Con Urbanidad
Por: Vicente Hernández
“Los gobernantes de la sociedad civil no deben asistir, como tales, a ningún ceremonial eclesiástico, si bien como hombres pueden ir a los templos a practicar los actos de devoción que su religión les dicte.”
‹Benito Juárez›
Desde hace algunos años a la fecha los políticos de alto medio y bajo nivel de casi todos los partidos políticos, han agarrado la costumbre de mezclar la religión con la política, quizás solo como una pose para quedar bien con la ciudadanía, o tal vez les gana su religiosidad, y la expresan en lugares y foros en donde no deben.
En el mes de mayo de 2019, las puertas del Palacio de Bellas Artes se abrieron de par en par, para el líder religioso Nasson Merari Joaquín García, llamado por sus filigreses de la Iglesia La Luz del Mundo, como “el apóstol de Jesucristo” a quien le festejaron sus 50 años como líder de esta Iglesia, que tiene sus raíces en Guadalajara Jalisco.
Este supuesto líder religioso esta actualmente purgando una condena de 16 años en Estados Unidos por cargos de abuso sexual a menores de edad, tras llegar un acuerdo con la corte.
Jamás en la historia de este recinto cultural se había permitido el usarse para homenajear a un líder religioso, más con la fama de corruptor de menores, ni tampoco para emitir mensajes religiosos.
Quizás esté tan deplorable espectáculo habría pasado un tanto desapercibido por la mayoría de los mexicanos, pero lo que, si atrajo la atención a nivel nacional, fue las personas que asistieron a este evento, y quien se presto para que se realizara esta afrenta cultural.
Esa noche asistieron como invitados especiales el entonces presidente del Senado y hoy Secretario de Gobierno de la ciudad de México Martí Batres, el Diputado Federal Sergio Mayer Breton presidente de la Comisión de Cultura, el Senador del Partido Verde Ecologista de México Israel Zamora, y las gestiones para el uso del recinto cultural estuvieron a cargo del también Senador de la República Rogelio Zamora Guzmán, y de la convocatoria se encargó la Asociación de Profesionistas y Empresarios de México.
Quizás a esos Senadores que asistieron al homenaje se les olvido que no fue Dios, sino los votantes los que los pusieron en un asiento de la Cámara de Senadores, y pasaron por alto que en el Senado es para legislar, y no para hacer agregados a la Biblia, o modificaciones a los Evangelios, ellos están para servir al pueblo y no a Dios que para eso les pagamos y les pagamos muy bien.
Y recordarles también que fue un partido político el que respaldo sus candidaturas, y no el Episcopado de México, y los que salieron a votar fueron los ciudadanos con su credencial de elector en la mano, y no los congregantes de “La Vela Perpetua” con la biblia en su mano.
Para estas alturas del texto, algunos lectores ya estarán pensando pedir mi excomunión, y que sea tatemado en la hoguera por ateo y hereje, así que creo menester fijar mi postura citando al novelista y poeta estadunidense Paul Auster: “Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”
Y pienso que vivimos regidos por un estado democrático, no monárquico, porque los tiempos del Virreinato se acabaron con la declaración de la independencia de México, y afortunadamente los ideales postulados por el intelectual francés Juan Bodino (1529-1596) no prosperaron, ya que en su obra “Los seis libros de la republica” estimo que los gobiernos mandan “por derecho divino” ya que fueron instituidos por la Providencia para el bienestar humano.
Desafortunadamente para Francia y posteriormente para México, la teoría del clérigo e intelectual francés y teólogo de las monarquías absolutas, Jaques Benigne Bossuet (1627-1704) si prosperaron, ya que, en algunos de sus textos, expreso que dentro del absolutismo ningún ciudadano tiene derecho de propiedad, que solo al Rey, es decir al estado le pertenece. Así que, en base a esta teoría del origen divino del poder, el gran déspota Luis XIV, acicateado por estas ideas a menudo despojaba de sus bienes a sus súbditos.
Lo mismo sucede en México, que desde tiempos inmemorables los caciques, el clero, los gobernantes, y los presidentes de la república, han robado ranchos, haciendas, litorales paradisiacos, terrenos estratégicos con el pretexto de expropiación “por el bien de la nación”
Seria bueno que los Senadores, Diputados, y presidentes, repasaran el Artículo tercero de nuestra constitución (11. “El criterio que orientara esa educación, se basara en los resultados del progreso científico, luchara contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Y como ya se hace tarde para la misa de las seis “Voy por otras y me regreso”