PolíticaPrincipal

Victoria: De Sindicatos chantajistas y líderes charros

Por: Mauricio Fernández Díaz

Ex caciques utilizan a trabajadores del Sindicato de Victoria

Ciudad Victoria.- En Tamaulipas, la corrupción proviene de dos fuentes principales: los gobiernos y los sindicatos. Presionan, chantajean, engañan y estafan. Por definición, la política y el sindicalismo son actividades para bien de la comunidad y su importancia es reconocida por los ciudadanos. Pero sus representantes los convierten a menudo en una peste que consume poco a poco la salud de las ciudades y las entidades federativas.

El uso del sindicalismo para beneficio de líder en turno tiene muchos antecedentes en México y demuestra hasta donde la defensa legítima de los trabajadores es usada como pretexto para enriquecer a unos pocos. Esgrimen los derechos laborales con la sola intención de someter a la autoridad y sacar ganancias personales. Esto sucede ahora en Victoria.

Desde el punto de vista financiero, la administración municipal de Lalo Gattás no ganó la gloria en la elección de 2021: heredó un problema. Tres años de gastos elevados con Xicoténcatl González y Pilar Gómez arruinaron los servicios y la obra pública. Fueron los tres peores años para la capital del estado. Si el nuevo gobierno quería reconstruir a Ciudad Victoria y ofrecer buenos servicios a los habitantes debía reestructurar el presupuesto y aplicarlo responsablemente. El 55 por ciento de los recursos municipales se destinaba a la nómina, y en esos términos sería imposible mejorar la ciudad.

En una decisión tomada para dar más a los victorenses, el Cabildo aprobó reducir el pago de aguinaldos a los trabajadores sindicalizados; de 93 días al año, ahora serán 30 días, la mitad a pagarse en julio, y el resto en diciembre. Fue un cambio difícil de dar pero con la voluntad de sostener acuerdos en el futuro que beneficien a ambas partes, y que se preserve el diálogo sobre la fuerza. Sin embargo, los líderes sindicales rechazaron tanto la buena voluntad como el diálogo con el Ayuntamiento.

Se busca crear un conflicto entre los trabajadores y el alcalde Lalo Gattás, sabotear los servicios y dañar la imagen tanto del gobierno como del partido que lo promovió: Morena. Porque si la verdadera preocupación fueran los trabajadores llamarían a una mesa de negociaciones o a un encuentro para tratar las diferencias. En cambio, los líderes actuales y pasados llaman a protestar y a plantarse para presionar al Cabildo.

Más que darle la razón a uno de los bandos, se deben reconocer tres hechos: la falta de liquidez del municipio, el pago exagerado y fuera del mercado laboral de 93 días de aguinaldo y el respeto a los derechos de los trabajadores. No se debe sacrificar a ninguno de los tres ni colocar a uno por encima del otro. De hecho, el Ayuntamiento ha pedido una revisión técnica de la reducción del aguinaldo para demostrar que los derechos de los sindicalizados siguen intactos. El problema son las erogaciones que creaba esa prestación, sobre todo a ciertos trabajadores con sueldos superiores a los del alcalde. Entre esa élite se encuentran los ex lideres sindicales.

Si Lalo Gattás quisiera podría exhibir la riqueza, las casas, los autos y la vida que se dan estos personajes. Lo ha evitado para demostrar que su finalidad es mejorar la administración, no grillar. Estos temas están llenos de controversia y de pasiones, pero justamente por eso se deben abordar científicamente, con la mente fría. Esa no es la forma que proponen los líderes charros del sindicato, claro que no. Ellos buscan manipular, sembrar discordia, desatar desórdenes, atizar venganzas, victimizarse.

Y resulta ridículo que alguno de ellos se declare “herido” en sus derechos cuando todo Victoria conoce sus derroches, sus francachelas, sus amoríos con novias y novios, hasta su nepotismo por colocar a parientes sin perfil en puestos bien pagados.

Este es el verdadero escándalo que deberían repudiar los trabajadores sindicalizados, el tren corrupto de vida de sus exlíderes y representantes actuales, la vida dorada que ellos se dan mientras a los empleados generales los hacen marchar y poner plantones a su conveniencia.

Quizás los trabajadores pudieran marchar hacia las residencias donde viven sus ex defensores y constatar al servicio de quién están y cómo se utiliza el sindicalismo en Ciudad Victoria.

Creemos muy factible que detrás de este conflicto estén los personeros Francisco García Cabeza de Vaca o los reventadores del PAN, que son incapaces de ganar elecciones de plazas importantes desde 2021 pero son expertos en descomponer sociedades y la convivencia ciudadana.

Por lo pronto, de un problema financiero en el municipio, los líderes sindicales quieren crear una crisis política al acalde. Fracasarán, porque no tienen la autoridad moral ni para exigir que les den los buenos días.

Notas relacionadas

Botón volver arriba