la cultura ocupará un lugar sobrante y menor en la administración estatal 2022-2028.
De la Cruz López se ha desempeñado como directora de Cultura en el Gobierno de Altamira, encabezado por la panista Alma Laura Amparán, de 2018 a 2021,y de ahí saltó a la administración 2021-2024, de Morena, sin más mérito que agradar al partido político que sobresalga en el sur de Tamaulipas. Entre sus logros como jefa cultural se encuentra el encendido del Pino de Navidad, y esta afirmación así aparece en el curriculum vitae que se difundió de ella después de su designación. Cursitos de 40 días en España y talleres de gestión cultural cuadran bien en una auxiliar o asistente de área, pero no en una titular de Cultura Estatal, a donde han llegado personas con doctorados y el dominio de al menos tres idiomas.
Antes que ella se escuchó con insistencia el nombre de Medardo Treviño, dramaturgo tamaulipeco con una larga carrera en los escenarios y varios premios. El escritor incluso robó cámara en el foro del candidato Américo Villarreal sobre cultura, y no quería soltar el micrófono a sus compañeros. Medardo, además, arrastraba una historia non sancta y eso lo eliminó de la dirección del ITCA. Para mayor humillación, lo desbancó una señora que organizaba loterías bajo el nombre de tardeadas culturales.
Brenda de la Cruz López no tiene el perfil para elevar la cultura de los tamaulipecos. Esto tiene que decirse fuerte y claro. Miente la tesorera Adriana Lozano cuando afirma que la administración estatal no toma en cuenta ideologías partidistas sino talentos y habilidades para integrar el gabinete. A de la Cruz López le alcanza para jefa de área, no para directora del Instituto de Cultura , y lo mismo se puede decir de Ninfa Cantú Deándar, editora de periódicos y revistas convertida en Secretaria de Desarrollo Económico.
De nuevo le fallan los asesores al gobernador Américo Villarreal Anaya en la búsqueda de talentos y capital humano. Manejar una administración pública en todos sus aspectos supera las fuerzas de una sola persona, y por eso se necesitan consultores y expertos. Sinceramente, no se ven por ningún lado o intentan, acaso, sabotear el gobierno del doctor. ¿No serán panistas también?
Con este nombramiento se declara a la cultura como un pasatiempo eventual, un hobby de fin de semana para jubilados, adultos mayores y gente sin quehacer. Este es el momento de sembrar en los tamaulipecos el amor a las artes y las letras, de impulsar a los grandes exponentes y de arropar en el estado a los genios de la cultura. El cabecismo dejó este territorio completamente seco y estéril; Américo Villarreal puede arar sobre el baldío que dejó el panismo en la entidad y hacerlo fructífero. Pero, no. Lo deja como está, o quizás peor.
Los ganadores de la elección del 5 de junio no deberían abusar del respaldo ciudadano y devolverle gato por liebre ahora que gobiernan el estado. El encono al panismo y a Cabeza de Vaca tiene un límite y un día se acabará. Llegará a su fin no porque lo perdonen sino porque los sentimientos se purifican solos de manera natural y expulsan lo que les desagrada, ya que no pueden cargar por siempre con las amarguras.
Más que voto morenista, hubo voto de castigo, y en cualquier momento se revierte. Que no se abuse de la paciencia ciudadana.