Política

Con Urbanidad
Por-Vicente Hernández

“En la vejez no nos deben preocupar las arrugas del rostro, sino las del cerebro.”
‹Ramón y Cajal›


Llegar a la tercera edad es un lujo que algunos no alcanzaron a darse, y loable la pensión bimestral que el gobierno federal designa a estos ciudadanos, que ya no pueden procurarse el sustento diario, pero que no en todos los casos es justo así.
Hay que recordar que fue Andrés Manuel López Obrador el que siendo Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, creo el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores en el 2001.
En el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa este programa es retomado bajo el nombre de “Programa de Atención a los Adultos Mayores de 70 años y más en zonas rurales”, en el 2007 al llegar a la presidencia de la Republica Enrique Peña Nieto pone en marcha el “Programa Pensión para Adultos Mayores”, y finalmente con López Obrador en el 2018 el nombre cambio a: “Pensión Bienestar 68 y más”.
Pero a diferencia de los anteriores programas de pensión, en el actual no se aplicaron filtros mediante la aplicación de un censo socioeconómico como si lo hicieron en los anteriores programas.
El dinero de la pensión llego como caído del cielo de manera automática, a los que tenían pensión del Seguro Social, Pemex, CFE, Magisterio y a personas que tenían un estatus económico mas arriba de los que marca la pobreza en México.
Así, esta significativa ayuda económica “para los abuelitos” junto al programa “Sembrando Vida”, y “Becas del Bienestar” se han convertido en moneda de cambio en tiempos de elecciones.
Lo mas triste de todo lo anterior es lo que gira alrededor de este estimulo bimestral, y del estímulo a la juventud, ya que en algunos casos el adulto mayor o la pareja de adultos mayores son despojados de sus ingresos por sus propios familiares con engaños, debido a la ignorancia, a su enfermedad, o simplemente por no saber manejar el cajero para el retiro de efectivo.
Entonces, los verdaderos beneficiarios serian los familiares, tutores, o cuidadores de estas personas de edades adultas.
También los apoyos del programa Sembrando vida, o los para “Ninis” en algunos casos no son utilizados para los fines que fueron creados, ya que los recursos los gastan en bebidas alcohólicas, comida chatarra y en artículos suntuosos.
Por todo lo anterior, da pena ver como personas de la tercera edad a pleno sol hacen fila a las afueras de los bancos, esperando turno para utilizar el cajero y así poder retirar el dinero de su pensión.
Pero lo que verdaderamente molesta es ver el trato que les dan en las ventanillas de los Bancos del Bienestar, sobajándolos, humillándolos, y en algunos casos insultándolos, solo porque no recuerdan llevar alguna credencial de identificación, o recordar algún dato requerido.
Quizás algunos piensen que es exagerado o inventado lo que expongo en este texto, pero basta con darse una vuelta a las afueras de los bancos en fechas de pago para confirmarlo.
Termino con esta interrogante: ¿En verdad esta uno preparado para la vejez? Porque vivimos en un mundo de viejos, y que tan listos estamos usted y yo para asumir el envejecimiento con respeto, con orgullo y, ante todo, con buena salud, pero lo mas importante es como nos miran los jóvenes, ya que ellos conciben lo viejo como algo obsoleto, que se desvaloriza, incluso, que se le visualiza con ojos de nostalgia.
Pienso que la mejor manera para mantener un envejecimiento pleno y activo, es importante cultivar hábitos saludables desde edades tempranas, pero también se debe educar a la población acerca de la vejez.
Y como a mí, el Alka-Selser ya mero me alcanza, y antes que no me acuerde como cerrar texto “Voy por otras y me regreso”

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