Por: Mauricio Fernández Díaz
Salen hasta en la sopa aspirantes a dirigir el magisterio en Tamaulipas
Ciudad Victoria.- Resuelta la elección de gobernador -a pesar del pataleo del PAN-, ha llegado el momento de renovar las dirigencias sindicales en Tamaulipas e iniciar una nueva etapa en la entidad. Con nuevo gobernador y nuevos líderes ha de cambiar por fuerza la manera de hacer actividades políticas y productivas. Ya se vio la que pasa con el PAN, y la gente se lo cobró el 5 de junio. De este modo, se espera con ansias caras nuevas, sobre todo en el gremio magisterial.
Con un año de retraso ha comenzado el proceso para elegir al secretario de la sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, capítulo Tamaulipas. Rigoberto Guevara, líder actual, aplazó la renovación hasta ver el final de la elección de este año, que concluyó en la victoria de Américo Villarreal. No se necesita ser un Einstein para adivinar que el profesor envió sus saludos al doctor Villarreal para darle a entender que él operó en esa victoria, aunque en realidad los maestros ya estaban organizados por su cuenta.
Es incuestionable la lealtad del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE con la 4ª Transformación, promovida por el presidente López Obrador. Pero Rigo mantuvo por ahí algunos silencios cuando el gobernador Cabeza de Vaca fallaba en el pago de becas escolares, en la compensación del programa de “escuelas de tiempo completo” y hasta en prestaciones de ley al magisterio.
Este año deberá tomarse protesta a la nueva mesa directiva de la sección 30, aunque ni siquiera han publicado la convocatoria con las bases y requisitos para competir. Esto no ha impedido que se acelere la carrera para reemplazar a Rigoberto Guevara. De hecho, el mismo Rigo ha soltado nombres de posibles candidatos, en un gesto de buena fe, quizás, pero absolutamente incorrecto y contrario a una elección libre y democrática.
Valga decir que Rigoberto Guevara no puede dejar como si nada la dirección de la Sección 30 del sindicato sin rendir cuentas o después de una auditoría administrativa. Recordarlo no significa ninguna acusación, pues se trata únicamente de un procedimiento necesario y apegado a derecho, en este caso, al derecho de los maestros y sus cuotas.
Pero el profe parece interesado en dejar el cargo a un conocido, a alguien que le deba algo o algún recomendado. Hace días, dio una lista de posibles sucesores al frente del sindicato, y entre los nombres figuraban Abelardo Ibarra, Guadalupe Puente, Cecilia Robles, Jaime Ramos Salinas, Francisco Navarro, el eterno Arnulfo Rodríguez Treviño y Naif Hamscho.
¿Dónde se ha visto que un dirigente publique, así sea verbalmente, los nombres de posibles candidatos cuanto los referidos no están registrados en ninguna parte ni han levantado la mano para ser tomados en cuenta?
Podría tratarse solamente de un caso definido con el refrán “No hagas cosas buenas que parezcan malas”, y en esencia no haya gato encerrado. O sea, un lapsus linguae; un dislate, vaya.
Dislate o no, eso catapultó a otros a decir “yo también voy”, y un evento que se desea pacífico pudiera salirse de cauce.
Ha aparecido ahora un tal Francisco Navarro Ramírez interesado en buscar el liderazgo de la 30. Es decir, otro más. A nadie sorprendería que otro par se agregue al grupo de prospectos en los próximos días. Esto es un desbarajuste.
Ignorante de la alta política, Rigoberto Guevara cree que se ha adueñado del proceso electivo del SNTE local y busca en él. En realidad, quien lleva mano no es otro que el gobernador Américo Villarreal, y ya ha comenzado los acuerdos para llevar una relación armónica.
Justamente, el doctor estuvo en la Ciudad de México, donde se entrevistó con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el tema principal fue el de la gobernabilidad del estado. Adán Augusto, como todos saben, es los oídos y la voz de Andrés Manuel López Obrador; si él sostiene un acuerdo es como si lo hiciera el mismo presidente.
Ambos respetan la autonomía sindical, desde luego, pero las alianzas también deben respetarse, y en estas hay jerarquías. El SNTE actual no irá en contra de las políticas de López Obrador, ni de los gobernadores que él apoye, como Américo Villarreal.
Entonces, todos esos movimientos en Tamaulipas para llegar a la dirigencia de la sección 30 son pasos en falso, entretenimiento o simples ganas de matar el tiempo. Aunque finja ignorarlo, bien lo sabe el profe Rigo.