Política

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Por: Vicente Hernández

“No es verdad que las personas dejen de perseguir sueños porque se hacen viejas, sino que se hacen viejas porque dejan de perseguir sus sueños”
‹Gabriel García Márquez›

Después de la muy controvertida elección el pasado fin de semana, para elegir delegados estatales de Morena, que mejor que dejar hoy el tema político para escribir sobre un gran escritor, periodista, bohemio, y premio Nobel de Literatura, que fue en vida “El gran Gabo” a un poco más de 95 años de su nacimiento y a ocho de su fallecimiento.


El gran amor que Gabriel García Márquez (1927-2014) demostró por la literatura, es solo comparable con el amor que sintió durante cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches Florentino Ariza, por Fermina Daza, pero que al final fueron recompensados por el amor limpio y puro que solo puede emanar de dos personas en la plenitud de la vejez; ― “El capitán miro a Fermina Daza, y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miro a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asusto la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte la que no tiene límites.


― ¿Y hasta cuándo cree usted que podremos seguir en este ir y venir del carajo? -le pregunto.
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía muchos años.
—toda la vida — dijo. (“El amor en los tiempos del cólera”.)


El pasado 6 de marzo el “Gabo” hubiese cumplido sus primeros 95 años de vida física, de los cuales la mayor parte la dedico a crear personajes y lugares mágicos que plasmo en su vasta obra literaria, desde “La Hojarasca” (1955) hasta “Memorias de mis putas tristes” (2004).
Aracataca: el pueblo mágico
En el pueblo de Aracataca Colombia, un 6 de marzo de 1927 nace Gabriel García Márquez, fruto del matrimonio formado por doña Luisa Santiaga Márquez Inguaran, y don Gabriel Eligio García. Los primeros años de su infancia la paso con sus abuelos maternos; el coronel Nicolás Márquez, que fue su ídolo y modelo idóneo para algunas de sus novelas, y Tranquilina Inguaran quienes acostumbraban a contarle relatos, fabulas e historias.


Los recuerdos de su familia y su infancia, son principalmente su abuelo, como prototipo del patriarca familiar, la vivacidad del lenguaje campesino y la natural convivencia con lo mágico, aparecen años más tarde transfigurados por la ficción en muchas de sus obras como «La Hojarasca», «Cien Años de Soledad» y «El amor en los tiempos del cólera», entre otras.


A la muerte de su abuelo, Gabriel fue enviado a estudiar a Barranquilla, y en 1940 viajo a Zipaquir, donde le fue otorgada una beca para estudiar el bachillerato, y al término de este, se matriculo en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional. En 1945 se instala en Bogotá y estudia cinco cursos de Derecho, algunos en la capital colombiana y otros en Cartagena. Terminados sus estudios, a partir de 1954 trabajo Como reportero y crítico de cine para el diario colombiano “El Espectador”.


En esta etapa, su situación económica era mala, teniendo que vivir en un cuartito de ínfima categoría, pero es ahí donde escribe su primera novela “La Hojarasca” siendo esta la que le abrió varias fuentes de trabajo, y empezó a colaborar habitualmente en periódicos de Colombia, México, Venezuela, España y Estados Unidos.
La vida agitada de Gabo le obligo a hacer un viaje relámpago a la ciudad de Barranquilla, para casarse con su novia Mercedes Barcha Prado, (fallecida en la ciudad de México el 15 de agosto de 2020) la cual fue hasta su muerte su inseparable compañera de vida, y con la cual procreo dos hijos: Rodrigo nacido en Bogotá en 1955 y Gonzalo nacido en México en 1958.
Su espíritu aventurero le llevo hasta Londres, y afrontando grandes carencias económicas escribió “La Mala Hora” (1958) y fue a raíz de un episodio que se desprendió de esta obra, que nació una de sus mejores novelas “El coronel no tiene quien le escriba” (1961). A pesar de tener una actividad periodística muy intensa en Venezuela, ese mismo año se dio el tiempo necesario para escribir todos los domingos, casi todos los cuentos de “Los funerales de Mamá Grande”.


En México decidió probar suerte en el cine trabajando en forma conjunta con Carlos Fuentes en el guion de “El Gallo de Oro” basado en un cuento de Juan Rulfo, después vendría “Tiempo de Morir”, un guion adaptado de un cuento del propio García Márquez y dirigida por el maestro del cine “realista” Arturo Ripstein.


Después de cuatro años de no escribir una sola línea, en 1965 empezó a concebir los personajes de su novela “Cien Años de Soledad”. La obra terminada fue presentada al público en junio de 1967 logrando un éxito sin precedentes, ya que en tan solo tres días se agotó la primera edición, y en los tres años siguientes se vendieron más de medio millón de ejemplares, además de haberse traducido a casi todas las lenguas del mundo, y es esta novela con la que se acuña el término “Realismo Mágico” iniciado con la novela “Pedro Paramo” de Juan Rulfo, este género literario Latinoamericano mezcla elementos fantásticos con una narrativa muy realista.


Esta novela, que relata las longevas generaciones de la familia Buendía, ha sido considerada por la crítica internacional como una de las más importantes de su trabajo literario. En 1982 toco a su puerta el reconocimiento por ser una de las figuras literarias más sobresalientes del siglo XX, concediéndole el Premio Nobel de Literatura de ese año por sus novelas y relatos, en los cuales lo fantástico y lo real son combinados, en una rica composición del mundo de la imaginación.
Gabriel García Márquez se convirtió en el cuarto latinoamericano (hasta ese entonces) en obtener el codiciado galardón. Los otros tres fueron Gabriela Mistral (chilena) Miguel Ángel Asturias (guatemalteco) y Octavio Paz (México).


El “Gabo” ha recibido diversos premios en varias partes del mundo: En 1961 recibió el premio “Esso”, en 1971 fue declarado “Doctor Honoris Causa” por la Universidad de Columbia Estados Unidos, en 1972 obtuvo el premio “Rómulo Gallegos” por su libro “La increíble y triste historia de la Cándida Erendida y su abuela desalmada” por mencionar solo algunos.


De igual manera a continuación cito solo algunas de sus más importantes obras “La mala hora” (1968), “La Cándida Erendida” (1978), “Crónica de una muerte anunciada” (1981) “El amor en los tiempos del cólera” (1988), “El General en su Laberinto” (1990), “Del amor y otros demonios” (1994) y “Noticia de un secuestro” (1996): Desde 1974 Gabriel alterno su residencia entre México, Cartagena, La Habana y Paris.


Ya casi al final de su existencia, escribió un librito titulado “Yo no vengo a decir un discurso” (2010). Pero su última novela fue: “Memoria de mis putas tristes”, cuyo atrevido título causo un gran revuelo sobre todo entre la gente puritana, pero que contiene una narrativa onírica y premonitoria a la muerte de su autor, en esta interesante novela recupera el argumento del amor senil como motivo, igual que en “El amor en los tiempos del cólera”, donde cuenta la aventura de un octogenario solterón que está por cumplir los 90 años, ocasión que elige para darse el gusto de acostarse con una doncella, para lo cual acude a la matrona de un prostíbulo de segunda. Pero seria mejor que leyeran esta novela, porque hoy me excedí en espacio, pero creo que el haber hablado del Gabo disculpa en parte mi exceso.
Y antes de que no alcance a despedirme: “Voy por otras y me regreso”

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