¿Soy de izquierda Por Oscar Díaz Salazar
En vísperas de que el gobierno de Tamaulipas, -el Poder Ejecutivo-, cambie de titular, de que el mando pase de un panista a un morenista, lo que implica, en teoría, que pasará de un político de derecha a uno de izquierda, es pertinente, desde mi perspectiva, estudiar y discutir si el personaje que muy pronto se mudará (tal vez no) a la Casa de Gobierno, y los individuos que convoque a integrarse a su gabinete, son de izquierda, e incluso reflexionar de que se trata eso de ser de izquierda.
El texto está escrito a manera de reflexión personal del autor, pero debo aclarar que utilicé ese formato, pensando en que más de uno se sentirá identificado con esos párrafos, que no reflejan ni mis dudas, ni mis convicciones, sino todo lo contrario, como dijo, el que lo dijo.
Una vez aclarado el punto de que no me refiero a mí mismo, sino al primo de un amigo, los dejo con estas reflexiones.
Soy de izquierda, pero estoy a favor de la privatización de la educación, de mandar a mis hijos al colegio (de pago), de limitar el presupuesto para la escuela pública, para aumentar las becas de estudio en las privadas, de mantener los míseros salarios de maestros y personal de apoyo.
Soy de izquierda, pero estoy a favor de la subrogación de los servicios médicos, de la privatización (parcial) de los hospitales públicos, de la subcontratación de servicios y de la compra de medicamentos a empresas trasnacionales.
Soy de izquierda, pero estoy a favor de la transferencia de recursos a los particulares, como medida de impulso al sector productivo, pues «hay que apoyar a los empresarios».
Soy de izquierda, pero trabajé con los gobiernos panistas y priistas, pues pienso que solo desde adentro se pueden hacer las cosas… Cosa que no sucedía si participabas en el PSUM, PC, PT, PRD, donde solo se perdía el tiempo en discusiones estériles, pleitos y propuestas utópicas.
Soy de izquierda, pero mi religión no me permite apoyar eso que algunos exóticos (de izquierda) llaman las libertades individuales, como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Soy de izquierda, pero no estoy de acuerdo que le regalen dinero a los pobres, porque consideró que habiendo tanto trabajo, no progresa el que no quiere.
Soy de izquierda, pero no estoy de acuerdo con esa tontería de la soberanía energética. Pienso que deberían vender la comisión federal de electricidad y Pemex, para que empresas eficientes, y extranjeras, se ocupen de ellas y nos vendan electricidad y gasolina barata, y sin dañar el medio ambiente.
Soy de izquierda, pero creo que deben cerrar las universidades públicas, que solo dan problemas y despilfarran el dinero. Mejor que construyan más conaleps e itaces, para preparar a los obreros de la maquila.
Soy de izquierda, pero creo que se desperdicia mucho dinero «apoyando» a la cultura. En vez de gastar en los «artesanos» que constantemente nos recuerdan el pasado indígena (y español), deberían enseñar inglés a toda la población.
Soy de izquierda, pero no me parece correcto ni positivo eso de permitir que se difundan otras religiones. La mía es la buena, la única y verdadera, y es muy pernicioso permitir que las sectas dividan a nuestro pueblo.
Soy de izquierda, pero creo que es una ley arcaica esa que habla del Estado laico, y establece la división entre la religión y el Estado. Los sacerdotes nos pueden y deben ayudar a hacer el bien y mantener la paz
Soy de izquierda, pero no estoy de acuerdo en que le cobren más impuestos a los que generamos empleos y producimos la riqueza.
Soy de izquierda, pero creo que deberían de encarcelar, o mínimo deportar, a tantos extranjeros que han llegado a las ciudades de Tamaulipas.
Soy de izquierda, pero creo que en el gobierno solo deben estar los que ya saben, los que tienen experiencia, los que ya estuvieron antes.
Soy de izquierda, y creo que se debe «ayudar» a los más pobres, y que para eso fue creado el DIF, y se le transfieren recursos multimillonarios. Es bueno tener el DIF para «apoyar» a los pobres, los enfermos, los menesterosos y todos esos que piden y agradecen, lo que en otras dependencias exigen y demandan, porque les han dicho que es su derecho.
Soy de izquierda, pero creo que no tiene nada de malo aceptar el obsequio que por gratitud te entregan los proveedores, los constructores y los prestadores de servicios.
Soy de izquierda, pero no estoy de acuerdo con esas ideas sofisticadas, ajenas a nuestra idiosincracia, que dice que el hombre y la mujer son iguales, así como esa ocurrencia que llaman lenguaje inclusivo.
Soy de izquierda, pero no estoy de acuerdo con esa tontería del nepotismo. Los mexicanos siempre consideramos como prioritaria a la familia. Y no veo nada de malo que la familia del gobernante le ayude con sus obligaciones.
Soy de izquierda, pero vivo en una colonia privada, a la que no llega la chusma.
Soy de izquierda, pero creo que hay niveles. Consideró que la capital es más importante que el resto de los municipios. Las zonas urbanas, más que las rurales. Las colonias «bien», más que los asentamientos irregulares. Las familias tradicionales, más que los recién llegados de otros Estados.
¿Soy de izquierda?