Por:Mauricio Fernández Díaz
Pagan prianistas por salir elegidos en Consejo de Morena Tamaulipas
Ciudad Victoria.- Desde que rompieron la unidad de la izquierda en la 65 Legislatura local, personajes del PAN y el PRI intentan ahora entrar hasta la cocina de Morena Tamaulipas, conscientes de que pueden comprar la voluntad de sus directivos con algo de paja. Antes se hablaba de “cañonazos”; hoy basta con dos o tres tiros calibre .22 para ganarse al partido. Es que el hambre acecha. ¿O será la codicia, viejo pecado de la humanidad?
Todos quieren pertenecer al grupo ganador de los últimos años. El tricolor casi ha muerto y Acción Nacional se ha devaluado en la sociedad civil. Para los políticos tamaulipecos el futuro está en Morena, y se aproximan las elecciones de 2024.
No hacemos inferencias gratuitas al señalar la compra de electores morenistas de parte de personajes ajenos o recién llegados al movimiento. Simplemente, seguimos la línea de los simpatizantes que han denunciado la injerencia de la alianza Va por México para «infectar”, desde adentro, a la principal fuerza progresista.
Es necesario indicar primero lo que ha sucedido en la entidad: este sábado se eligió a los integrantes del Consejo Estatal de Morena. Serán 90 representantes que tendrán la facultad de elegir, a su vez, al nuevo Comité Directivo de Morena Tamaulipas, el próximo 6 de agosto. Como se ve, el futuro de las candidaturas de 2024 pudiera decidirse este mismo año, según las amistades o los intereses del líder entrante.
Como las diabluras de un científico loco, el partido decidió afiliar antes a cualquier persona que lo quisiera, ya que eso le daría a todos el derecho a votar en la elección del Consejo Estatal, convocados para el 30 y el 31 de julio. Literalmente, cualquier persona, priista, panista o el mismo Diego Fernández de Cevallos, pero el barbas no se afilió.
En cambio, sí lo hicieron cientos de operadores y activistas identificados con grupos del PAN en Reynosa, Nuevo Laredo, Tampico y hasta Ciudad Victoria. También se vio a gente ligada con el PRI, y es probable que el 60 por ciento de los votantes del sábado, o más, sean allegados a esos grupos y no a morenistas.
Esos prianistas, que tienen menos de una semana en Morena, buscan elegirse como consejeros estatales, y han usado los sobornos que repartían cuando fueron altos funcionarios para conseguir los votos necesarios entre sus seguidores.
Para Morena, basta con un juramento banal en favor de la Cuarta Transformación para convertir a un panista en un lopezobadorista. El disparate es tan grande que sobra cualquier ironía.
Estas elecciones internas se replicaron en otros estados en busca de integrar nuevos consejos de Morena en todo el país. E, igualmente, se vieron los mismos absurdos de prianistas votando por representantes de la izquierda.
El actor Damián Alcázar, un simpatizante sincero de la lucha de López Obrador, advirtió en sus redes sociales del peligro de darles cargos directivos a los extraños.
“El voto de expanistas, expriistas y experredistas ayudó mucho para que en 2018 AMLO ganara la presidencia, pero eso de que los nuevos quieran mandar en Morena ya es otra cosa”, dijo el artista. Teme lo peor, que los intereses ajenos a la transformación social inclinen la balanza: «No vayan a votar por los que llegaron hace poco, aunque ya apoyan al movimiento. No es conveniente que ganan las delegaciones”.
El dinero, los favores, las promesas de apoyo, impulsaron a miles de gentes a formar largas filas para elegir consejeros. Ingenuamente, Damián Alcázar pidió razonar el voto: “Con respeto, pido voten por los jóvenes que iniciaron en Morena… No voten por el priista o panista que se unió hace dos años”. Pobre.
La multitud que se abalanzó a las urnas el sábado 30 y el domingo 31 de julio, penosamente, superó en número a los que votaron por la revocación de mandato o por el referéndum para juzgar a los expresidentes. Es que, en las anteriores, nadie les llamó para ofrecerles algo.
Giovanni Barrios, luchador social de Reynosa, reportó la circulación de mensajes escritos en papel para inducir el voto en favor de Maricela Rosario Gutiérrez y Roberto Rodríguez Vázquez, célebre operador político de Maki Ortiz.
En Mante, Manuel Mota, otro militante de Morena desde sus inicios, se declaró incapaz de competir por una consejería con el dinero que utilizan aspirantes del PRIAN. “No tenemos recursos como aquellos grupos que pretenden apoderarse del partido. Por eso pido su voto este 30 de junio”, escribió en sus redes sociales.
En Tampico, José Juan Bocanegra, candidato a consejero del distrito 08, solo pudo enviar mensajes por Facebook y solicitar la ayuda de sus familiares para competir con aspirantes que venían cargados de apoyo y de algo más.
Podemos adivinar desde ya quiénes se sentarán en el Consejo estatal de Morena: políticos que hace un mes militaban en Movimiento Ciudadano, en el Revolucionario Institucional, en Acción Nacional y hasta en el PRD. Si llegara a haber 40 por ciento de fundadores de Morena en ese colegiado, sería un milagro.
Alguien de la cima del partido, de la cúspide, de lo más alto, busca extinguir a los seguidores y grupos que han luchado en la calle, en las manifestaciones y en cada elección en favor del proyecto lopezobradorista. Los ha sacrificado para recibir a panistas y priistas con dinero. Es la única manera de interpretar una afiliación exprés de militantes para llevarlos a votar casi al mismo tiempo por consejeros de partido. Así, qué poco vale esa membresía.
Y falta todavía la función principal, el espectáculo mayor de este teatro: la elección de presidente y Comité Directivo Estatal de Morena Tamaulipas, el próximo 6 de agosto.
Como andan las cosas, hasta un cabecista puede asomar la cara por ahí. Eso no lo debe permitir el doctor Américo Villarreal.