SAT, sobre Constancia Fiscal, no hay prórroga
La obtención de la constancia de situación fiscal para los trabajadores formales en México ha generado un aluvión de dudas. La entrada en vigor de las reformas fiscales para el ejercicio 2022 en el país obliga al Servicio de Administración Tributaria (SAT) a solicitar a las empresas o en su caso, a los empleadores, a realizar una actualización de los datos que sus trabajadores tienen registrados ante el regulador fiscal.
Así, las empresas o empleadores que emitan su nómina tendrán que pasar de la versión de factura electrónica 3.5 a una versión 4.0 para poder realizar el timbrado (el proceso de validación de los comprobantes electrónicos) y que este no marque un error. La fecha definitiva para la migración a la factura 4.0 es el 1 de julio de 2022.
En este sentido, Ramiro Ávalos, vicepresidente de Fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), dijo a EL PAÍS que el tiempo para el cumplimiento de estas obligaciones fiscales es insuficiente. «Pedimos una prórroga hasta el 1 de enero de 2023 para que se tenga tiempo suficiente de emitir la situación electrónica y no se castigue con la deducibilidad», señaló.
Pero no habrá tiempo de sobra para la migración, según aclara Raúl Zambrano Rangel, administrador general de Servicios al Contribuyente del SAT, en entrevista con EL PAÍS. «No se está considerando dar una prórroga porque hemos tenido un ejercicio de casi ocho meses trabajando con este sistema e invitando a los empleadores al cambio de la factura a 4.0, precisa.
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Aunque el primer plazo que había dado la autoridad fiscal para la migración al nuevo sistema fue hasta el 30 de abril, el plazo se extendió hasta el 30 de junio, volviéndose obligatoria la migración desde el primer día de julio. Adicionalmente, Zambrano detalla que se han dado facilidades a las principales cámaras patronales en el país, como el Consejo Coordinador Empresarial, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) entre otras.
EN BUSCA DE LOS EVASORES FISCALES DE NÓMINA
Quienes tengan más tiempo pagando impuestos, recordarán que hace unos años los contribuyentes tenían que cargar con una copia de su cédula de identificación fiscal emitida por el SAT para pedir facturas. Desde 2019, solo se hizo necesario contar con un RFC (La clave del Registro Federal de Contribuyentes) para poder emitir facturas electrónicas. «Abrió la puerta a los evasores fiscales, sobre todo en nómina, quienes emitían facturas solo con un RFC, por eso estamos tratando de revertirla de una manera mucho más simple de la que se tenía anteriormente», dice Zambrano.
Para evitar el robo de identidad o que se le emitan facturas a personas que desconocen la situación, el SAT ha pedido a los empleadores que se corrobore el nombre, el RFC y el código postal del domicilio fiscal de los trabajadores. «Buscamos generar una cultura contributiva, ya que como ciudadanos no sabemos cómo estamos registrados ante el SAT, y la constancia de situación fiscal es como un acta de nacimiento fiscal, pero pocos tienen la precaución de saber cómo están dados de alta», dice el administrador del SAT.
No puede haber represalias contra los trabajadores
– Una de las grandes dudas, entre los 47 millones de personas asalariadas en México, son las consecuencias que les pueda traer el no entregar este documento a sus empleadores
– Lo cierto es que ningún patrón puede dejar de pagar su salario, así como no puede ser despedido por no entregar esta constancia
– La obligación laboral establece que se deben de pagar el salario a los trabajadores por los servicios prestados. «En caso de no hacerlo, violenta los derechos laborales, como lo establece la Constitución y se puede iniciar una denuncia ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet)», señala el funcionario del SAT.