Asistente del 911 no envía ayuda para atender emergencia; ahora lo acusan de homicidio involuntario
El operador enfrenta cargos por no haber enviado de inmediato una ambulancia para atender a una mujer que se encontraba grave
Un operador del servicio de emergencias 911 fue acusado de homicidio involuntario luego que se negara en 2020 a enviar de manera rápida una ambulancia para atender a una mujer que se encontraba en estado grave, y que murió horas después, por lo que ahora enfrenta cargos debido a una acusación realizada por el hijo de la fallecida.
Los hechos ocurrieron el 1 de julio de 2020 cuando Kelly Titchell, hijo de Diania Kronk, llamara al 911 para pedir asistencia médica urgente para su madre, quien se encontraba sufriendo una crisis luego de varios días de consumo excesivo de alcohol. El joven hizo una petición desesperada al operador para que le brindara apoyo a la mujer, sin embargo, presuntamente la ayuda llegó demasiado tarde.
«Ella va a morir» sin ayuda inmediata, suplicó Titchell en la llamada y el asistente le pidió que le diera la certeza de que su madre estaría dispuesta a ser trasladada a un hospital, el cual se encontraba a media hora de distancia. “Lo estará, porque estoy en camino allí, así que se va o se va a morir”, respondió el joven al operador del condado de Greene, Pensilvania, de acuerdo con una grabación de la llamada al 911, obtenida por el diario «The Washington Post».
Operador ahora enfrenta cargos de homicidio involuntario
Kelly Titchell se encontraba de camino a casa del novio de su madre cuando realizó la primera llamada al 911; fue entonces que como respuesta el operador, de nombre Leon «Lee» Price, le pidió que volviera a llamar una vez que se encontrara en casa de su madre y ya que estuviera seguro que aceptaría ser trasladada en una ambulancia: “Realmente necesitamos asegurarnos de que ella esté dispuesta a ir”, le dijo en la llamada.
Y la advertencia se cumplió, los servicios médicos de emergencia llegaron mucho después de que concluyera la primera llamada, declaró Titchell al diario «The Washington Post». Una vez que el joven llegó a la casa encontró a su madre desnuda en la entrada delantera, hablando incoherencias y sangrando. Sin embargo, Kronk, de 54 años, murió de una hemorragia interna al día siguiente.
Dos años después de la muerte de Diania Kronk, el operador del 911 fue acusado de homicidio involuntario, según información proporcionada por funcionarios del condado de Greene. Leon Price, ahora de 50 años y originario de Waynesburg, Pensilvania, también enfrenta cargos de imprudencia temeraria, opresión oficial y obstrucción, de acuerdo con la agencia Associated Press.
Los cargos refieren que el asistente del servicio de emergencias 911 está acusado en relación a la muerte de una persona luego que se negara a enviar ayuda inmediata. Price, quien fue procesado el 29 de junio y puesto en libertad bajo fianza, enfrenta los cargos después de que Titchell presentara una demanda federal el mes pasado en el Distrito Oeste de Pensilvania, condado de Greene; además de dos supervisores del 911, alegando “negativa insensible a los servicios médicos públicos de emergencia”.
Actitud del operador fue “un acto intencional”: abogado de Titchell
Lawrence E. Bolind Jr., el abogado que representa a Titchell en la demanda federal, declaró a «The Washington Post» que la vacilación de Price durante la llamada de casi cuatro minutos al 911 fue “un acto intencional”. Mientras que Titchell, de 38 años y originario de Mather, Pensilvania, declaró que si la ayuda hubiera llegado antes, seguramente su madre viviría aún.
“Creo en mi corazón que mi madre todavía estaría viva si él hubiera enviado una ambulancia (…) No debería haber sido su decisión. Debería haber enviado una ambulancia y dejar que los profesionales decidieran si ella debía ir al hospital o no”, declaró.
Por su parte, el fiscal de distrito del condado de Greene, Dave Russo, dijo en un comunicado de prensa que la investigación del caso por parte de los detectives del condado encontró que “los servicios del 911 violaron el protocolo y sus propios procedimientos al negarse a enviar una ambulancia para ayudar a la Sra. Kronk (…) Según la investigación, se le negaron los servicios médicos cuando las tres ambulancias estaban disponibles para su envío”, declaró Russo.
Una condena por homicidio involuntario conlleva una pena de prisión de hasta 10 años, según los abogados de Pensilvania. Kronk, quien tenía cinco nietos, era vulnerable debido a sus trastornos autoinmunes, declaró su hijo. También sufría de fibromialgia, un trastorno neuromuscular crónico sin cura conocida.