Política

Con Urbanidad
Por: Vicente Hernández

“La capacidad de expresar opiniones contrarias apasionadamente es el mayor signo de una democracia sana.”
‹Steve Maraboli›

El día de ayer leí una columna en Canal Ciudadano, sin crédito de autor titulada: “Obradurismo: una secta basada en odio” subida al grupo de WhatsApp de Sentido Común, y me motivo a escribir mi propia versión del llamado “Obradurismo” y la libertad de expresion.


A partir del 1° de Diciembre del 2018 el sueño del eterno luchador social Andrés Manuel López Obrador se convirtió en realidad: ser presidente de México; de un México despolitizado, dividido y polarizado, porque una parte de los mexicanos dejaron de creer en los partidos políticos y centraron sus esperanzas, sus sueños y sus ideales en una sola persona, al igual que hace miles de años los egipcios pasaron del politeísmo al monoteísmo, de igual manera el 1° de julio del 2018 se creó una división entre los que votaron por un partido y su candidato, y los que votaron por un líder social que les ofreció un cambio radical en la forma de gobernar, y se dio el voto sin darle importancia a su partido -Morena- pero si a un personaje, del cual crearon un culto a su alrededor que los hizo caer en el dogmatismo y peor aún en el fanatismo político.


Esto ultimo ha polarizado al país en estos casi cuatro años de gobierno lopezobradurista, donde a través de los medios de comunicación y sobre todo en las “benditas” redes sociales, los llamados “conservadores” y los “soldados de la cuarta transformación”, diariamente se enfrascan en una guerra de memes, mentidos y desmentidos enfrentando a familias, amigos, compañeros de trabajo, y no se diga la satanización hacia el oficio periodístico, ya que desde la óptica oficialista, no hay ni buenos ni mejores periodistas, todos somos corruptos, vendidos, chayoteros, alarmistas, y fifís, según lo ha dicho en reiteradas ocasiones el primer mandatario en sus mañaneras, porque si los periodistas no aplaudimos lo que hace, somo conservadores o prianistas.


En pocas palabras da a entender que la libertad de expresión ya valió madre, de tal suerte que los que analizamos, razonamos y publicamos nuestro punto de vista, estaremos condenados por el oscurantismo al menos en lo que va, y en lo que queda de este sexenio de la cuarta transformación.


Pero la estigmatización hacia los periodistas que significa: señalamiento negativo hacia una persona o grupo de personas con el fin de insultar, ofender, atacar o someter, justificado por el desprecio, prejuicios y estereotipos aprendidos, no es exclusiva del oficialismo, ya que también están las grabaciones telefónicas difundidas en el Talk Show televisivo “La hora del jaguar” que conduce la gobernadora de Campeche Layda Sansores.


En dichas grabaciones se puede escuchar la voz de Alejandro “Alito” Moreno el mismísimo presidente de lo que queda del PRI presumiendo su amistad con periodistas, y a los que al mismo tiempo asegura haber mandado silenciar recordemos sus palabras en sus primeras grabaciones “A los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre”. Y vaya que hay gente que toma muy a pecho lo dicho por Alito en este apotegma, y que los gobiernos y funcionarios de los tres niveles practican a diario, al escatimar apoyos, convenios y publicidad aduciendo la ya desgastada “austeridad republicana”, y así van matando de hambre a los periodistas de la prensa independiente.


Lo mas grave del caso es que los grupos del crimen organizado lo entienden de manera diferente, y sin mas asesinan a periodistas por encargo, o simplemente por iniciativa propia, por haber publicado algo de algún político al que protegen.


Dejando en claro que México es uno de los países mas peligrosos para ejercer el periodismo, ya que estamos expuestos a agresiones verbales, amenazas, criminalizaciones a nuestras notas, acoso judicial, desapariciones, y homicidios, y no quisiera basarme en estadísticas para decir que este trato va en aumento día a día.


Por muchos años La libertad de expresión fue muy respetada, aplaudida y homenajeada, y en ella encontraron cobijo grandes periodistas, pensadores, tribunos y hasta políticos que esgrimieron sus ideas y sus doctrinas, sin temor a ser acalladas basados en esta libertad, y fueron los años de triunfos sobre la mentira, la corrupción, la represión y la imposición, y así la libertad de expresión paseo su decoro orgullosa por los renglones de la prensa escrita, por el sonido de la auditiva, por la imagen de la visual y por la magia del mundo digital.


Pese a esto, seguiré en la agotante tarea de despertar conciencias, porque el periodista esta para señalar, no para adular, y mientras tenga aliento para teclear, seguiré escribiendo para enarbolar el estandarte de la libertad de expresión, a la cual considero, como la columna vertebral de la democracia.

Notas relacionadas

Botón volver arriba