Por:Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Convertido en gobernador electo, Américo Villarreal pasará a sostener diferentes luchas políticas en los siguientes seis años. Vienen otras pruebas, otros retos. Porque esto no termina con el resultado de la elección.
¿Y cómo va a terminar si los seres humanos pasamos de una sucesión a otra, de un trabajo a otro, mientras respiramos? Ni siquiera para los perdedores de la elección se ha acabado la historia; ellos también salen de una etapa para entrar a otra.
Acción Nacional, de ser la primera fuerza en 2019 con “carro completo” en el Congreso Local (21 de 22 distritos) y, sobre todo, sentado en el Poder Ejecutivo, se convertirá en partido de oposición el 1 de octubre de este año. Es poco premio para el inmenso esfuerzo de la campaña, pero se debe adaptar a las nuevas circunstancias, que no desconoce, y prepararse para recuperar el apoyo ciudadano. En política, como en la vida, hay revanchas.
Sin embargo, la caballada panista está peor que flaca; está famélica y espanta de frágil. Los capitanes del PAN son Luis Cantú, alias “El Cachorro”, y el senador Ismael García Cabeza de Vaca.
Con esos líderes, cualquier panista con ganas de trabajar dirá: “Mejor llévame, diosito”.
Un Acción Nacional opositor, con esos jefes, no tiene posibilidades de recuperarse, y de pensar en revancha mejor ni hablemos. Cantú e Ismael son los únicos responsables de las derrotas panistas que sucedieron de 2020 en adelante; precisamente, desde la presidencia del “Cachorro”. No tienen agenda, idea ni estrategia para mover a las bases o para atraer simpatizantes. Si no pagan, nadie quiere oírlos.
En efecto, las multitudes se entusiasman con mensajes, con propuestas, con palabras, siempre y cuando sean las exactas. Ni Cantú ni Ismael se han caracterizado por eso. Carecieron de convencimiento hasta cuando el PAN estaba en la plenitud de poder.
Tampoco tienen pinta de reformistas ni de defensores del interés público; socialmente hablando, no representan casi nada. Se necesita una agenda política que haga sobresalir al PAN sobre las acciones de Morena para volver a fortalecerse. En la lucha política, por ejemplo, Andrés Manuel es un experto: sabe interpretar lo que la gente necesita o lo que más le duele y, de esa forma, se la gana. El tabasqueño no defiende lo correcto sino lo bueno, que es un término mejor asimilado por las mayorías.
Pero el PAN vaga sin rumbo ni tino en el enfrentamiento con Morena. Es cuestión de ver la campaña que acaba de lanzar en el país para “evidenciar” a la Cuarta Transformación: exigir paneles solares gratis a todos, sobre todo a los más pobres, para que paguen poco o nada por la luz. Un desafiante Marko Cortés exclama en un spot: “Por eso retamos a Morena y a López Obrador a que acepten nuestra propuesta”. Los más pobres, en estos momentos, pasan por otras preocupaciones. Casi el 40 por ciento de los mexicanos es incapaz de adquirir la canasta básica con su salario; el hambre acecha. Comprar una tapa de huevo ocupa más los pensamientos de la gente que ver unas celdas solares en el techo de la casa.
Por sus desatinos, a Marko Cortés ya le dicen “El Cachorro” del PAN nacional.
Buscar opciones en el grupo legislativo de Acción Nacional también es infructuoso. Gente como los tampiqueños Mon Marón o Carlos Fernández apenas pueden con su alma como para delegarles el rescate del PAN en los próximos tres años. Félix “El Moyo” García, por lo menos, trabaja largas jornadas en favor de su partido, pero no alcanza con eso. Y aunque restan más nombres, les queda grande la tarea.
Y, en verdad, Tamaulipas los necesita. Solo una oposición preparada, vanguardista, comprometida con la legalidad y el derecho, puede hacer contrapeso a un gobierno estatal morenista, que tendrá de su lado a diputados locales, si no a la mayoría, a los principales alcaldes y al mismo Presidente de la república. El dique a los excesos y extravagancias está en las partidos rivales, y al PAN le ha tocado representar a esa oposición.
Al decir lo anterior no se busca sembrar de obstáculos, anticipadamente, el camino del doctor Américo Villarreal, o comenzar a amarrar navajas contra Morena Tamaulipas. Hemos citado solamente la dinámica de la democracia, en la que el Congreso Local y la pluralidad política juegan un rol importante en el equilibrio de poderes.
Sin embargo, el gobernador electo puede estar tranquilo por lo menos tres años. Los rostros de la oposición que enfrentará no espantan a nadie; son como hombres de paja. Quizás hasta les descubran algún pecadillo oculto y terminen por anularlos.
Después de todo, es gente de Francisco García de Vaca, a quien la UIF dice haberle hallado, bien escondidas, 18 propiedades en México y 12 en Estados, con un valor aproximado de 159.9 millones de pesos.