*A Gwendolyn no le gustaba la idea de gastar en un vestido, pero encontró la forma de darle una segunda oportunidad
Gwendolyn Stulgis es una mujer que soñaba con un increíble vestido de novia, pero al buscarlo se dio cuenta de que los precios eran excesivamente altos, pese a que sería una prenda que usaría sólo una vez en su vida.
A pesar de que ella misma se fijó como límite mil dólares, encontró uno que se elevaba a tres mil y que además era el vestido ideal para ella aunque superara su presupuesto.
Lo que la detenía de comprarlo era la idea de que tendría que guardarlo en una caja y no volverlo a usar, lo cual no le parecía adecuado, así que ideó un plan.
Después de su boda, Stulgis tenía pensado regalarle el vestido a una futura novia que, de otro modo, no podría pagarlo: “Sabía que no era algo que quisiera conservar” señaló.
Fue así como buscó en redes sociales a una novia que estaría tan feliz y emocionada como ella de usar el elegante vestido: “Me sentí absolutamente hermosa y quiero que alguien más se sienta como yo”, escribió Stulgis en una publicación de Facebook.
Stulgis incluyó varias fotos del vestido y aclaró el tamaño en un comentario. También expuso algunos detalles: el destinatario del vestido debe tener una fecha de boda dentro de unos meses de la publicación y después de usarlo, la novia deberá lavarlo en seco y pasárselo a otra novia, creando una cadena continua.
De este modo, le pidió a las interesadas que le enviaran un mensaje privado explicando por qué querían el vestido, la publicación se volvió muy popular y recibió cerca de 72 mensajes.
La afortunada fue Margaret Hyde, una mujer que vive en Portage County, Ohio: “Entre el covid y la vida tirándonos limones podridos, el presupuesto de nuestra boda sigue reduciéndose” dijo en el mensaje privado, y se describió como una persona que tiende a servir a su comunidad.
Fue así como a través de una transmisión en vivo en Facebook, la dueña del vestido anunció a la ganadora. Tiempo después, inició un grupo de Facebook llamado Shared Dream Dresses para alentar a las mujeres de todo el mundo a que también regalaran sus vestidos a alguien a quien le encantaría usarlos.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO
