Por: Vicente Hernández
“No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio.”
‹Ayn Rand›
El pasado fin de semana dos noticias acapararon las ocho columnas de los diarios, se hicieron enlaces en vivo en las principales televisoras, y corrieron como pandemia en las redes sociales, la primera la detención del ex procurador Jesús Murillo Karam, la segunda la liberación de Rosario Robles Berlanga de la prisión de Santa Martha Acatitla después de permanecer tres años presa.
En las dos el comentario periodístico es obligado, y aunque en las mañaneras se acusa a los medios, comentaristas y reporteros de “magnificar” los acontecimientos, la relevancia política que tienen los personajes y los delitos por los que los acusan, invitan a exponer una breve cronología sobre uno de los dos sucesos.
Jesús Murillo Karam es un político y abogado de carrera, quien abanderado por el PRI ha ocupado varios cargos de elección popular y administrativos; ha sido Diputado Federal, Senador, Gobernador de Hidalgo de 1993 a 1998 y Procurador General de la República (PGR) de 2012 a 2015. A partir del 27 de febrero de 2015 se desempeñó como secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano hasta el 31 de agosto de 2015.
Pero el punto álgido de su carrera lo tuvo en el 2014, cuando le fue encomendado el caso Ayotzinapa que se a convertido en uno de los escándalos más mediáticos en la violenta historia del país.
La historia de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se empieza a escribir la tarde del 26, y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala Guerrero, los estudiantes protestaban contra la discriminación que sufren en la repartición de plazas en favor de escuelas urbanas por parte del Gobierno de Guerrero.
Poco después, aparentemente secuestran un autobús en el cual pretendían dirigirse al centro de la ciudad donde el presidente municipal perredista de Iguala José Luis Abarca festejaba con un baile, el último informe de actividades de su esposa y presidenta del DIF María de los Ángeles Pineda Villa, de quien después dio a conocer, la Procuraduría General del estado, era la principal operadora de del grupo delincuencial Guerreros Unidos, donde su familia fue detenida por estar relacionada con el cartel de los Beltrán Leyva, razón por la cual fueron señalados casi desde las primeras semanas del caso como los autores intelectuales de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa y a la fecha continúan presos pero no así los integrantes del sanguinario grupo delictivo “Guerreros Unidos”, quienes presuntamente fueron los autores materiales de los crímenes, quienes con argucias legaloides, y con arreglos para servir de “testigos protegidos” en su mayoría ya salieron libres.
De acuerdo al informe de los hechos, el autobús en el que se trasladaban los normalistas fue atacado a balazos por elementos de la policía preventiva municipal, ocasionando seis muertes, 25 heridos y 43 estudiantes desaparecidos.
El artero ataque según algunas versiones, se dio para evitar que los “revoltosos” llegaran a irrumpir en la fiesta de los Abarca, y se especula que José Luis, o María de los Ángeles, dieron la orden de detenerlos “a sangre y fuego” con las consecuencias ya descritas.
Pero: ¿Por qué tiene tanta relevancia la desaparición y probable asesinato de los 43 estudiantes, y han querido comparar el suceso con el ocurrido el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco México?
Así como el movimiento del 68 es emblemático para los intelectuales del comunismo-socialista, el “caso Ayotzinapa” lo es también para los lopezobradoristas, ya que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quedó oficialmente registrado como formación política precisamente en el 2014, y el suceso y las familias de los 43 fueron utilizados por el naciente Morena, para agarrar más fuerza política con plantones, marchas y desplegados en contra del gobierno de Enrique Peña Nieto, siendo a finales de 2017 cuando Morena logra la alianza con el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES) para formar una coalición de cara a las presidenciales de 2018 con los resultados ya conocidos.
¿Pero de donde procedían, y que tipo de educación estaban recibiendo los normalistas desaparecidos? Para esto es necesario conocer el plantel educativo donde recibieron sus enseñanzas.
Entre las montañas, muy cerca de la capital guerrerense, olvidada por unos, criminalizada por otros, está en pie desde el 2 de marzo de 1926 la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” la cual Forma parte del sistema de escuelas normales rurales, las cuales a través de los años han tenido un fuerte componente de transformación social, por lo que han sido semillero de movimientos sociales, reconocida también por haber sido el sitio donde se formaron personajes como Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, que encabezaron dos importantes movimientos guerrilleros en México durante el siglo XX, pero que siguieron siendo los referentes de la izquierda radical para las siguientes generaciones de estudiantes, en consecuencia la normal rural de Ayotzinapa es considerada como un auténtico “semillero” de guerrilleros..
Pero regresando con la detención del ex procurador Murillo Karam, está siendo acusado de “torturas y desaparición forzada” por su relación con el caso Ayotzinapa y por haber dado a conocer la llamada “Verdad histórica” de la cual algunos han hecho mofa, sin embargo, el término “Verdad histórica” no es una ocurrencia, sino que por definición ese es el objeto del proceso penal, “verdad” que aunque dicho en otros términos, esta casi coincide con los resultados finales dados a conocer por el subsecretario de los Derechos Humanos Alejandro Encinas, agregando que la desaparición fue “Un crimen de Estado” incluyendo para este fin a por lo menos a 20 elementos del Ejército Mexicano, a los cuales ya se les giraron ordenes de aprehensión, pero será hasta el próximo miércoles 24 de agosto cuando la situación jurídica del ex Procurador se resuelva, y se continúe echándole leña a esta hoguera política carcelaria.
Por lo pronto, el asunto dará para dos o tres artículos más, porque el caso tiene más tufo de revanchismo político distractor, que jurídico.
