La ciudad más bella de Tamaulipas
José Ángel Solorio Martínez
La organización de las ciudades, en mucho, esta basado en la articulación y la expresión del poder público; es decir: los Ayuntamientos. En el Noreste mexicano, incluyendo el norte de Veracruz y San Luis Potosí, existen pocos municipios que puedan presumir de desarrollo y crecimientos armónicos.
En Nuevo León, destacan, Monterrey y San Pedro; en Coahuila, sólo sobresale Saltillo; en Tamaulipas, sólo uno destaca en esos ejemplos de buenos gobiernos y buenas sociedades: Tampico.
Con una frontera casi aniquilada en el plano de los servicios públicos –habría que añadir, la sequía cotidiana que se avecina– y una capital y su periferia olvidada hasta por dos gobernadores oriundos de Victoria, el puerto es un oasis y un modelo en la operación de la maquinaria encargada de los servicios públicos.
El trabajo del alcalde, Chucho Nader, se nota.
De igual forma, se perciben la vigilancia y participación de la sociedad civil en los proyectos de orígenes municipal y estatal. Como en pocos lugares del estado, aquí se visualizan unas comunidades –empresarial y comercial– muy atentas a la actividad de la autoridad municipal.
(Acaso esa circunstancia, sea una de las fundamentales para ver el actual estado material de la ciudad).
¿Cuáles han sido las fórmulas de Nader, tener a su ciudad como uno de los destinos norestenses de mayor atractivo?
1.- Resolver el olvido de las administraciones estatales, con el puerto. Sin un gobernador oriundo –el último fue Manuel Agapito Ravizé– de esta ciudad, no fue de interés prioritario para los Ejecutivo estatales que le sucedieron.
Nader acabó con esa maldición. Ha sido de los pocos alcaldes –tratándose también de los panistas– que logró construir una convergencia plena con Francisco García Cabeza de Vaca.
Con todo y que disputó la candidatura a la gubernatura –finalmente la perdió a manos del Truco Verástegui– no se amargó ni se distanció, ni del PAN ni de su líder real. Al contrario: se sumó a la campaña de su ex adversario interno y le dio más votos que cualquier otro de los restantes 42 municipios del estado.
Esas capacidades de adaptación y de fe militante, han sido sus mejores divisas para mantener una equilibrada amistad con Cabeza de Vaca.
No es un secreto: el mismo Nader lo reconoce públicamente.
2.- Convertir en aliados a los factores productivos de la ciudad, para el apuntalamiento de planes de mejoramiento para el puerto. Como nunca, empresarios y comerciantes, han externado interés en colaborar, desde sus trincheras con el Ayuntamiento.
3.- Su prudente actitud, ante los turbulentos e intensos escenarios que vive el estado. Se ha mantenido, respetuoso con los resultados de la elección a gobernador y su resultado. No objetó, en su momento la elección interna en donde no salió triunfante, y mucho menos, ha externado su inconformidad ante unos comicios que tienen una ruta institucional.
Esa actitud, le ha evitado fricciones con los regidores opositores –fundamentalmente los morenistas– en su Cabildo, al tiempo de mantener un vinculo ciudadano de tolerancia con los diputados locales lopezobradoristas que tienen su centro de acción en Tampico.
Bastante ha aprendido, la clase empresarial y comercial porteña en 200 años.
Mucho ha aprendido, la autoridad municipal en esos dos siglos.
Demasiado ha ganado con ello, la ciudad más bella de Tamaulipas.
