Doña Celia, 41 años lustrando el calzado
*A pesar de sus casi 80 años de edad, esta mujer maderense no se le quitan las ganas de trabajar y cada día sigue saliendo a las calles a buscar su sustento
MADERO, TAM.- A través de bolear zapatos, Doña Celia Gómez Cervantes de 79 años de edad ha sido testigo de la historia de Ciudad Madero, desde el auge petrolero con La Quina hasta la crisis económica y de salud que ha generado la Covid-19.
Le hubiera gustado asearle los zapatos a La Quina, a quien admiró por su forma de trabajar, “él ponía a trabajar a la gente, escuchaba que la gente acudía a pedirle trabajo y siempre los apoyaba”.
Tiene 41 años como aseadora de calzado y a pesar de las enfermedades, señala que cuando duerme piensa en el trabajo y cuando despierta también piensa en la actividad que realizará.
“Tengo 41 años trabajando como aseadora de calzado y llegué por cuestiones del destino y el secretario general de los boleros fue quien me invitó a trabajar y antes yo vendía fruta en una carreta”.
Es viuda con dos hijos y cuatro nietos y comenta que no se le quitan las ganas de trabajar, “a pesar de que me duele todo y todavía tengo ganas de venir, tengo problemas de presión y en una rodilla, también un brazo, pero yo misma me doy masaje y se me quita”.
“A través del tiempo dejé la carreta y luego me lo encontré de bolero y fue quien me invitó porque no tenía trabajo, se llamaba Alfredo Hernández Hernández y duermo pensando en el trabajo y me levanto pensando en el trabajo y yo le recomiendo a la juventud que le eche ganas y mucha capacidad para salir”.
“HABÍA MUCHO TRABAJO CON LA QUINA”
A Doña Celia le tocó vivir el auge petrolero con Joaquín Hernández Galicia mejor conocido como La Quina y considera que ha sido la mejor época que ha vivido Ciudad Madero.
“Llegué como en 1978, la viví muy bien en la época de la Quina, hacíamos hasta 40 boleadas, había mucho trabajo, había hasta fábrica de jabón, fábrica de varias cosas y ayudaba a la gente”.
Reconoce que siempre admiró a La Quina, “lo admiré por la mentalidad de crear fuentes de trabajo, lo veía pasar, lo conocí una vez en persona y era muy tratable el señor”.
“Donde yo vivo fue la última invasión de El Blanco que ahora es El Llano y La Loma, era muy buena persona, esta pasando ahora con López Obrador, por los apoyos que brinda y lo critican por los jóvenes”.
Añadió que el municipio tuvo un crecimiento importante en la etapa de Joaquín Hernández Galicia, pero tras la detención vino la debacle y la generación de empleo disminuyó.
“Ahora con los cambios ha mejorado, en lo que respecta a los aseadores de calzado ya vamos hacia arriba, también hubo momentos en que muchos compañeros desertaron por lo mismo de qué se sentía morir aquí”.
Por Óscar Figueroa