Vienen recortes en áreas con exceso de personal
Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Por diversos motivos, no será un final de año feliz para muchas personas, sobre todo para los burócratas. Uno de los responsables de la crisis que se aproxima se llama Francisco García Cabeza de Vaca, y se debe naturalmente al pésimo manejo de las finanzas estatales, cuyos errores incluyen abrir una cuenta en un banco que cayó en quiebra a las pocas semanas. Y como todo es una cadena, la escasez estatal recaerá en la municipal; muchos municipios ya no podrán sostener las nóminas como están actualmente, y uno de esos es el de Ciudad Victoria, pero no es el único.
Si bien el significado directo de un despido es negativo, también puede propiciar un mejoramiento económico en el futuro, especialmente en administraciones públicas deficitarias. Cuando el alcalde Lalo Gattás anunciaba un reajuste de personal después de su primer año de gobierno, lo decía pensando también en beneficio de la población. El victorense ha justificado la reducción tanto en los directores que pasarán al nuevo gobierno estatal como al personal que ha tenido bajo rendimiento. Cuando alguien no da los resultados esperados es preferible prescindir de sus servicios, ya que el salario devengado no se refleja en una utilidad para los ciudadanos.
Al inicio de la administración municipal, el alcalde capitalino, como todos los ediles electos en 2021, tuvo que cumplir con varios compromisos de campaña; es una práctica normal en cualquier lugar del mundo y permite mantener una buena relación con las bases sociales. Pero eso no significa un cheque en blanco: tiene que haber resultados, una aportación, y si eso no sucede, el alcalde está en la obligación de hacer ajustes.
“Sí, vamos a realizar movimientos”, dijo Gattás a la prensa. “El que se tenga que ir, lo hará, el que ya no esté para seguir trabajando por los victorenses”.
“La gente espera mucho de nosotros y tenemos que responderles. Así que a partir del 30 de septiembre empezarán los movimientos en el gabinete municipal”. Los primeros cambios pueden muy bien considerarse promociones. Se trataría de Dámaso Anaya Alvarado, secretario de Desarrollo Rural del municipio, y de Gerardo Illoldi Reyes, secretario de Medio Ambiente; ellos pasarían al gabinete del gobernador electo, Américo Villarreal Anaya, y no lo harían por razones de bajo desempeño.
Pero no todos tendrán la misma suerte; muchos dejarán sus puestos por razones económicas, administrativas y de resultados. “El que no sienta pasión por Victoria se va a tener que ir. Aquí buscamos gente entregada que trabaje hasta 16 horas, como lo hace su servidor, buscando mejorar la ciudad”.
Aunque no lo han expresado, la mayoría los municipios se apresta a efectuar los mismos recortes. Desde Nuevo Laredo a Tampico, todas las administraciones municipales tomarán precauciones debido a una mayor incertidumbre para el año 2023, complicada con un alza de costos en todos los rubros por causa de la inflación.
Es el saldo, y únicamente el comienzo, de la opacidad que caracterizó al gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca. Financieramente, los primeros seis meses de la administración de Américo Villarreal serán complicados, incluso el cierre de año, y la mejor manera de resistirlos es con una reducción de gastos.
De hecho, nos informan que algunos municipios ya enfrentan dificultades económicas y se apresuran a deshacerse de personal. Estos últimos, sin embargo, lo hacen por mala administración de los recursos y no por una disminución de participaciones. Los hay del sur y de la frontera, pero la nueva secretaría de Finanzas del gobierno estatal será la que se encargue de señalarlos cuando entre en su rescate. Se llevarán una buena amonestación del gobernador Américo Villarreal, aunque en privado. Eso, por lo menos, ya que si causan problemas políticos puede irles mucho peor.
El virus que debilitó a las ciudades tamaulipecas no se llama Covid-19 sino Francisco García Cabeza de Vaca. Desde la captación del impuesto predial a apoderarse de las Comapas, el panista fue un gobierno autoritario de facto, que le arrebató hasta el último resto de autonomía a los municipios. El tema es amplio y de alto interés como para poder abordarlo en este espacio, pero el equipo jurídico de Santiago Nieto ya integró las carpetas y en cuestión de semanas se informara de ello a la sociedad.
Con un gobernador abusivo y enemistado con la legalidad, con alcaldes mal administrados, con una economía nacional casi recesiva y golpeada por la inflación, lo raro sería que los gobiernos municipales contrataran más gente e incrementaran el gasto. Pero eso es absurdo, y la amarga medicina que ya colocan en su lengua son despidos, cancelaciones y más endeudamiento con proveedores, que no con bancos.
Solo Américo Villarreal y sus buenos contactos en la Presidencia pueden evitar una noche de Halloween para los municipios, la peor pesadilla para los trabajadores y sus familias. En el gobierno federal tampoco están nadando en la abundancia pero su margen es mayor. Es la única salida.