Por:Mauricio Fernández Díaz
Imponen a Tamaulipas condiciones para ejercer un gobierno débil
Ciudad Victoria.- Derrotado en las urnas, Acción Nacional ha mostrado todo el colmillo de su experiencia legislativa para fortalecerse en posiciones clave en órganos autónomos y en el Poder Legislativo. 12 años en la presidencia del país y décadas de cabildeos le dan un conocimiento completo de los contrapesos y la gobernabilidad.
Aliado con un viejo mañoso como el PRI, el PAN dominó al Congreso Local de Nuevo León y se asentó en las principales ciudades aunque el gobierno del estado le perteneció a otra corriente política, en este caso a Jaime Rodríguez, El Bronco, candidato independiente o sin partido. La cúpula panista sacó raja cuantas veces quiso y hasta negocios, según la prensa de aquel estado, por medio del chantaje y la presión al mandatario.
Y por si acaso no les alcanzaba para ganar la gubernatura en 2021 (como no les alcanzó), dejaron todo arreglado para que el Fiscal General del Estado, la Fiscalía Anticorrupción y nuevamente las posiciones importantes en el Congreso Local quedaran en manos de cercanos o incondicionales suyos.
Para empeorar las cosas (para empeorarlas a los nuevoleonseses), subió a la gubernatura Samuel García, el político más vacío y risible de México, lo que le dio al PAN una insospechada ventaja. Pero las oportunidad nunca son para quien las merece sino para quien las aprovecha, y en eso Acción Nacional ha sido más listo que sus adversarios, al menos fuera de la administración federal.
Los hábiles movimientos panistas hoy se ven claramente reflejados en las limitadas capacidades de Samuel García como gobernador, aunque él mismo ya es un ser limitado por la inexperiencia y la simplicidad. Por no prever la fortaleza de sus adversarios en el Congreso Local, están a punto de quitarle el control del Servicio de Administración Tributaria del Estado, responsable de recaudar los impuestos estatales, que pasaría de dependencia estatal a órgano autónomo, con el nombre de Comisión Estatal de Administración Tributaria, cuyo titular sería nombrado por la mayoría de lo diputados locales, dominada por el PAN y el PRI.
Los panistas, conjurados con los priistas, han ido en serio: el pasado 15 de junio, le quitaron el control de la Unidad de Inteligencia Financiera del Estado (UIFE), que dejará de depender del gobernador para serlo de la Fiscalía General de Justicia del Estado. Esta última, a su vez, ya la habían anexado a sus intereses con un funcionario a modo para cortar la subordinación al Ejecutivo Estatal.
De este modo, vemos a Samuel García muy plantado en la gubernatura pero con un poder menguado en tareas fundamentales, mientras el PRI y el PAN se convierten en la aduana política para aprobar o negar iniciativas al gobernador.
Esas son las condiciones, casi idénticas, que ha construido el PRIAN en Tamaulipas. Un actitud rapaz y bien planeada por abogados le ha permitido apoderarse de la Junta de Coordinación Política y, desde ahí, controlar los órganos autónomos y hasta darle uno que otro privilegio a Cabeza de Vaca. Félix “El Moyo” García, líder de los diputados panistas, solo ha sido la fachada de estos proyectos mientras un equipo de asesores los redacta y agenda.
Se supone que Acción Nacional va de salida, pero eso no es lo que quiere el Congreso Local del PRIAN. Juzgue usted: han aprobado extender la permanencia de Irving Barrios Mojica, designado por Cabeza de Vaca como Fiscal General, hasta el 2027, es decir, casi toda la administración de Américo Villarreal.
También han extendido la permanencia del Auditor Superior del Estado hasta el 2024, promovido igualmente por el gobernador, pero le dieron derecho a reelegirse hasta por dos periodos más, lo que lo convertiría, en potencia, en el funcionario con más tiempo en un cargo de todo México, pues podría terminar hasta el 2031.
Aberraciones de este tipo se han ido construyendo desde 2017 y, sobre todo, en 2021, cuando el PAN ejercía el liderazgo en el Congreso Local y ya presentía su debilidad electoral. Se avivaron y modificaron las leyes para la llegada de sus incondicionales. Se abalanzaron incluso sobre los asientos del Tribunal Superior de Justicia y acomodaron a seis de sus allegados. Los últimos magistrados del cabecismo son Gloria Garza, fallida subsecretaria de Gobierno, y Omeheira López Reynsa, esposa de Francisco Juárez, el jefe de prensa de Cabeza de Vaca.
Entonces, conviene repetir la pregunta: ¿va de salida el PAN en Tamaulipas? Los hechos dicen que muy poco; un poder enorme seguirá en sus manos, poder con fuerza suficiente para meter en predicamento al gobernador Américo Villarreal Anaya, para presionarlo y para desgastarlo.
Eso sucede cuando un partido con gran arrastre popular carece, sin embargo, de liderazgo y experiencia, como Morena Tamaulipas. Mario Delgado y Erasmo González, en temas de derecho constitucional y reformas de Estado nada tienen qué decir. Podrían hablar de eso Ricardo Monreal y aún Porfirio Muñoz Ledo, aunque su vejez lo cansa rápido. Monreal sabe cómo se construyen cambios a las leyes y cómo se obtienen alianzas para conseguirlo. Pero lo tienen emocionalmente exiliado, fuera de su afecto, por pleito entre las tribus.
Por no prever el diseño institucional, el reparto de fuerzas en el Congreso Local y la falta de alianzas, Samuel García está casi a merced del PRI y el PAN, y su gobierno va de mal en peor, agravado por la sequía. Lo mismo podría suceder en Tamaulipas al gobierno de Américo Villarreal si no de adoptan acciones para frenar esos avances y repelerlos por la vía legal.
Pero, si eso depende de Ursula Mojica, de Ernesto Palacios y hasta de Mario Delgado, malos tiempos le esperan al gobernador Villarreal Anaya.