Por- Vicente Hernández
En breve entrevista con el Cronista de la ciudad y puerto de Altamira Doc. Francisco Castellanos Saucedo, y con motivo de haber iniciado en Altamira las fiestas de Santiago Apóstol, me comento que, según la tradición oral, estos festejos dieron inicio hacia el año de 1774 y 1776, que fueron religiosos exclusivamente, y con los años se extendieron y convirtieron las fiestas a lo pagano.
Luego vinieron las artesanías, los juegos mecánicos de la época, las corridas de toros, los jaripeos, la venta de alimentos, las huapangueadas o las fiestas del huapango, y desde entonces creo, no se ha dejado de celebrar, al menos en lo que concierne a lo religioso, ya que a través de los años por la parte pagana o de gobierno, han existido periodos que se han suspendido por diferentes circunstancias.
La importancia de este festejo religioso consistía en que durante estos días, se realizaban los bautizos y confirmaciones de menores de la feligresía católica, con la visita del señor Obispo de la diosisis, y las fiestas paganas se concesionaban y se sigue haciendo a un empresario, quien es el que organiza y pone el capital para los diversos eventos de diversión y sano esparcimiento, y a la vez le deja buenas ganancias económicas a las arcas municipales para ser empleadas en obras de beneficio colectivo.
Al término de la plática, puntualizo que las fiestas de Santiago o la feria de julio como también se le conocen, es una de las festividades mas importantes de esta ciudad desde la época de su fundación, y ha tenido temporadas muy brillantes, con visitas de gentes originarias y de la región, y en una época los festejos se hacían en la plaza principal y en los terrenos de la Asociación Ganadera, hasta pocos años antes de finalizar el siglo pasado en que fueron suspendidas en el primer cuadro por las molestias y destrozos que esto implicaba, pero que bueno que esta administración las retoma de manera organizada y en el lugar adecuado.
